miércoles, 24 de mayo de 2017

Las películas de mi vida. Oda a una cinematográfia.


Título original:
Voyage à travers le cinéma français
Año:
2016
Fecha de estreno:
26 de mayo de 2017 
Duración:
190 min
País:
Francia
Director:
Bertrand Tavernier
Reparto:
Documental,  Bertrand Tavernier, Jacques Becker, Jean-Paul Belmondo, Marcel Carné, Claude Chabrol, Raoul Coutard, Jean Gabin, Jean-Luc Godard
Distribuidora:
Sherlock Films / A Contracorriente films


Bertrand Tavernier, a sus 76 años, tiene mucho que contarnos sobre el cine francés. Como director ha dirigido casi una treintena de películas, entre las que se encuentran obras como El juez y el asesino, La muerte en directo, Alrededor de la medianoche, Capitán Conan u Hoy empieza todo, entre otras. Pero, sobre todo, Tavernier es un cinéfilo de largo recorrido. A los seis años quedó impactado con Dernier atout, de Jacques Becker, mientras estaba internado por tuberculosis en el sanatorio de Saint Gervais. Su pasión por el cine comenzó en ese mismo momento y hoy día sigue tan vigente como para llevarle años realizar este documental de tres horas de duración, donde repasa las películas de su vida, a la vez que nos sirve como hermoso homenaje al cine clásico francés.


Fotograma de Al despertar el día, de Carné.
Película mencionada en el documental.

No debe tomarte el documental como algo canónico, ya que no es lo que pretende el director en absoluto. Es una especie de recopilación personal del cine francés que ha inspirado y estimulado tanto a su persona como al director que es hoy en día, recorriendo la cinematografía gala desde los años treinta a los setenta, pasando por autores de la talla de Becker, Carné, Melville, Renoir, Vardà, Godard o Truffaut pero también de autores de menor reputación (al menos por nuestras tierras) como Sacha, Gréville, Sautet o el actor Eddie Constantine. También hay mucho hincapié en Jean Gabin, que quizás junto a Belmondo sean dos de los actores más reputados del clásico francés.

También nos habla de sus primeras experiencias en rodajes y sus pinitos en el mundillo apadrinado por Melville. Lo mejor es que sabe aunar cultura, sabiduría, detalles de rodaje y conversaciones, sin edulcorar o caer en el halago simplón (no omite detalles para suavizar, separando el director de la persona y la persona del director, lo que humaniza el relato), incluso tiene una pequeña puntilla para sus compatriotas del Cahiers du cinema, que aunque reconoce su importancia, el auge de la nouvelle vague trajo consigo el desprestigio y la crítica de muchos cineastas anteriores a los años cincuenta que, según él, el paso del tiempo ha demostrado que eran verdaderos artistas.

Fotograma de French Cancan, de Renoir.
Película mencionada en el documental.

Pero si hay algo que destaca por encima de todo en el documental de Tavierner es el amor y pasión que destila por el cine, de tal forma que sales con ganas de bucear en él. En la película se mencionan noventa y cuatro clásicos franceses y, al parecer, le deben haber sabido a poco. Tras años de revisar cientos y cientos de películas, incluso de seguir descubriendo nuevas, Tavernier siente que ha dejado mucho en el tintero, y por ello ya trabaja para una versión para televisión de unas ocho horas, de la que, sin dudas, estaremos pendientes para seguir profundizando en el cine clásico de una de las cinematografías más ricas que existen. Hasta entonces, que nos sirva Las películas de mi vida, como buen y suculento preámbulo.

7/10

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