Título original:
10.000 km.
Año:
2014
Fecha de estreno:
16 de mayo de 2014
Duración:
98 min
País:
España
Director:
Carlos Marqués-Marcet
Reparto:
Natalia Tena, David Verdaguer
Distribuidora:
Avalon
El año pasado, Stockholm fue para nosotros la mejor película española del 2013. Su sencillez, por usar sólo dos actores y un par de escenarios, abrazada con fuerza a su potencia emocional, nos cautivó por completo. Un proyecto minoritario, sacado adelante con el esfuerzo de sus implicados y con la ilusión de mostrar tu retoño al mundo. Este año, nos llega otro producto español similar en cuanto a la sencillez de su planteamiento -dos actores, dos escenarios-, aunque no en cuanto a la naturaleza del proyecto, que ya ha ido recogiendo los frutos de su buen hacer. 10.000 km fue la flagrante ganadora del pasado festival de Málaga donde cosechó cinco premios, Biznaga de Oro a mejor película y Biznaga de Plata a mejor director incluidos. No obstante, su recorrido triunfador comenzó un poco antes, en el Festival SXSW de Austin, donde era la única película española en la Sección Oficial y en el cual sus dos protagonistas consiguieron un premio a la mejor actuación en pareja.
El debutante Carlos Marqués-Marcet abre su película con un plano secuencia de unos veinte minutos de duración. Aparece una pareja haciendo el amor en la cama; después se levantan y comienzan con sus quehaceres rutinarios. Álex (Natalia Tena) y Sergi (David Verdaguer) llevan siete años de relación, comparten un piso en Barcelona y están buscando su primer hijo. Sin embargo, esa mañana Álex recibe un correo electrónico que podría cambiarles la vida: le han concedido una residencia artística de un año en Los Ángeles. Cuando ambos se separan con la idea de mantener la relación en la distancia, el director opta por pasar a planos de menor duración, amarga metáfora de una relación fragmentada por la lejanía que pondrá a prueba el consolidado amor de estos dos jóvenes.
10.000 km no se sustenta como un análisis de la descomposición de la pareja ni como análisis de la fragilidad del amor a distancia. La idea es más bien mostrar el día a día, mostrar a la pareja en su nueva cotidianidad, en las dificultades que entraña superar la barrera del alejamiento. Una historia que podría pasar por un retrato generacional, tal y como está el tema laboral en España ya que algunas parejas acaban separadas por miles de kilómetros de distancia. La fortaleza de la película reside en su cercanía, en su humanidad, un “te puede pasar a ti” en toda regla. Álex y Sergi alimentan su amor mediante las tecnologías. Skype, whatsapp o correos electrónicos, todo vale para sentirte cerca de tu pareja a pesar de los molestos fallos, los cortes o la desincronización de los videos. Pero el mundo 2.0 aún no ha inventado cómo dar calor humano, un beso, un abrazo, una caricia. Marqués-Marcet, coguionista de la película junto a Clara Roquet, nos muestra cómo la ausencia física de tu ser querido es el obstáculo más empinado que hay que saltar. ¿Podrán nuestros protagonistas superarlo?
El estilo minimalista de la película nos recuerda que con una buena idea se pueden realizar grandes películas. 10.000 km explota su sencillez al tratar un tema tan cercano para los jóvenes de hoy en día ciméntandose en la química de sus dos únicos actores y el aprovechamiento de sus dos escenarios. Natalia Tena, en su debut en España -es conocida por encarnar a Nymphadora Tonks en la saga de Harry Potter y por la serie Juego de Tronos- y David Verdaguer construyen una relación creíble en todas las fases por las que transcurre su amor. Desde la pasión del primer plano al resquebrajamiento producido por la distancia. La soledad, la tristeza, la añoranza, la melancolía, la entereza, los nervios... Son tantas y tantas las emociones que desprenden sus actuaciones, ayudadas por la metafórica dirección de Marqués-Marcet, que esperamos que se convierta en nuestra particular Stockholm de este año apenas recién nacido.
7,5/10
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