Justice League
Año:
2017
Fecha de estreno:
17 de Noviembre de 2017
Duración:
120 min
País:
Estados Unidos
Director:
Zack Snyder
Reparto:
Gal Gadot, Ben Affleck, Ezra Miller, Jason Momoa, Henry Cavill, Amy Adams
Distribuidora:
Warner Bros.
Mi infancia y adolescencia quedaron
impregnadas del aroma de los cómics, procedentes de tierras niponas o
estadounidenses. Relatos de superación, amistad, trabajo en equipo y diversidad,
que me convirtieron en parte del target
más evidente del cine de superhéroes, omnímodo a lo largo de este último siglo.
Pero los huevos de oro cada vez reciben menos cuidado, y a pesar de contar con reputados
cineastas a cargo de su manufactura, el resultado es cada vez más homogéneo.
Fox, Warner y Disney se pelean por vender mejor una serie de productos que en
la práctica son similares en exceso. Es evidente que Disney, con su división de
Marvel, lleva la ventaja en ese campo, con la aspiración de recuperar todos los
derechos de la compañía para amplificar aún más su inabarcable universo
cinematográfico. En el reverso de la moneda se encuentra DC, cuyos personajes
están pasando por el mismo proceso que su compañía rival, sólo que en función
de centrifugado y de manera insultantemente abrupta.
Tras el lamentable resultado de El hombre de acero, Batman v Superman y Escuadrón Suicida, Warner necesitaba un éxito como Wonder Woman más que nunca. El estudio
se ha aferrado a ese clavo ardiendo y ha dejado de lado la visión de Zack
Snyder, principal mente creativa en las primeras cintas de este redundante
universo, para introducir un estilo mucho más genérico y carente de
personalidad. El abigarrado resultado de Liga
de la Justicia, que trata de combinar chascarrillos, más o menos sincronizados,
y catchphrases, más propias de Joss
Whedon, con los oscuros ambientes cargados de drama y acción que transita
Snyder. En esta ocasión nos encontramos con una producción más luminosa, que
huye de callejones huérfanos de farolas, y que avanza con una estructura tan
reciclada que está empezando a resquebrajarse.
Afortunadamente, Liga de la Justicia no tiene nada que
ver con el infumable caos narrativo bautizado como Batman v Superman, cuyo montaje invitaba a tomarse un par de
Biodraminas para no marearse. Sin embargo, decir que supera a su predecesora no
significa que sea una película original, innovadora o satisfactoria, quizá
entretenida en el sentido más vacuo de la palabra, pero al acudir a las mismas
estrategias manidas que sus compañeras de subgénero, termina por ser un libro
raído o una canción del verano que huele a carcoma. Evidentemente, me enamora
que Flash vea Rick y Morty en su
guarida o que Aquaman se dé un chapuzón al ritmo de los White Stripes, pero más
allá de las referencias agradables y de una introducción bastante solvente de los
nuevos personajes, Liga de la Justicia carece de química y pasión.
Ante el nulo carisma de
personajes como Superman, e incluso Batman en esta ocasión, es Wonder Woman la
que se impone como personaje más potente de una cinta en la que todo se puede
resumir en la historia del bigote de Henry Cavill. Mostacho borrado
digitalmente que recuerda a la vergonzosa y desagradable recreación digital de
Peter Cushing en Rogue One, ya que
ejemplifica la absurdez alcanzada por el cine comercial contemporáneo. Hoy en
día todo se puede resolver con unos días más de postproducción, incluso la
aceptación del público de productos realmente paupérrimos, pero aquello que no
se puede reparar es la falta de calidad y de corazón, por mucho que estos
elementos esenciales sean condenados al ostracismo cuando los billetes empiezan
a circular.
5/10
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