Título original:
Jack Ryan: Shadow Recruit
Año:
2014
Duración:
105 min
País:
Estados Unidos
Director:
Kenneth Branagh
Reparto:
Chris Pine, Kevin Costner, Kenneth Branagh, Keira Knightley, Colm Feore, Gemma Chan, David Paymer, Nonso Anozie, Karen David, Lee Asquith-Coe
Distribuidora:
Paramount
Tom
Clancy nos dejó en octubre del 2013 a los sesenta y seis años en un
hospital de Baltimore.
Para
el recuerdo, uno de los más famosos best-sellers de novelas
policíacas destacando sobre todo su personaje de Jack Ryan, analista
de la CIA en época de la Guerra Fría, al que dedicó doce libros, y
salía parcialmente en otros tres, que protagonizaba su hijo, Jack
Ryan Jr.
Hasta
ahora su personaje había sido llevado al cine en cuatro ocasiones:
La
caza del octubre rojo
(1990), Juego
de patriotas
(1992), Peligro
inminente
(1994) y Pánico
nuclear
(2002) y ahora llega Jack
Ryan: Operación sombra.
En realidad, esta última no adapta a ningún libro de Tom Clancy,
sino que recoge su espíritu y lo intenta trasladar a nuestros
tiempos.
En
la película de Kenneth Branagh, Jack Ryan (Chris Pine) es un soldado
que, en un valeroso acto, salva a sus compañeros en una misión,
aunque queda gravemente malherido de la espalda. Esto le obliga a
dejar el ejército, pero mientras se rehabilita, un agente de la CIA
(Kevin Costner) le ofrece un puesto de analista, aunque para ello
antes debe acabar su abandonada carrera. Durante la rehabilitación
se enamora de Cathy, una cirujana
ocular pediátrica en prácticas.
Una
vez activo de nuevo, se le asigna un trabajo-tapadera como Oficial de
Cumplimiento, donde descubrirá una amenaza rusa para devaluar el
dólar y poner así en peligro la economía estadounidense. Es aquí
cuando se verá obligado a convertirse en un agente de campo, más
allá de su puesto de ordenador y combinar astutamente su doble
identidad: agente secreto y novio de Cathy, a la cual no puede contar
nada de su secreta misión que le lleva a Moscú.
El
veterano actor/director/ guionista Kenneth Branagh vuelve a dirigir
tras la película del superhéroe Thor,
donde ya había demostrado que podía manejar una película de acción
entretenida y trepidante, más allá de sus adaptaciones de
Shakespeare y obras de teatro que le habían dado su fama.
Aquí
además enfunda un doble papel, detrás y delante de las cámaras,
actuando como Viktor Cherevin, el antagonista de Jack Ryan.
Desde
luego, Branagh vuelve a cumplir su función de entretener al
personal. Además, el enfoque de conocer los inicios del personaje,
su incursión en la CIA y su primera misión es una idea atractiva
que ya había resultado todo un éxito con otro agente secreto en
Casino
Royale,
el debut de Daniel Craig como 007.
Pero
este reboot de Jack Ryan no parece que vaya a seguir el mismo éxito,
no entró muy fuerte en la taquilla americana en su estreno (cuarto
puesto) y la crítica internacional no la ha dejado en muy buen
lugar, y es que como película independiente tiene cierto pase, un
correcto entretenimiento sin destacar demasiado para bien o para mal,
pero como película reinicia-franquicias creo que falla, no deja la
huella suficiente ni como película ni como personaje como para tener
interés en ver otras misiones. No sé qué pensarán los fans de
Jack Ryan, pero vista con perspectiva, parece un thriller bastante
corriente y mundano.
Peleas
al estilo “cuanto menos vea el espectador, más parece que se
pegan” pero, por suerte, hay pocas en general y en general una
sensación de estar viendo una película de la saga Bourne o similar,
es decir, que no te aporta nada nuevo como espectador.
Al
menos mantiene cierta tensión entre los personajes de Pine, Branagh
y Knightley que es sin duda lo mejor de la película, más
emocionante casi que la posterior carrera para evitar el atentado.
Si
te gustan este tipo de películas, donde todos parecen sospechosos,
siempre hay un peligro que cierne sobre los USA y el protagonista
debe desmantelar la organización, con alguna que otra escena de
acción de por medio, puede ser una interesante opción en la
cartelera, pero no esperes nada que se salga de lo normal del género,
la película al igual que su operación, nunca salen de las sombras.
6/10
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