Doragon Bôru Zetto: Kami to Kami
(Dragon Ball Z: Battle of Gods)
Año:
2013
Fecha de estreno:
19 de junio de 2014
Duración:
85 min
País:
Japón
Director:
Masahiro Hosoda
Reparto:
Animación
Distribuidora:
Alfa Pictures
Los fans españoles de Dragon Ball
están de enhorabuena pues, por primera vez, una película de la
longeva franquicia llega a las carteleras nacionales. Antes de su
estreno masivo, tuvo un estreno reducido el pasado 30 mayo en
Cataluña (lugar donde el anime cuenta con gran cantidad de adeptos),
Baleares y Andorra. La película cosechó muy buenos números en
taquilla y, algo más de dos semanas después, su estreno se abre a
otras ciudades españolas. Para un fanático de Goku y compañía,
esta es una ocasión única - quién sabe si volverá a repetirse-
de disfrutar con los personajes de Dragon Ball
en la gran pantalla. Nosotros no hemos perdido la oportunidad de
verla, en castellano, eso sí, a pesar de que no nos gusta dicho
doblaje, muy inferior al catalán que es mucho más crudo, violento y
emotivo. Son los inconvenientes de vivir en Madrid. Igualmente, eso
no nos va a influir en el comentario sobre este episodio
estirado film.
La
historia de Dragon Ball: La batalla de los Dioses
comienza poco después de la derrota de Freezer en Dragon
Ball Z. Tras muchos años
durmiendo, Bils, el Dios de la destrucción, despierta. Ha tenido una
premonición sobre un super saiyajin Dios, el mismo que venció a
Freezer. Sin embargo, Goku nunca ha llegado a ese nivel, incluso
desconoce que exista tal poder. Bils quiere enfrentarse a un rival
con dicha característica y por eso irá a la Tierra, en búsqueda de
todos los saiyajins y, de paso, aniquilar el planeta. Mientras, en la
Tierra, los míticos personajes de Dragon Ball Z,
celebran el cumpleaños de Bulma...
Básicamente, ese es el punto de
partida de este capítulo alargado, convertido en película, cuya
estructura sigue los mismos parámetros que cualquier episodio del
anime: un super villano quiere destrozar la Tierra y los guerreros
pelearán con él para salvar a la humanidad. Ojo, que hay alguna
novedad... para bien y para mal. El villano de esta película es un
ser gatuno con forma humana cuyo diseño recuerda a las antiguas
deidades egipcias. Su carácter es caprichoso en exceso. Ahí radica
una de las pegas de esta película pues la motivación de Bils para
cargarse la Tierra no va más allá de un simple capricho. Su
comportamiento está ridiculizado y caricaturizado al máximo, muy en
la línea del carácter del nuevo Buu. Se podría decir que, para ser
el malvado más temible del universo -que es como te lo presentan-
impone más bien poco.
Pero este toque cómico burlesco nace
de recuperar el espíritu infantiloide del primer Dragon Ball.
Akira Toriyama ha participado en el desarrollo de esta película para
asegurarse de esa fidelidad al humor tosco y desenfadado, más
similar al que profesaba el Goku niño. Por eso, cuando al principio
de esta cinta Goku se comporta como un crío, queriéndose medir a
toda costa contra Bils, la nostalgia se apodera de nosotros pues
identificamos esos rasgos infantiles tan característicos. No importa
la delicadeza de la situación, Goku siempre nos prometía nuestras
dosis de acción y de risas. Así, esta película se fundamenta más
que en las peleas, en la comedia facilona. Los auto-homenajes a la
obra de Toriyama resultan muy frescos y sinceros. En cambio, la
insistencia de rociar de risas todo el metraje provoca el efecto
contrario con según qué personajes. El más ridículo, por la
paródica prostitución que sufre su personalidad, es Vegeta. Su
transformación con respecto a la serie original es radical,
inverosímil y una falta de respeto a quienes admirábamos la mala
leche -y el buen fondo- de este guerrero.
Por
otro lado, lo de los guiños a la serie se desborda en la absurda
subtrama del cumpleaños de Bulma. Se nota, por lo forzado de la
situación, que ha sido una mera excusa para una pasarela inane de
secundarios. Están prácticamente todos los personajes de Dragon
Ball Z: Gohan, Trunks, Goten,
Chi-Chi, Yamcha, Ten Shin Han, Piccolo, etc... sin aportar ningún valor añadido. Y vale que se haya
abogado por recuperar el tono del primer anime pero, en el fondo,
hemos echado de menos la espectacularidad de los combates de la saga
Z. Al fin y al cabo,
La batalla de los Dioses
es una continuación de dicha saga. En esta película, sólo hay una
pelea, casi al final y apenas se disfruta pues han alargado mucho la
insulsa historia realizada sólo como un homenaje auto-referencial
simplista de la serie.
4/10
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