Título original:
Bella e Perduta
Año:
2015
Fecha de estreno:
5 de Agosto de 2016
Duración:
86 min
País:
Italia
Director:
Pietro Marcello
Reparto:
Elio Germano, Sergio Vitolo, Gesuino Pittalis, Tommaso Cestrone
Distribuidora:
Film Buró
Curiosísimo a la par
de bellísimo trabajo el que hoy nos ocupa, obra de Pietro Marcello director que
se ha labrado un nombre importante en el circuito festivalero como una de las
voces más interesantes del actual cine italiano. Cultor de un estilo documental
a la vez que poético, en “Bella y Perdida” Marcello agrega elementos
fantásticos que le permiten poner en juego un universo de simbolismos en pos de
un objetivo que no termina de quedar del todo claro, pero donde la añoranza por
una Italia mítica (una Italia bella y perdida) está omnipresente.
La historia la protagonizan,
básicamente, tres personajes en distintos niveles de realidad: el primero de
ellos es Tomasso, un campesino real que se interpreta a sí mismo, que adquirió
notoriedad por cuidar y mantener el Palacio Real de Carditello (por el que recibió
el mote de El Ángel de Carditello) esperando que el gobierno recuperara y se
hiciera cargo de aquella belleza de la historia del país. La primera parte es la
que más responde al modelo clásico del documental etnográfico, siguiendo el día
a día de un pastor que decidió defender ese Palacio como si fuera propio
(aludiendo quizá a un deber patriótico al que ni las autoridades parecía
importar). Pero la muerte de Tomasso en 2014, en medio del rodaje y ante la
indiferencia de un gobierno que una vez muerto pastor y por el revuelo causado finalmente
dio el paso necesario para restaurar aquél monumento, hizo que las intenciones
iniciales que este documental pudo haber tenido dieron un viraje de 360 grados.
Marcello encontró en la muerte de Tomasso y en el fenómeno local que su misión
había provocado, la puerta hacia un nuevo nivel para su obra y allí entró el
segundo protagonista de esta historia en acción.
El personaje que toma
el protagonismo tras la muerte de Tomasso es Pulcinella un personaje clásico de
la Comedia dell’arte y personaje mítico en general del imaginario napolitano
quien, se encarga de cumplir la última misión del Angel de Carditello. Aquí, Marcello
inicia una gesta que ha partido desde la realidad actual italiana, hacia un
pasado imaginado y añorado, un pasado donde se espera encontrar la raíz de una
mítica Italia perdida en años de violencia y desintegración (no es casualidad
que el palacio de Carditello sea el perfecto depósito histórico de la gloria
borbónica, la unificación italiana, la ocupación nazi, etc etc.). Y el viaje no
lo hará Pulcinella sólo sino que lo acompañará el tercer personaje de la
historia, del cual no habíamos hablado todavía pero que está presente desde el
principio para recordarnos que este no es un documental como cualquier otro. La
cría de Búfalo que Tomasso cuidó con mucho afán, un animal que recibió el don
del habla y que es el narrador de la obra. Todo lo vemos a través del camino
que recorre el animal hacia su inevitable destino.
Así, Marcello crea un
universo que bebe en parte de la realidad, en parte de la imaginación y en
parte de las propias posibilidades cosmogónicas de la región para dibujar una
crítica social y política de la Italia actual. Es una de las obras más
satisfactorias y desafiantes de este año, aunque la búsqueda desesperada de la
poética le pueda jugar en contra en algunos momentos.
7/10
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