Sí, sí. Lo sé. He faltado a nuestra cita, y por nada más y nada menos que cinco capítulos. Cinco episodios de Águila Roja, en su recta finalísima, en los que ha pasado de todo. Yo iba a resumir brevemente lo que había ocurrido en ellos, de verdad que lo iba a hacer. Pero en esta ausencia me he dado cuenta de una cosa: no hace falta, porque lo que ha pasado ya da igual. ¿De qué sirve mencionar ahora el beso de Anaïs con Gonzalo? O todo el lío de la Marquesa y su vahído. ¿Qué me decís, acaso, de la invitación del Rey? ¿Y su verdadera implicación en el pasado de sus hijos?
El disparo de Hernán a su propio hermano parece ya tan lejano. Yo iba a mencionarlo todo, en serio. La pifia de Anaïs hablando lo más grande con tal de salvar a Flora, o cómo se entera tan torpemente de que el Águila es su nuevo amado. Y la muerte de Pedro, el de la Guardia, ¡la de Cipri! O cómo el pueblo y su familia recogen casi como si nada que el héroe tan buscado no sea otro que Gonzalo. Iba a escribir sobre su maestro, lo de la espada, las reacciones de la Reina. Todo, todo. ¿Pero qué más da? ¿Para qué? Ya no importa.
En cierto momento decidí que era mejor centrarnos en el final de la historia. En qué se inventaron en un final que, nueve temporadas después, ya avisaban polémico. Era mejor centrarnos en cómo terminó la trama, se estampó el sello y cerramos el sobre. Así que aquí empieza el recap del último episodio. El anterior que comentamos, el 110, está aquí. ¡Alerta spoiler!
¿Qué hace aquí ésta ahora?
Disyuntivas varias, ahí está Hernán. Su mujer le ha apuñalado en el cuello y tal vez la palme, pero él sigue queriendo ver morir a su hermano. Que Gonzalo sea el Águila Roja solo ha empeorado las cosas, para todos. Por ahora el Comisario tiene que elegir entre Lucrecia o los franceses, que le pueden poner una corona en la cabeza.
Al menos para el capítulo final llamaron a Margarita, toda de rojo por el bosque que parece que vaya llamando al lobo. Y ya se sabe cómo son los carros de caballos, que no los oyes venir, y así termina su paseo cuando el carruaje de la Marquesa la atropella en el camino. Soledad quiere ayudar a la pobre, que queda inconsciente en el suelo, pero creo que Lucrecia resume perfectamente nuestra honesta opinión: “¿Qué hace aquí ésta ahora?” Y le echa por encima una mantita porque una es mala, pero no tanto.
Mi cara durante todo el capítulo. |
A Cipri se lo comen unos perros, todo muy Juego de Tronos. Y Satur y Gonzalo, en la celda de al lado, se echan la culpa de todo lo que ha pasado. Y ahí, en lo más triste, se termina enterando el Águila de que Marga está embarazada (aunque no se le nota nada), y él supone que es suyo, lo que a mí me parece de mucho suponer habiendo habido arrime solo una vez. Pero bueno si a él le salen las cuentas, bien. Lo mejor es que se lamenta de que no va a conocer a su hijo, del que se acaba de enterar que existe hace exactamente 30 segundos. Y a Alonso que le den, así me gusta.
Tienen ustedes una mancebía muy elegante
Lo siguiente que vemos es a ambos escapados a caballo, Gonzalo y Satur. Aquí los guionistas o no tenían muchas ganas de pensar o ya dijeron que bueno para qué. Qué casualidad también que vayan a parar e incluso tocar a Marga, ahí en medio de la nada con la manta, pero no terminen de descubrir quién es. Aquello sería demasiado fácil, y muy poco Águila Roja, seamos sinceros.
Van a su casa, donde les espera Alonso con una sorpresa: antes de preguntar ni mirar ni nada, el chico dispara certero a Satur. Para una vez que hace algo bien el muchacho y lo hace mal. El criado parece que se muere, pero no: tiene un encuentro en el más allá con Cipri y vuelve. Tan así. Esto también es muy de la serie y no podía faltar en su despedida.
Momento exacto en el que Marga se entera de que Gonzalo es el Águila. Nueve temporadas que le ha costado. |
A Marga la encuentra en el camino Anaïs y termina tumbada en La Deleitosa, un final alternativo muy poco oportuno. Me encanta que Flora le busque enseguida hueco en la plantilla, justo ahora que se les ha ido una morena. “Tienen ustedes una mancebía muy elegante”, dice Marga al irse. Yo esa frase me la guardo como despedida. Me ha encantado. Aunque todavía no se va del todo y allí mismo se entera la “protagonista” de que el héroe es el otro protagonista. Algo que tenía que haber pasado, mínimo, cuatro episodios atrás.
¿Pero qué es lo primero que hace Marga después de eso? Pues misteriosamente va a hablar con Lucrecia, que queda con cara de otra vez tú por aquí. La conversación no tiene ningún sentido con la trama ni nada, pero el encuentro tenía que pasar y lo disfrutamos igualmente. Lucrecia se entera que la otra espera un hijo y ya supone que es del maestro. ¿Tan difícil era, Satur?
