jueves, 12 de octubre de 2017

El castillo de cristal. Lágrimas a granel.

Título original:
The Glass Castle
Año:
2017
Fecha de estreno:
12 de Octubre de 2017 
Duración:
127 min
País:
Estados Unidos
Director:
Destin Daniel Cretton
Reparto:
Brie Larson, Woody Harrelson, Naomi Watts, Ella Anderson, Max Greenfield
Distribuidora:
eOne



El salto del mundo indie al mainstream puede ser muy traumático. En el caso de Destin Daniel Cretton la caída no ha sido aparatosa, ya que un gran elenco y su delicada sensibilidad han actuado de amortiguadores. El cineasta hawaiano fascinó al público con la brillante Short Term 12, centrada en la vorágine cotidiana que inunda los centros de acogida de menores. En su primera película de evidente vocación comercial, El castillo de cristal, también se adentra en los traumas infantiles y los dramas inherentes a las familias disfuncionales, con una inesperada tendencia a perseguir la lágrima fácil.



Mientras que en Short Term 12 la narración avanzaba a partir de potentes secuencias que jamás huían del drama más crudo, en El castillo de cristal las píldoras de presente y pasado que componen el film están bañadas de edulcorantes para atraer al público mayoritario, que no suele aguantarle la mirada a las encrucijadas más viscerales y sinceras. De esa manera Cretton disuelve el valor más relevante de su propio estilo, como director y guionista, pero se las arregla para firmar un título solvente, hasta donde le dejan llegar los convencionalismos a los que se somete.

Cretton une sus fuerzas de nuevo al talento descomunal de Brie Larson, que pasa de ayudar a los chavales rodeados de fantasmas del pasado en Short Term 12 a ser ella una de esas víctimas de un cuidado deficiente durante la infancia. Jeannette Walls creció entre las luces y las sombras de las imposibles ambiciones de su padre, interpretado por un excepcional Woody Harrelson, que avocó a su familia a una vida de inestabilidad e itinerancia. La utopía deja paso al alcoholismo y las frustraciones que quebrantan la seguridad familiar, dislocando la vida ideal que había sido prometida. A lo largo de la cinta conocemos los efectos de esas experiencias en la Jeannette del presente, al mismo tiempo que se desenvuelven los recuerdos atestados de traumas y callejones sin salida.

Una trama que recuerda en demasía a una película infinitamente mejor Captain Fantastic, que también reflexiona sobre las ventajas creativas y las desventajas sociales de vivir en una burbuja familiar, al margen del mundo real. El castillo de cristal no logra el carisma y la trascendencia de aquella, sino que se conforma con ser un drama lacrimógeno, excesivamente extenso, de meritorias interpretaciones y exiguo riesgo.

6/10

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