Título original:
Diary of a Whimpy Kid: The Long Haul
Año:
2017
Fecha de estreno:
28 de Julio de 2017
Duración:
91 min
País:
Estados Unidos
Director:
David Bowers
Reparto:
Jason Drucker, Alicia Silverstone, Charlie Wright, Tom Everett Scott
Distribuidora:
Fox
Las películas de vocación
exclusivamente infantil tienen una vida muy breve. Este tipo de cine debe
impactar en su público objetivo de forma directa, sin rodeos, y para ello el
recurso habitual es servirse de las modas de turno para ganarse a los chavales
con su deseo más actual. ¿Y quiénes son los referentes de los niños hoy en día?
Los youtubers. Generalizar es el pecado más antiguo, pero en este caso no cabe
duda de que estos carismáticos jóvenes que se ponen delante de una cámara para
contar su vida o sumergirse en videojuegos -estos son los que se hacen famosos,
pero hay mucho más talento en YouTube que no recurre a ese tipo de contenido-,
tienen enganchada a la nueva generación a su teléfono móvil. Así que los
estudios estaban tardando en ponerse el camuflaje de modernos para mostrar a
los youtubers como figuras de culto, como los mesías de nuestro tiempo.
No, no me he olvidado de que hoy
toca hablar de Diario de Greg: Carretera
y manta, una road movie en la que
el preadolescente protagonista vive por y para esos vídeos de videojuegos. La
nueva adaptación de la popular saga homónima de libros arranca con Greg
haciéndose viral cuando se convierte en el protagonista de un momento muy
humillante. Para borrar esa imagen pretende conocer a su ídolo youtuber y jugar
con él en una convención, por lo que ya tiene una motivación real para
embarcarse en el viaje familiar por carretera que ha planteado su madre. Aquí
entran en juego los guiños a padres y madres, que se verán reflejados en esos
progenitores que se ven obligados a despojar a sus hijos de cualquier aparato
tecnológico para generar un ambiente familiar genuino. La película también
muestra con cierta sorna al jugador de videojuegos profesional al que tanto
adora Greg, pero esas imágenes prosaicas poco espíritu crítico pueden despertar
en un espectador de ocho u once años.
Aquel que se pase de esa
horquilla de edad puede que se sienta cómodo con la atmósfera familiar que
ofrece Diario de Greg: Carretera y manta,
totalmente blanca e inofensiva, pero lo normal será que salga de la sala
deseando ver algo más estimulante. Sin embargo, el público infantil, hegemónico
en verano, puede encontrar un refugio en este tipo de cine, que no aportará
demasiado a las mentes en desarrollo, pero tampoco destruirá aquello que ya se
haya cimentado.
3/10
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