Wonder
Año:
2017
Fecha de estreno:
1 de diciembre de 2017
Duración:
113 min
País:
Estados Unidos
Director:
Stephen Chbosky
Reparto:
Jacob Tremblay, Julia Roberts, Owen Wilson, Mandy Patinkin, Ali Liebert, Crystal Lowe, Daveed Diggs, Izabela Vidovic
Distribuidora:
eOne
Después de su fabuloso trabajo tras
las cámaras en la adaptación de su propia novela Las ventajas de ser un marginado y en la
co-escritura del guion de la nueva versión en imagen real de La
bella y la bestia de Disney,
teníamos ganas de ver el último trabajo cinematográfico hasta la
fecha de Stephen Chbosky. Se trata de Wonder,
también adaptación de una serie de novelas cuyo protagonista es
Auggie, un niño de 10 años nacido con una deformidad facial. Los
libros, escritos por R.J. Palacio destilan una lección de tolerancia
y humanidad, sentimientos a los cuales Chbosky ha querido ser fiel.
Y, aunque uno pudiera pensar ante la premisa de la película en una
historia lacrimógena hasta la náusea, hay muchos elementos que
evitan la arcada.
El
tratamiento dado a Wonder
por parte de Chbosky mantiene un tono agradable, muy en la línea de
Las ventajas de ser un marginado -sí,
incluida la música retro. Las
semejanzas entre ambas películas van más allá de ser una
adaptación literaria dirigida a un público joven. En ambos trabajos
Chbosky retrata el mundo adolescente desde una perspectiva cuasi
idealizada con marginados sociales/escolares como estandartes, en un
caso por un trauma infantil; en otro por una deformidad de nacimiento
que les hacen poco aptos para la interacción social. En los dos
casos, el protagonista es un novato que acaba encontrando un lugar
donde encajar: la tan ansiada integración. Y, en los dos casos, el
relato se apoya en una narración en off del personaje principal con
sus reflexiones y lecciones personales a medida que avanza su
historia.
Por la
deformación facial de su protagonista, uno evoca irremediablemente
el Máscara de Peter
Bogdanivich. Pero Wonder ofrece
una perspectiva más amable, más acorde a un público juvenil.
Auggie Pullman (el siempre maravilloso y adorable Jacob Tremblay)
nació con una deformidad en su rostro que le ha llevado a pasar por
quirófano hasta 27 veces. Cuando va a entrar a quinto, sus padres
deciden que es el momento de enfrentarse al colegio, de codearse con
otros niños de su edad. La película sigue el proceso de
aclimatación de Auggie a la escuela, sus dudas y frustraciones ante
su "fealdad", su relación con sus compañeros de clase así
como la aceptación y adaptación de sus padres y hermana mayor a este
nuevo modo de vida.
Desde
una óptica objetiva, Wonder transmite
un mensaje demasiado positivo para el tema tratado. Recordemos que
estamos en una época donde el acoso escolar -por desgracia- forma
parte inherente del crecimiento de los niños. Auggie, con su aspecto
físico, produciría un inmediato sentimiento de rechazo. A pesar de
que el guion sí muestra ese repudio por parte de otros chicos, nunca
abusa de ningún tipo de violencia física o psicológica. Hay un
matoncillo con una panda de seguidores pero éstos se irán
redimiendo, cayendo rendidos ante el encanto de Auggie. Quizá esta
sería la mayor pega en la credibilidad hacia la película. Pero
luego recordamos que R.J. Palacio quiso construir una oda a la
belleza interior de las personas y transmitirlo a los niños en un
lenguaje comprensible y fácil de asimilar.
En ese
sentido, Chbosky realiza una adaptación complaciente, una historia
amable predispuesta a la lágrima pero que, en cambio, nunca consigue
sacar pues no se hace sensiblera. El espectador conecta con el mundo
de Auggie – gracias en gran parte a la gracia natural del pequeño
Tremblay- sin sentirse presionado por elementos externos como podrían
ser la música ambiental o la pornografía emocional del propio
relato. Todo un acierto también estructurar la historia como por
capítulos, con distintos personajes contando su versión de esa
historia cuya órbita central es Auggie.
7/10
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