El gran cuaderno. Morir o matar.

Título original:
A nagy füzet
Año:
2013
Fecha de estreno:
30 de abril de 2014  
Duración:
109 min
País:
Hungría
Director:
János Szász
Reparto:
András Gyémánt, László Gyémánt, Piroska Molnár, Ulrich Matthes, Ulrich Thomsen,János Derzsi, András Réthelyi, Orsolya Tóth
Distribuidora:
Golem

Esta no es la primera película que aborda el tema de la posguerra y los horrores que el hambre y el odio pueden desencadenar. Tampoco será la última. A pesar de ello, El gran cuaderno, aunque no se trata de un ejercicio absolutamente brillante, por otro lado tampoco es, ni mucho menos, una película olvidable. Dirigida por János Szász, director húngaro de filmografía prácticamente desconocida en nuestro país, esta película es una adaptación de la novela homónima de la también húngara Agota Kristof, escrita en el año 1986. Esta no es la primera adaptación de János Szász, ya que su debut cinematográfico fue, precisamente, la adaptación de la obra teatral Woyzeck en 1994.

El argumento versa sobre los años que suceden a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y cómo dos hermanos gemelos tienen que tomar la difícil decisión de dejar atrás su humanidad y su moral para poder resistir el dolor, la desesperación y el desarraigo. La historia comienza cuando la madre de Egyik y Masik los lleva a vivir con su abuela (la Bruja) con la esperanza de librarlos del horror que habría de invadir las tierras asoladas por la guerra, pero aun así los dos hermanos se enfrentarán al hambre, al miedo y a la violencia, endureciéndose cada vez más y ensuciándose tanto o más de lo que lo está el mundo que les rodea.

El gran cuaderno es el diario en el que dos niños narran, en una especie de simbiosis, esta oda a la deshumanización, al olvido de uno mismo (quizás imposible); a una lucha por la supervivencia en la que a menudo bien vale no sentir nada si así esquivas al dolor en este mundo que, las más de las veces, nos da la espalda. Un mundo en el que has de elegir: morir o matar.

Técnica y estéticamente, se trata de una película fría, distante e indiscutiblemente impecable. Sin duda esto no hubiera sido posible sin Christian Berger, habitual director de fotografía de Haneke, que en cierto modo contagia a El gran cuaderno de la misma atmósfera que rodeaba a La cinta blanca (Michael Haneke, 2010). Asimismo, concuerda con el estilo de otros directores húngaros como Béla Tarr (Armonías de Werckmeister, 2000; El caballo de Turín, 2011), que también opta por una cámara aséptica, deshumanizada, desesperada y cruel; es decir, un fiel reflejo del mundo que desean mostrar y de los personajes que lo habitan.

7/10