Título original:
Saving Mr. Banks
Año:
2013
Duración:
125 min
País:
Estados Unidos
Director:
John Lee Hancock
Reparto:
Emma Thompson, Tom Hanks, Colin Farrell, Paul Giamatti, Jason Schwartzman, Bradley Whitford, Ruth Wilson, B.J. Novak
Distribuidora:
Disney
Casi
veinte años le costó al bueno de Walt Disney hacerse con los
derechos para la explotación cinematográfica de la icónica Mary
Poppins. Cuando sus hijas eran
pequeñas les prometió una versión para la pantalla grande de la
niñera voladora y, aunque le costó dos décadas, lo consiguió. A
principios de los años sesenta, Pamela Lyndon Travers se encontraba
en una situación económica no muy boyante y acabó accediendo a los
deseos del magnate de Disney. Cómo se llevó a cabo la elaboración
de los primeros borradores del guión, cómo fue la difícil relación
entre la autora y Disney y cómo todo ello desembocó en el exitazo
Mary Poppins son las
preguntas que intenta responder Al encuentro de Mr. Banks.
Aunque
basada en un hecho real, Al encuentro de Mr. Banks edulcora
y moldea la historia para hacerla más llamativa y complaciente; no
olvidemos que estamos ante una película Disney. Las personalidades
de Travers y Disney, aunque semejantes a las verdaderas, no son
fidedignas a la realidad y muchos de los puntos de la película son
inventados (no hace falta ser muy listo para darse cuenta de cuáles
pueden ser mientras uno está viéndola). Son las consecuencias
lógicas de una adaptación. El punto de partida de la película
comienza cuando Travers acepta viajar a Estados Unidos para negociar
con Disney los derechos de su novela. Durante dos semanas, Disney y
sus guionistas tratarán de enternecer el corazón de la dura,
inflexible y antipática escritora mediante las canciones o el
imaginario visual potencial para la historia cinematográfica. Pero
Travers es cabezota y se niega a casi todo: no quiere un musical, no
quiere color rojo en la película, no quiere nada de animación en
ella, no quiere a Dick Van Dyke... El toque azucarado con la
exploración del por qué la autora es tan reacia a ceder los
derechos de su novela. Walt Disney comprenderá que debajo de esa
coraza de mujer rígida, se esconde una infancia complicada con la
muerte de su padre, a quien ella adoraba, siendo todavía una niña.
John
Lee Hancock se vuelve a embarcar en la dirección de un proyecto
oscarizable tras la ñoña The Blind Side aunque
esta vez su película se ha tenido que conformar con la nominación a
mejor banda sonora. Y eso que las actuaciones rayan a un gran nivel
gracias a su pareja protagonista, ambos ganadores por partida doble
de un premio de la Academia. Emma Thompson, con su aire de mujer fría
y estricta, convence en el papel de Travers y Tom Hanks interpreta al
perspicaz empresario con soltura. El resto del elenco lo completan
actores de la talla de Colin Farrell, Paul Giamatti o Jason
Schwartzman. Precisamente este último, junto a B.J. Novak, tienen el
difícil papel de dar vida a los hermanos Sherman, quienes con sus
pegadizas melodías y letras, lidiarán con la inexorable escritora,
regalando algunos de los mejores momentos de la película.
A
Hancock le llamó la atención del guion de Kelly Marcel la forma de
entretejer la historia de 1961 con la de la infancia de Travers
(australiana de nacimiento, aunque se comporte como una recta
británica) para dar origen a Mary Poppins así como las
posibilidades visuales del proyecto. Y así es, en los flashbacks
sobre la niñez de Travers el Big Sky Ranch norteamericano reproduce
un inmenso y precioso paisaje árido australiano.
7/10
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