Título original:
La fille inconnue
Año:
2016
Fecha de estreno:
3 de marzo de 2017
Duración:
113 min
País:
Bélgica
Director:
Jean-Pierre y Luc Dardenne
Reparto:
Adèle Haenel, Olivier Bonnaud, Louka Minnella, Jérémie Renier, Olivier Gourmet, Fabrizio Rongione, Christelle Cornil
Distribuidora:
Wanda
En La chica desconocida,
el nuevo trabajo de los hermanos Dardenne, Jenny (Adèle Haenel), una
joven doctora, no atiende la llamada al interfono porque sus
consultas han acabado hace una hora. Al día siguiente, la policía
se presenta en su consulta pidiéndole los vídeos de seguridad ya
que han encontrado a una joven inmigrante muerta en las
inmediaciones. Jenny asume la responsabilidad de ese supuesto
asesinato pues cree que podía haberlo evitado de haber abierto la
noche anterior. Para redimirse, comienza a investigar por su cuenta
para ponerle nombre a esa chica y poder darle un entierro digno.
Estamos
ante una reinterpretación del género detectivesco en manos de los
hermanos Dardenne, con todo lo que ello implica. Esta incursión de
los belgas en algo parecido a un thriller de investigación se
realiza siempre desde la perspectiva del drama social, construyendo
la historia a retales de una joven médico comprometida con sus
pacientes y con esa chica anónima a quien no quiso/pudo ayudar por
lo que la historia pivota alrededor del compromiso con esa muerte. El
agravante es la condición de inmigrante de la chica para concienciar
al espectador sobre este tema. De hecho, la profesión de la
protagonista se utiliza como escaparate para presentar el estrato
social de la población residente (gente de clase media-baja) en el
pueblo donde se desarrolla la película. Esto es, la inclusión de
sus consultas o visitas a domicilio cumplen una misión de apología
de la denuncia social.
Por
este motivo, por momentos, roza el límite del maniqueismo
denunciador y tampoco consigue hacernos partícipes de la
investigación debido a la apatía general que viste La
chica desconocida. Apenas hay
pasión en lo contado. La carencia de sentimientos, en general, se
palpa a pesar de una protagonista acechada por la culpa pues no se
demuestra que esa culpa le reconcoma teniendo en cuenta que su
investigación depende de ese sentimiento mortificante. Quizá el
único sentimiento destacable es la tristeza perenne invasiva - en
las películas de los hermanos belgas rara vez hay lugar para la
alegría porque se enfocan en historias de marginados sociales e
inadaptados emocionales.
Y esa
tristeza deriva, en parte, de las caras de acelga de varios de los
personajes. Adèle Haenel, actriz emergente del cine galo, lleva el
peso apareciendo en casi todas las escenas pero su interpretación
adolece de ser demasiado neutra, con una expresión de desubicada y
con un alma tan carente de vida como la "chica desconocida".
Cuando Haenel comparte escenas con Olivier Bonnaud -el becario-,
ambos irradian una sensación de desgana. Menos mal que, en el
apartado interpretativo, Olivier Gourmet y Jerémie Renier, actores
fetiche de los Dardenne, en sus intensos papeles secundarios -aunque
el de Renier en realidad tiene un carácter pirotécnico-, elevan el
nivel.
Fieles
a su estilo de cámara en mano en pos de la veracidad persiguiendo al
personaje en su rutina y empleando como protagonista a una mujer,
Jean-Pierre y Luc Dardenne han intentado con La chica
desconocida mantener el suspense
ante esa "chica desconocida" del título, jugando con los
descubrimientos progresivos de la protagonista, como si de un
detective se tratara, mientras elementos más sórdidos y turbadores
irán emergiendo a medida que se acerca a la identidad de la chica.
No obstante, el resultado final es de un falso thriller apático y
poco convincente.
6/10
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