Título original:
Cien años de perdón
Año:
2016
Fecha de estreno:
04 de Marzo de 2016
Duración:
97 min
País:
España
Director:
Daniel Calparsoro
Reparto:
Luis Tosar, Rodrigo De la Serna, Raúl Arévalo, José Coronado, Patricia Vico, Luis Callejo, Joaquín Furriel, Marian Álvarez, Luciano Cáceres
Distribuidora:
Fox
El cine de atracos no es
un género muy explotado en la cinematografía española, pero en
cambio sí es un género que suele funcionar bastante bien si se le
imprime el carácter necesario. Quizás el referente español en este
subgénero sea Atraco a las 3, aunque también es verdad que
aquí la comedia se come a la intriga. Cien años de perdón juega
con dos vertientes. Por un lado, por el género en cuestión, con su
intriga y emoción. Por el otro, como elemento semidenunciativo de
una realidad actual, la política. La primera funciona correctamente,
la segunda ya no tanto.
Es de agradecer que al
menos se haya apostado por ofrecer una película, un trasfondo
ficticio por el que poder juzgarla más allá del elemento
denunciativo de turno, cosa en lo que, para mí, fallaba por ejemplo
El mundo es nuestro (más allá de presupuestos de ambas
producciones). Sí es cierto que este trasfondo del que hablo es
bastante convencional, poco elaborado, con personajes y situaciones
por lo general “de manual”, lo que supone poco riesgo. Amén de
que el título y sinopsis se comen parte de la supuesta sorpresa
argumental de los primeros compases. Pese a esto, No pierde interés
y el guión de Jorge Guerricaechevarría (Celda 211, El
niño, Las brujas de Zugarramurdi, Los crímenes de
Oxford...) orquesta sabiamente sus elementos y personajes para no
aburrir y que el espectador sienta que la trama evoluciona y no se
estanca. La acción trascurre casi enteramente en el interior de una
entidad bancaria de Valencia, por lo que los conflictos entre
atracadores, las dobles intenciones y las negociaciones entre
policías y ladrones colmarán gran parte del metraje. Se agradece también ciertos toques de humor de la mano del personaje de Joaquin Furriel, para destensar un poco la cuerda y la tensión y aguantar mejor el ritmo narrativo.
Daniel Calparsoro,
director ya consagrado, la verdad es que no tiene aún en su
filmografía un trabajo que destaque especialmente, y Cien años
de perdón tampoco creo que sea ese tótem que se recuerde a lo
largo de su carrera. O al menos no debería serlo, por el bien de la
misma. Pero sí denota un intento de trasladar un modelo (el
hollywoodiense, obviamente) más o menos efectivo a nuestra
industria. La pena es que la falta de sutileza en su denuncia
política acaba comiéndose a la parte meramente evasiva, y tambalea
el conjunto. La señalación con el dedo al gobierno de Rita Barberá
es más que evidente, aunque no se den nombres reales, pero como obra
de ficción ofrece personajes tan maniqueos y sin trasfondo que,
fuera de contexto, no funciona tan bien.
Al final, Cien años
de perdón se deja ver decentemente, sobre todo si no se mira más
allá de su función de entretener. Tiene sus clichés y lugares
comunes, cierto, pero pese a ello sigue siendo un espectáculo
merecedor de la hora y media del espectador. Si además eres de los
de sangre caliente frente a las injusticias políticas actuales y no
te importa que la crítica se pinte con brocha gorda, tendrás un
aliciente extra en el visionado.
6,5/10
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