Título original:
Sando-me no satsujin (The Third Murder)
Año:
2017
Fecha de estreno:
27 de octubre de 2017
Duración:
124 min
País:
Japón
Director:
Hirokazu Koreeda
Reparto:
Masaharu Fukuyama, Koji Yakusho, Suzu Hirose, Yuki Saito, Kotaro Yoshida, Shinnosuke Mitsushima, Izumi Matsuoka, Mikako Ichikawa, Isao Hashizume
Distribuidora:
Golem
Koreeda estrena en España
El tercer asesinato, alejándose en esta ocasión de los temas
familiares que venía tratando en sus últimas películas. En esta
ocasión se adentra en un drama judicial sobre un acusado de robo con
homicidio, el señor Misumi, quien ya estuvo en la cárcel por otro
asesinato hace treinta años. Su abogado es Shigemori, hijo del juez
del anterior caso.
No estamos ante un
thriller y prácticamente toda la película la pasamos entre
entrevistas del abogado y el acusado y el juicio del caso. Conviene
saber esto porque el entramado de la película se en las distintas
versiones de los hechos y los datos que se irán arrojando sobre el
caso, no con fin de suspense o similar, que sería lo normal en una
película de estas características, sino para apoyar la tesis final
que quiere afrontar Koreeda en la película: la verdad nunca se sabe.
Podríamos decir que
tiene en ese aspecto un poco del Rashomon de Kurosawa, pero
enfocado también como crítica social a un sistema judicial que
juzga a las personas pero que nunca apuesta por conocer la verdad de
los hechos para decidir, sino que se decide en base a dos abogados
(defensor y acusador) que sólo miran a intereses propios y buscan
defender sus clientes con la mejor baza posible, sea verdad, media
verdad o pura mentira.
Como tesis y enfoque me
parece muy interesante, pero desgraciadamente la película adolece de
un ritmo bastante lento y la película explota demasiado tarde. Entre
idas y venidas de versiones, el espectador puede encontrarse
recogiendo uvas y cuando la película empieza a mostrar sus
verdaderas cartas, ya no estar por la labor. En este aspecto, me
parece muy acertado y significativo el título de la película, El
tercer asesinato. Como se dice, hubo un asesinato hace treinta
años y al principio de la película vemos el segundo, que es sobre
el que versará el juicio. Cabe entonces cál es este tercero, que no
es otro que el que comete el estado, sentenciando a personas a pena
de muerte cuando no se conocen los hechos determinantes, sino que se
acusa en base a qué abogado refuta y utiliza sus recursos mejor. Y
con esta trama, uno pediría a gritos una de esas películas clásicas
de grandes juicios y discursos por parte de los abogados y una
tensión creciente hasta el veredicto final. Pero no es lo que
Koreeda tiene en mente. Él plantea algo más intimista, entre el
abogado defensor y el acusado, explorando los hechos y sin encontrar
la verdad fehaciente de lo que ocurrió. Al menos Koreeda es un director bastante solvente y saca petroleo donde otros hubieran naufragado estrepitosamente, y nos deja incluso un par de bellas estampas en la fotografía, incluyendo ese fotograma final simbólico.
En este sentido, no puedo
culpar a la película por unas pretensiones mías que ella no está
dispuesta a ofrecer, pero sí puedo quejarme por una tesis presentada
de manera un tanto inocente y, desde luego acusarla de culpable del
delito más grave que puede cometer una película: aburrir durante
gran parte del visionado. Aunque a la postre resulte interesante.
5,75/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario