domingo, 20 de abril de 2014

Redención (Hummingbird). Sin intensidad.

Título original:
Hummingbird
Año:
2013
Fecha de estreno:
21 de mayo de 2014
Duración:
100 min
País:
Reino Unido
Director:
Steven Knight
Reparto:
Jason Statham, Agata Buzek, Benedict Wong, Siobhan Hewlett, Jason Wong, Ian Pirie, Lee Nicholas Harris, Vicky McClure
Distribuidora:
Flins y Pinículas


Quizá el nombre de Steven Knight, dos veces nominado al Óscar, no te suene de nada aunque te digamos que suyos son los guiones de Negocios Ocultos y el de la formidable Promesas del este. Nos sorprende, en el mal sentido, que para su debut tras las cámaras haya optado por un guión tan flojo -también escrito por él- como lo es el de Redención, un disfuncional híbrido entre el drama, el thriller y la acción, incapaz de medir cuantitativa (y cualitativamente) las dosis entre los tres géneros. Por lo tanto, el resultado final es poco satisfactorio, sobre todo si eres fan de las peleas y coreografías de Jason Statham.

Desde luego, el “transportador” es el mayor reclamo de la película. Y, a pesar de que Statham tiene un par de escenas para lucirse peleando, ni poseen la espectacularidad a la cual nos tiene acostumbrados ni son relevantes per se para la trama de Redención. En esta película el personaje de Statham posee un fondo, un pasado angustioso y no es un mero arquetipo de acción. El actor británico matiza su interpretación para tratar de demostrar que puede dar más de sí, que no está encasillado en el rol de “mete-hostias”, aunque la construcción en el guión de su personaje limite sus capacidades. 


En Redención, Jason Statham es Joey Jones, un ex soldado británico con cargo de conciencia tras su paso por la guerra de Afganistán debido a las crueldades que se vio obligado a cometer. Ahora, desertor, vive como un mendigo junto a su nueva amiga Isabel en los barrios bajos de Londres, apartado de la sociedad. Un día, tras una pelea callejera, acaba en un piso vacío cuyo acaudalado dueño se encuentra fuera durante todo el verano. Aprovechará la situación para recomponer su vida y redimirse al tiempo que trabaja para la mafia china.

A partir de esa premisa, la trama comienza a enredarse con elementos dramáticos, familiares y amorosos. Lo que prometía ser una película de acción a raudales en el Londres más recóndito, termina convirtiéndose en una amalgama de subtramas, de bocetos carentes de una sólida cohesión. Por ejemplo, la historia de la familia de Statham, cogida por los pelos, para mostrar a un padre arrepentido y de buen corazón. O la relación con su amiga Isabel, que se convierte a posteriori en una búsqueda incesante de venganza. Pero la menos creíble de todas es el amorío con la monja -interpretada por Agata Buzek- por la poca química entre los actores. Esta forzada subtrama, cuya teórica función es unir el mundo del Bien con el del Mal, también está aderezada por el pasado convulso de la monja para que ambos personajes, con sus traumas personales, puedan conectar, como si fueran dos almas en busca de redención.


Steven Knight intenta, con un esfuerzo infructuoso en la sucia fotografía sazonada con luces de neón, sacarle partido al Londres más oscuro y suburbano. En cambio, no hay intensidad, no hay garra en una historia muy débil que coquetea con muchos géneros pero no se compromete con ninguno. Las escenas sobre el pasado de Joey Jones en la guerra quedan impostadas, como fuera de lugar y esas alucinaciones con colibríes, en su intento de evocar una temporada traumática para el personaje, acaban derivando en un mundo onírico mucho menos efectivo que las escenas bélicas en sí. Puede que Redención se mueva en tierra de nadie y no contente a los seguidores de Statham (por cierto, en la escena inicial, con el pelo largo y esa inocultable alopecia, se da un aire tremendo a Chistopher Lambert), no obstante Locke, la próxima película de Knight protagonizada por Tom Hardy, tiene mucha mejor pinta. Esperemos que no nos defrauden las expectativas. 


4,5/10

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