Agosto. La familia Monster.

Título original:
August: Osage Country
Año:
2013
Duración:
121 min
País:
Estados Unidos
Director:
John Wells
Reparto:
Meryl Streep, Julia Roberts, Ewan McGregor, Chris Cooper, Margo Martindale, Julianne Nicholson, Benedict Cumberbatch, Juliette Lewis, Margo Martindale, Abigail Breslin, Sam Shepard, Dermot Mulroney

Es temporada de premios. Hace pocas semanas, los nombres de Meryl Streep y Julia Roberts resonaban como nombres con grandes posibilidades a hacerse con algún galardón a mejor actriz principal y de reparto, respectivamente, por sus interpretaciones en Agosto. Por primera vez en sus carreras, ambas trabajan juntas, cara a cara en un duelo interpretativo superlativo. Aunque con el paso de los días van perdiendo peso sus candidaturas , lo cierto es que ambas destacan de sobremanera en este culebrón. Agosto es un drama familiar con discusiones acaloradas, trapos sucios y secretos inenarrables apoyado en un reparto coral en el cual destacan sus intérpretes femeninas.

Violet (Meryl Streep) es la matriarca de la familia Weston. Está enferma de cáncer de boca y es adicta a los medicamentos. Cuando su marido (Sam Shepard) desaparece durante el caluroso mes de agosto, sus tres hijas volverán al hogar materno hasta averiguar qué ha pasado con su padre. Como en Celebración de Vitenberg, la escena detonante para que la madre dé rienda suelta a su lengua viperina, ponga en evidencia a sus allegados, muestre los resentimientos escondidos durante tantos años y, sobre todo, no deje títere con cabeza es una comida familiar -cena en este caso-. A partir de esta escena clave, Agosto se convierte en una caja de sorpresas para el espectador, cualquier personaje es susceptible de esconder un secreto que hunda aún más en la basura a esta disfuncional familia.

 

A Agosto se le nota el marcado acento teatral pues el peso de la trama se centra en los diálogos y en los descubrimientos que harán tambalearse, aún más si cabe, los cimientos de una estructura familiar muy deteriorada. La película supone la adaptación cinematográfica de la obra de teatro homónima. El propio Tracy Letts, autor de la versión original, ha sido el encargado de adecuar el libreto para la gran pantalla. John Wells (The company men), por su parte, realiza un discreto trabajo tras las cámaras. El empeño, como decíamos, es resaltar un reparto de estrellas en una historia en la que todos tienen algún momento para lucirse, exceptuando Ewan McGregor a quien le ha tocado el papel más desaprovechado de todos. De los secundarios, tanto Chris Cooper como Margo Martindale están magníficos en sus breves, pero potentes, papeles.

Las grandes favorecidas de este casting coral son Streep y Roberts, en dos roles de mujeres fuertes, con carácter y, sin embargo, rotas por dentro. Ambas encarnan a dos mujeres despiadadas que destruyen a sus seres queridos. Julia Roberts da vida de forma portentosa a la mayor de las hijas Weston, con los matices que van definiendo su personalidad a medida que descubre su parecido interno con su madre. No obstante, lo poco comedido de sus actuaciones (a menudo parece que juegan a “a ver quién grita más alto”) y el carácter villanesco intrínseco de estos personajes, y de los demás también, van a repeler a muchos espectadores, creando un rechazo inicial por ese histrionismo de personajes "monstruosos", que sólo saben chillar y buscar pelea. Con el paso de los minutos, se consigue crear algo de interés pero ese rechazo sigue estando ahí. Al fin y al cabo es como estar viendo una versión del Sálvame; te sientes un intruso en una casa de locos. 

 

Que hayan vendido Agosto como una comedia (aunque pueda tener algún toque cómico negrísimo y cínico, difícil reírse con algo así) es un punto negativo y por el cual el espectador se siente engañado, más si las discusiones familiares tan miserables afloran en casi todos los minutos que dura la película con tan pocos momentos de respiro. Si el propósito era sentirse repudiado por una ristra de personajes crueles, objetivo más que cumplido. Sólo el patético pequeño Charles de Benedict Cumberbatch nos aporta algo de sosiego en este intenso retrato de descomposición familiar. Una película que se sustenta en las actuaciones de un reparto plagado de grandes nombres y que básicamente será recordada por ello.

6/10