L'amant double
Año:
2017
Fecha de estreno:
8 de septiembre de 2017
Duración:
108 min
País:
Francia
Director:
François Ozon
Reparto:
Marine Vacth, Jérémie Renier, Jacqueline Bisset, Myriam Boyer, Dominique Reymond, Fanny Sage, Jean-Édouard Bodziak, Antoine de La Morinerie
Distribuidora:
Golem
Desde hace un tiempo ya,
el espectador no puede evitar pensar en François Ozon como un
director desatado, de excentricidades y excesos. Al galo se le
compara -porque nos encanta eso de encontrar similitudes entre
realizadores para entender de qué pie cojea cada uno- con Almodóvar,
por sus tramas donde los deseos y pasiones irrefrenables relacionadas
con el impulso sexual adquieren gran protagonismo y por sus giros
argumentales tan particulares. De hecho, este epíteto de 'el
Almodóvar francés' culminó con el homenaje al manchego en Una
nueva amiga. Pero eso es
otra historia. Ozon regresa a la gran pantalla con El
amante doble, una obra con
reminiscencias también a otros realizadores truculentos y con la que
el francés vuelve a disfrutar mezclando géneros como el drama, el
romance y, en especial, el thriller.
El amante doble supone
una adaptación muy libre
de la novela Vidas gemelas
de Joyce Carol Oates de
la cual toma el punto de partida para después indagar en la psique y
en la fantasía mental de la protagonista. Una joven y su
psicoterapeuta se enamoran. Ella descubre que él tiene un gemelo
idéntico de quien reniega por unos hechos turbios del pasado. Ella
queda con el gemelo con quien comienza una relación de carácter
sexual y violento pero, a la vez, esto le sirve de excusa para tirar
del hilo de sus secretos y descubrirá una realidad terrorífica.
Y,
entonces, Ozon conoció a
Cronenberg. Al Cronenberg
visceral de la nueva carne y las escenas de casquería. La
comparación con Inseparables
es inevitable con el tema de los gemelos y la relación con la mujer.
Sólo que Ozon pone la acción en el punto de vista de la mujer. Un
tema recurrente en el cine de Ozon es el
mundo imaginario como eje de la vida de sus personajes,
para huir de la realidad y contruirse un pequeño espacio único que,
en el caso particular de El amante doble
acaba derivando hacia algo grotesco. Quizá todo esté en la mente de
Chloé; una amenaza latente que va creciendo según ella investiga en
la vida de los gemelos.
Esta
mirada tan posicionada permite al autor difuminar
-e incluso transgredir- la
barrera entre lo ficticio y la realidad para confundir al espectador.
La carga psicológica y el suspense van aumentando a medida que
avanza la trama. A pesar de la frialdad en la construcción paulatina
del guión -por cómo se comportan los protagonistas y se desgranan
sus secretos con lentitud-, la ambigüedad
en el relato unido al constante uso de los espejos,
al plano-contraplano y a la simetría visual para transmitir la
dualidad de las personas o lo que ocultan, la película te mantiene
en una tensión
permanente.
La
puesta en escena y el cuidado estético consiguen alejar de la
sordidez a la película. Ozon
tontea con lo pesadillesco, con escenas muy perturbadoras, bizarras y
enfermizas. La cuestión
de la identidad única la transforma en algo monstruoso con el simple
hecho de contaminar la frágil mente de la protagonista con ideas
sobre gemelos predominantes e, incluso, antropófagos. Un énfasis en
los gemelos que hace flotar la duda en la cabeza del espectador sobre
la veracidad de lo mostrado cuando se llega a esa conclusión
turbadora; un final de esos que te hace reflexionar sore la
ambigüedad de un personaje por el simple hecho de haberlo rodado
desde un mismo punto de vista.
Con
El amante doble nos
encontramos ante un inquietante
ejercicio del comportamiento de la mente humana,
con la esencia visual provocativa tan característica de Ozon pues
visitamos el interior de una persona literalmente – una de las
primeras escenas de la película es el interior de una vagina- y con
el sexo erigido como un elemento preponderante, como ya ocurriera en
otros títulos de la cinematografía del francés como Joven
y bonita. Así, tras la
contención y sobriedad de Frantz,
el cineasta francés ha vuelto a
los derroteros fantasiosos con un notable resultado. Marine Vacth y
Jérémie Renier repiten con Ozon en unos papeles complicados y muy
jugosos psicológicamente, en especial él por su duplicidad
escénica.
7/10
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