En 1978 Michael Crichton (sí, el novelista) llevó a la pantalla para la MGM la novela de Robin Cook "Coma". Y en 2012, tenemos un remake de aquella película, editada en una mini-serie que consta de dos capítulos cuyo metraje global asciende a casi las tres horas.
Basada en la novela homónima de Robin Cook, adaptada al cine por Michael Crichton en 1978 y protagonizada entonces por Geneviève Bujold y Michael Douglas, 'Coma' muestra los extraños sucesos que sacuden el hospital Peachtree, en el que varios pacientes comienzan a entrar inexplicablemente en coma.
La idea primigenia es buena, simple, trillada pero buena. El que haya un complot para poder realizar estudios médicos y avances para recortar terreno a las enfermedades que aún hoy día son un quebradero de cabeza, esta muy bien, muy americana pero muy bien.
Los problemas surgen a partir de ahí, de la idea primigenia. El director Mickael Salomon ( Roma y Hermanos de Sangre), realiza un mal ejercicio, malo no, paupérrimo, en el que tanto guionistas como director quedan en ridículo. Me explico, hacia mucho, pero que mucho tiempo que no veía un intento de crear tensión tan patético, con cortes de plano y escena absurdos, culpa como ya he dicho del director, pero también de los guionistas. El ritmo pausado en ocasiones, largas escenas que no dicen nada al espectador, sumado al mal empleo del tempo dramático nos queda un pastiche bastante insoportable.
Los actores no es que lo hagan mal, simplemente quedan retratados por el computo global de la serie. Unos buenos efectos especiales y una buena fotografía, no hacen que merezca la pena destacar esta mini-serie por encima de otras que tienen mucho mejor pulso.
Pobre primer homenaje póstumo a Tony, si levantara cabeza y viera este pequeño truño a lo mejor se volvía a tirar del puente (dicho con respeto).
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