Tenía que haberla dejado tirada en el camino. |
Elegir flojito
Los franceses meten a la Reina en un baúl y al niño deciden dejarlo encerrado en una mazmorra de por vida, algo que nunca he entendido porque oye si lo que quieres es que desaparezca pues no lo veo del todo conseguido. También intentan cargarse a la Marquesa tirándola de una ventana de Palacio, pero Hernán parece elegir y le salva la vida. Eso sí, aquello no implica nada porque él quiere ser Rey, así que elige flojito y ella termina retenida. Pero viva.
Lucrecia escapa, claro, gracias a un puñal que torpemente deja en el carruaje antes de saltar al bosque. Mira ya que estás llévatelo para desmaniatarte, ¿no? Por supuesto, va directa a chivarse de todo al Rey, lo que hace que fracase la intentona de Hernán de conseguir el trono (no incluye al Cardenal o al propio Comisario en el asunto por si acaso le salpica la cosa).
Marga 1 - Marquesa 0 |
Aunque tal vez a Hernán le termine ayudando Gonzalo, pues Malasangre le confiesa que le engañó: su padre sí ordeno encerrar a su madre y ahora quiere venganza. Y me encanta Marga que se entera en media hora de episodio que Gonzalo es el Águila Roja e hijo del Rey. Es como si te saltas dos temporadas y, justo. Y braguetazo absoluto, oigan.
Mátalo, mátalo
Y qué me decís del momentazo del discursito del Rey cuando Hernán le echa narices y se presenta ante él para levantarle el culo del sillón, y le noquean, y aparece Gonzalo detrás. Qué disgusto tendrá el señor que le quiere matar todo el mundo, pero a ver qué ha hecho él. Me encanta también que en ningún momento pregunta por su esposa o hijo, él ahí sentado en el trono viendo a gente entrar por la puerta para quitarle el puesto.
Y fan de Hernán en el suelo esposado tratando de animar a Gonzalo para que le mate y oye, al menos, algo le toca. “Mátalo, mátalo”, como un diablillo en el hombro, SI FUISTE TÚ EL QUE DISPARÓ A TU MADRE PERDONA. Por supuesto, Gonzalo no lo hace, y ambos terminan en la plaza del pueblo a punto de ser ajusticiados. En ese momento Malasangre, que está entre el público, decide ponerse a disparar a lo loco y termina con más agujeros que un colador. WTF.
MUERTE TONTA POR FAVOR PERO POR QUÉ. Yo me esperaba un plan más elaborado que pegar tres tiros, no sé. “Ah mira, ahora escapan. Ah mira, pues no”, yo hablándole a la pantalla. Menos mal que el Águila improvisa y la gente se echa en avalancha contra los guardias. Supongo que para salvar a Gonzalo, yo de Hernán no respiraba tranquilo tampoco. Marga, que es VIP, aparece a caballo a recogerle, mientras la cara de Anaïs allí entre la gente es un poema griego de desamor y desconsuelo.
La pareja se arregla en, exactamente, un minuto. Sí, de estar ella toda mustia, a monja, a prometida, embarazada e indignada, pasamos a que se casan y se casan YA. Lucrecia se carga al Cardenal porque ha intentado matarla junto a los franceses, algo que me parece un poco random a estas alturas, pero bueno. Ojo que él la engancha, pero Hernán le remata de un tiro (hubiese yo pagado porque ese tiro lo hubiese dado Sole y se hubiesen fugado juntas, pero no).
Te odio tanto
Hernán huye y ojo a esto porque la Marquesa dice que le odia tanto que se va con él (que por cierto ni rastro de la puñalada en el cuello). Aquí hay algo que no concluyo yo de entender, porque ella se ha chivado al Rey y no sé, dudo que tuviese represalias. PERDONA OS ODIABAIS DE VERDAD A QUÉ VIENE ESTO. Y al final nos dejan ver como que el hijo de Gonzalo se convierte en un nuevo Águila Roja. Pero el segundo, Alonso no. Alonso si se repite la historia será otro Hernán, y ya entramos un bucle de drama infinito que mejor ni comentar.
MOMENTO TOP: ¿Sabéis esa escena del señor corriendo con su copa en Jurassic World? |
¿Qué me ha parecido este final? Improvisado, rápido, y algo convulso. Había tantas opciones después de tantos años que terminar así me parece un despropósito manifiesto. Nos tenemos que creer muchas cosas, y hay partes que carecen de sentido, como la muerte de Malasangre, vivo ejemplo de coladura argumental.
Quiero recordar aquí, como broche, todas esas tramas que han quedado olvidadas, desde aquellos piratas que se asomaron una vez al bebé de Lucrecia con el Rey, o su propia nieta que se han dejado en el aire por algún lado. En ninguna de mis apuestas sobrevivía Hernán, y mucho menos se fugaba a lo desconocido con Lucrecia. Este final era perfecto dos o tres temporadas atrás, cuando sabíamos mucho menos. Pero tengo una cosa clara, la ficción en este país, desde la semana pasada, resulta desde luego mucho más sosa.
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