Alceste à bicyclette
Año:
2013
Fecha de estreno:
25 de Abril de 2014
Duración:
104 min
País:
Francia
Director:
Philippe Le Guay
Reparto:
Fabrice Luchini, Lambert Wilson, Maya Sansa, Camille Japy, Ged Marlon, Stephan Wojtowicz, Josiane Stoléru, Philippe Du Janerand
Distribuidora:
Wanda
Philippe
Le Guay, director de Las chicas de la sexta planta,
sigue con la comedia, esta vez tomando como referencia a Moliére
(noten que la falta del acento en el título de la crítica no es
casual, sino que en el cartel español no lo lleva... curioso) y El
Misántropo. En la obra, Alceste
es un hombre enfermo de hipocondría y sumamente huraño, donde
expresa su desagrado por el ser humano y la sociedad. No en vano,
Moliére era el verdugo de los falsos sabios y la pedantería. A
partir de una idea del propio director tras una conversación casual
y amistosa con su amigo el actor Fabrice Luchini, le surgió la idea
de hacer una película sobre dos actores ensayando El
misántropo en la isla de Ré,
donde a su vez la obra cobrará vida siendo un reflejo actualizado en
la relación de ellos dos. Así como premisa inicial puede parecer
más aburrida de lo que realmente es.
En
cierto modo es verdad que al principio cuesta entrar, o mejor dicho,
se hace un tanto cuesta arriba seguir el ritmo, pues son dos actores
recitando la obra. Pero no se asusten, poco a poco la película va
ganando profundidad, sobre todo cuando se introducen los personajes
femeninos. Además, la película es perfectamente visible y
disfrutable aún no estando familiarizados por la temática de
Moliére.
A
los que no les podemos reprochar nada es a los actores y actrices.
Empezando por un Fabrice Luchini que es Serge Tanneur en carne viva.
Lambert Wilson le da buena réplica como Gauthier Valence, personaje
que va evolucionando a medida que transcurre la historia. Maya Sansa
consigue con el personaje de Francesca ese punto de referencia en la
película, donde tanto Fabrice como Lambert acabarán dando vueltas
sobre ella. Además está el personaje de Zoé, una actriz porno
joven como representación de las nuevas generaciones, donde detrás
de esa fachada de éxito rápido y apariencia vacua, existe un
verdadero talento que necesita de un impulso para salir afuera.
El
constante toma y daca entre Serge y Gauthier, una lucha de egos, uno
vitalista y el otro pesimista. A través de sus encuentros
comprendemos a cada uno de los dos personajes y, además, los
extrapolamos a la sociedad actual. Quizás no estoy del todo
satisfecho, al igual que comentó Lambert Wilson, del final que toma
su personaje y pienso que habría quedado mejor junto con lo
contrario a lo que ocurre, pero supongo que sus motivos tendría
Philippe Le Guay para decidirse en el montaje por esta versión.
Moliére
en bicicleta acaba siendo un
buen reflejo del mundo actoral, los ensayos, las amistades y las
redencillas, un trabajo gratificante y asfixiante a la par, según
las diferentes situaciones.
También
se atisban ecos a Jules et Jim
de François Truffaut en ese trío en bicicleta e incluso la música
que suena es la misma que en la película de 1961.
6,5/10
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