Hummingbird
Año:
2013
Fecha de estreno:
21 de mayo de 2014
Duración:
100 min
País:
Reino Unido
Director:
Steven Knight
Reparto:
Jason Statham, Agata Buzek, Benedict Wong, Siobhan Hewlett, Jason Wong, Ian Pirie, Lee Nicholas Harris, Vicky McClure
Distribuidora:
Flins y Pinículas
Quizá el nombre de Steven Knight, dos
veces nominado al Óscar, no te suene de nada aunque te digamos que
suyos son los guiones de Negocios Ocultos y
el de la formidable Promesas del este. Nos
sorprende, en el mal sentido, que para su debut tras las cámaras
haya optado por un guión tan flojo -también escrito por él- como
lo es el de Redención, un
disfuncional híbrido entre el drama, el thriller y la acción,
incapaz de medir cuantitativa (y cualitativamente) las dosis entre
los tres géneros. Por lo tanto, el resultado final es poco
satisfactorio, sobre todo si eres fan de las peleas y coreografías
de Jason Statham.
Desde luego, el
“transportador” es el mayor reclamo de la película. Y, a pesar
de que Statham tiene un par de escenas para lucirse peleando, ni
poseen la espectacularidad a la cual nos tiene acostumbrados ni son
relevantes per se para la trama de Redención. En esta
película el personaje de Statham posee un fondo, un pasado
angustioso y no es un mero arquetipo de acción. El actor británico
matiza su interpretación para tratar de demostrar que puede dar más
de sí, que no está encasillado en el rol de “mete-hostias”,
aunque la construcción en el guión de su personaje limite sus
capacidades.
En Redención,
Jason Statham es Joey Jones, un ex soldado británico con cargo
de conciencia tras su paso por la guerra de Afganistán debido a las
crueldades que se vio obligado a cometer. Ahora, desertor, vive como
un mendigo junto a su nueva amiga Isabel en los barrios bajos de
Londres, apartado de la sociedad. Un día, tras una pelea callejera,
acaba en un piso vacío cuyo acaudalado dueño se encuentra fuera durante todo
el verano. Aprovechará la situación para recomponer su vida y
redimirse al tiempo que trabaja para la mafia china.
A partir de esa
premisa, la trama comienza a enredarse con elementos dramáticos,
familiares y amorosos. Lo que prometía ser una película de acción
a raudales en el Londres más recóndito, termina convirtiéndose en
una amalgama de subtramas, de bocetos carentes de una sólida
cohesión. Por ejemplo, la historia de la familia de Statham, cogida
por los pelos, para mostrar a un padre arrepentido y de buen corazón.
O la relación con su amiga Isabel, que se convierte a posteriori en
una búsqueda incesante de venganza. Pero la menos creíble de todas
es el amorío con la monja -interpretada por Agata Buzek- por la poca
química entre los actores. Esta forzada subtrama, cuya teórica
función es unir el mundo del Bien con el del Mal, también está
aderezada por el pasado convulso de la monja para que ambos
personajes, con sus traumas personales, puedan conectar, como si
fueran dos almas en busca de redención.
Steven Knight
intenta, con un esfuerzo infructuoso en la sucia fotografía sazonada
con luces de neón, sacarle partido al Londres más oscuro y
suburbano. En cambio, no hay intensidad, no hay garra en una historia
muy débil que coquetea con muchos géneros pero no se compromete con
ninguno. Las escenas sobre el pasado de Joey Jones en la guerra
quedan impostadas, como fuera de lugar y esas alucinaciones con
colibríes, en su intento de evocar una temporada traumática
para el personaje, acaban derivando en un mundo onírico mucho menos
efectivo que las escenas bélicas en sí. Puede que Redención
se mueva en tierra de nadie y no contente a los seguidores de Statham
(por cierto, en la escena inicial, con el pelo largo y esa
inocultable alopecia, se da un aire tremendo a Chistopher Lambert),
no obstante Locke, la próxima película de Knight
protagonizada por Tom Hardy, tiene mucha mejor pinta. Esperemos que
no nos defrauden las expectativas.
4,5/10
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