miércoles, 6 de septiembre de 2017

El amante doble. La doble pesadilla de Chloé.

Título original:
L'amant double
Año:
2017
Fecha de estreno:
8 de septiembre de 2017
Duración:
108 min
País:
Francia
Director:
François Ozon
Reparto:
Marine Vacth, Jérémie Renier, Jacqueline Bisset, Myriam Boyer, Dominique Reymond, Fanny Sage, Jean-Édouard Bodziak, Antoine de La Morinerie
Distribuidora:
Golem


Desde hace un tiempo ya, el espectador no puede evitar pensar en François Ozon como un director desatado, de excentricidades y excesos. Al galo se le compara -porque nos encanta eso de encontrar similitudes entre realizadores para entender de qué pie cojea cada uno- con Almodóvar, por sus tramas donde los deseos y pasiones irrefrenables relacionadas con el impulso sexual adquieren gran protagonismo y por sus giros argumentales tan particulares. De hecho, este epíteto de 'el Almodóvar francés' culminó con el homenaje al manchego en Una nueva amiga. Pero eso es otra historia. Ozon regresa a la gran pantalla con El amante doble, una obra con reminiscencias también a otros realizadores truculentos y con la que el francés vuelve a disfrutar mezclando géneros como el drama, el romance y, en especial, el thriller.

El amante doble supone una adaptación muy libre de la novela Vidas gemelas de Joyce Carol Oates de la cual toma el punto de partida para después indagar en la psique y en la fantasía mental de la protagonista. Una joven y su psicoterapeuta se enamoran. Ella descubre que él tiene un gemelo idéntico de quien reniega por unos hechos turbios del pasado. Ella queda con el gemelo con quien comienza una relación de carácter sexual y violento pero, a la vez, esto le sirve de excusa para tirar del hilo de sus secretos y descubrirá una realidad terrorífica.


Y, entonces, Ozon conoció a Cronenberg. Al Cronenberg visceral de la nueva carne y las escenas de casquería. La comparación con Inseparables es inevitable con el tema de los gemelos y la relación con la mujer. Sólo que Ozon pone la acción en el punto de vista de la mujer. Un tema recurrente en el cine de Ozon es el mundo imaginario como eje de la vida de sus personajes, para huir de la realidad y contruirse un pequeño espacio único que, en el caso particular de El amante doble acaba derivando hacia algo grotesco. Quizá todo esté en la mente de Chloé; una amenaza latente que va creciendo según ella investiga en la vida de los gemelos.

Esta mirada tan posicionada permite al autor difuminar -e incluso transgredir- la barrera entre lo ficticio y la realidad para confundir al espectador. La carga psicológica y el suspense van aumentando a medida que avanza la trama. A pesar de la frialdad en la construcción paulatina del guión -por cómo se comportan los protagonistas y se desgranan sus secretos con lentitud-, la ambigüedad en el relato unido al constante uso de los espejos, al plano-contraplano y a la simetría visual para transmitir la dualidad de las personas o lo que ocultan, la película te mantiene en una tensión permanente.

La puesta en escena y el cuidado estético consiguen alejar de la sordidez a la película. Ozon tontea con lo pesadillesco, con escenas muy perturbadoras, bizarras y enfermizas. La cuestión de la identidad única la transforma en algo monstruoso con el simple hecho de contaminar la frágil mente de la protagonista con ideas sobre gemelos predominantes e, incluso, antropófagos. Un énfasis en los gemelos que hace flotar la duda en la cabeza del espectador sobre la veracidad de lo mostrado cuando se llega a esa conclusión turbadora; un final de esos que te hace reflexionar sore la ambigüedad de un personaje por el simple hecho de haberlo rodado desde un mismo punto de vista.


Con El amante doble nos encontramos ante un inquietante ejercicio del comportamiento de la mente humana, con la esencia visual provocativa tan característica de Ozon pues visitamos el interior de una persona literalmente – una de las primeras escenas de la película es el interior de una vagina- y con el sexo erigido como un elemento preponderante, como ya ocurriera en otros títulos de la cinematografía del francés como Joven y bonita. Así, tras la contención y sobriedad de Frantz, el cineasta francés ha vuelto a los derroteros fantasiosos con un notable resultado. Marine Vacth y Jérémie Renier repiten con Ozon en unos papeles complicados y muy jugosos psicológicamente, en especial él por su duplicidad escénica.

7/10

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