martes, 28 de enero de 2014

La Venus de las pieles. Polanski sometiendo al espectador.


Título original:
La vénus a la fourrure (Venus in Fur)
Año:
2013
Duración:
96 min
País:
Francia / Polonia
Director:
Roman Polanski
Reparto:
Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner
Distribuidora:
Wanda Vision





La Venus de las pieles es una obra literaria que data de 1870 escrita por el austriaco Leopold von Sacher-Masoch. Esta obra pretendía formar parte de una saga llamada El legado de Caín, que constaría de seis libros, con seis historias diferentes en cada uno divididas en seis temáticas: el amor, la propiedad, el estado, la guerra, el trabajo y la muerte. Realmente Sacher-Masoch sólo completó dos de los seis libros (el amor y la propiedad), dejando de los otros cuatro meros esbozos. La Venus de las pieles es la quinta historia del libro dedicado al amor, donde se cuenta la relación del protagonista, Severin von Kusiemski, con Wanda von Dunajew donde se relata a todo detalle varias prácticas que harían palidecer a las 50 sombras de Grey: hacerse atar, azotar y humillar por una mujer corpulenta vestida con pieles, firmar un contrato como esclavo e incluso la incorporación de un tercer amante. Se convirtió al mismo tiempo en un escándalo y en un éxito en Francia por sus descripciones del tipo de apetencias y deseos que han inmortalizado el apellido de este autor, derivando de ahí la palabra 'masoquismo'.
Después de esta breve clase de literatura, conectemos el tema con la película de Polanski.

Inspirado en este libro, el dramaturgo David Ives escribió una obra para teatro llamada Venus in Fur (Venus en pieles), una obra para sólo dos intérpretes, Thomas Novachek sería en director-escritor de una obra de teatro sobre La Venus de las pieles de Sacher-Masoch y Vanda Jordan sería una actriz algo inusual, que llega tarde a la audición para el papel de Wanda von Dunayev y le ruega a Thomas que le haga la prueba. Al final accede pero poco a poco se verá que Vanda parece ser perfecta para el papel, convirtiendo la obra en una réplica-contraréplica donde es difícil saber quien lleva la batuta de esta orquestal sinfonía del amor, la sumisión y la perversión del alma.


Y esta obra de teatro es la que adapta a la gran pantalla Roman Polanski, similar a lo que ya hizo con Un Dios salvaje hace un par de años.
Dos actores, un escenario y una hora y media de comedia negra la mar de entretenida. Ahora mismo solo me viene a la mente una película una película de un planteamiento similar con grandes resultados: La huella de Mankiewicz.

Para que una película así funcione, aparte de hacer un buen trabajo de cámara para evitar la sensación de telefim u obra de teatro filmada, hay que conseguir un gran trabajo actoral, ya que en buena medida son el sustento de la película.
Y ahí ha estado fino Polanski con Mathieu Amalric y Emmanuelle Seigner.
Desde luego, de haber optado por Louis Garrel para el papel de Thomas Novachek, como se pensó al principio, creo que no habría sido tan intensa la película.

Amalric y Seigner ya habían coincidido juntos en La escafandra y la mariposa y Emmanuelle, esposa actual de Polanski, ya había colaborado en otras tres ocasiones cinematográficamente (Frenético, Lunas de hiel y La novena puerta).
Roman, al haber actuado desde los 14 años, sabe perfectamente cómo hablar a sus actores para sacar de ellos lo deseado y crea un clima único en la película. La tensión entre ambos crece por momentos según avanza la trama, sin dejar de lado nunca el toque mordaz de la obra de teatro. Los roles de dominante-dominador se van intercambiando constantemente en la película, despistando al propio espectador incluso, sin saber del todo, al menos al principio, quien lleva las riendas. A su gran trabajo, hay que añadir el matiz de que físicamente Amalric nos recuerda al joven Polanski, lo que imprime una capa más a la película. De hecho, hay varias capas que hacen muy atractivo su visionado, más allá del toma-daca actoral. Desde la temática amorosa, el paralelismo con su director y referencia a anteriores obras suyas (que mejor no nombrar para una mayor sorpresa) o todo el tema del masoquismo y la sumisión como otra forma de placer.


Una obra más inteligente de lo que puede parecer en un primer vistazo, completada por una buena fotografía de Pawel Edelman, nominado al Oscar por El Pianista, la primera de las hasta ahora cinco colaboraciones con el polaco. Edelman centra sobre todo sus esfuerzos en la lograda iluminación, logrando que nos olvidemos que todo ocurre en un teatro otorgándole un aura fantasioso y ambiguo a la trama. Un buen ejemplo del gran trabajo realizado por Edelman sería una de las escenas finales, la del baile, de una extraña fuerza y belleza, apoyada muy bien por otro de los grandes, Alexandre Desplat, que compone la banda sonora.

La música en La Venus de las pieles está presente en casi toda la película, y tiene la misión de enfatizar a los personajes otorgando la perspectiva oculta, la cara que no vemos de ellos, la del doble juego. Ya en el plano general que nos lleva de esa calle lluviosa al teatro, la música sabe introducirnos en el tono general de la película. Nos pone en situación antes incluso de que veamos a los personajes.
Al igual que la iluminación, confiere un aire de ensoñación para que los personajes salgan de ese espacio tan cerrado, para que su historia no quede anclada a una situación en concreto y adquiera mayor perspectiva.

Por ello, que la trama pueda parecer previsible es un mal menor, no es el interés central de la película el cómo acabará todo, sino los “recados” que van dejando por el camino, el viaje que realiza cada personaje y las extrapolaciones que pueda hacer el espectador de los temas que salen a la palestra.
Un Polanski ácido y fresco, quizás no tanto como su anterior película pero que sin duda merece la pena.

7,5/10

2 comentarios:

  1. Gracias por tu crítica. Me ha encantado toda la información que diste sobre la peli. Tengo una duda... Cuando la vi, creí que Vanda encarnaba a la auténtica diosa Venus...y que había bajado al mundo terrenal para jugar con Thomas. :P

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    Respuestas
    1. Yo creo que no vas desencaminada con tu visión, aunque Polanski deja abierto a libres interpretaciones. No he comentado nada en la crítica porque intento meterme cuanto menos en el argumento, para influencia cuanto menos y dejar que la gente vaya libre de prejuicios a su visionado y saque sus propias conclusiones.

      Gracias, por compartir tus impresiones, Mercedes!

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