Título original:
Valerian and the city of a thousand planets
Año:
2017
Fecha de estreno:
18 de agosto de 2017
Duración:
137 min
País:
Francia / Estados Unidos
Director:
Luc Besson
Reparto:
Dane DeHaan, Cara Delevingne, Clive Owen, Rihanna, Ethan Hawke, Herbie Hancock, Kris Wu, Rutger Hauer
Distribuidora:
eOne
Cuando hablamos del mundo
del cómic o historietas visuales, la mayoría siempre tenemos en
mente Estados Unidos o Japón como mayores referentes en el género,
pero no hay que olvidarse del cómic franco-belga, que supone el
tercer mayor mercado mundial en este sector y el gran baluarte
europeo. Revistas como Métal Hurlant, Spirou o Pilote nos dejaron
clásicos como Lucky Lucke, Tintín, Astérix, Barbarella o autores
que trascendieron más allá del medio, como Jean Giraud (Moebius).
De aquí nace Valérian: agente espacio-temporal
(posteriormente rebautizada como Valérian y Laureline),
serie de historias de ciencia ficción creadas en 1967 por Pierre
Christin y Jean-Claude Mézières. Lamentablemente su desconocimiento
para gente ajena al mundo del cómic aún es muy grande a pesar de ser
un referente de la ciencia ficción francesa y de haber influenciado
a grandes obras del género posteriores, incluso en el cine. El
caso más sonoro sería el de Star Wars (aunque George Lucas
nunca lo admitiera).
Luc Besson los descubrió
con 10 años y quedó prendado de ellos, tanto que ya en El quinto
elemento se ve su influencia (incluso Méizères ayudó en los
diseños), y durante mucho tiempo le rondó por la cabeza su
adaptación al cine. Ahora Besson la ha convertido en la producción
francesa (coproducción en este caso) más cara de la historia (unos
200 millones de dólares), como en su día lo fue El quinto
elemento. Valerian y la ciudad de los mil planetas se
inspira en las historias de El imperio de los mil planetas y El
embajador de las sombras y significa el regreso del director francés
a la ópera espacial.
Un Besson más inspirado
que el de Lucy, igualmente el sello del director siempre está
patente y prima lo visual sobre la historia. Valerian tiene una
narración simple (demasiado quizás), de guión poco profundo, que
va hacia lo primitivo tanto en el discurso como en el estilo de
lograrlo, lo que puede hacerla parecer trasnochada (a fin de cuentas,
adapta una historia que tiene 50 años, casi contemporánea al Star
Trek y Doctor Who original), además de que muchos de los
referentes que bebieron de ella se entremezclan aquí, como la citada
Star Wars o la saga de videojuegos Mass Effect. En
cualquier caso, y como viene siendo habitual en el director, sabe
cómo entretener, más allá de la calidad del material que trabaje
(y aquí es de calidad). El problema principal viene de elección de
casting. Dane DeHaan y Cara Delevingne no tienen la suficiente chispa
ni carisma para engatusar a la cámara, y menos para sostener una
película de este tipo donde uno de los ganchos se supone que esa
“batalla sexual” entre ambos protagonistas y sus chascarrillos.
Su química en pantalla es pobre y su expresión juvenil (a pesar de
que DeHaan ya tiene 31 años) parece más destinada al target que se
quiere dirigir la película que al parecido físico con el Valerian y
Laureline del cómic. No puedo hablar 100% de las actuaciones porque
eOne nos puso la película doblada (sí puedo decir que el doblaje no
me convence, pero es que en general no me gustan...). ¡Ay, si la
hubieran pillado el Bruce Willis y Milla Jovovich de 1997! De hecho,
los pocos minutos que tiene Rihanna (y su personaje) eclipsa a ambos.
Es el poderío visual y
esa visión tan particular de Besson la que la hacen interesante a
pesar de todo, y quizás ese toque de 'blockbuster a la europea' que
nos hace cambiar un poco la sintonía habitual de las carteleras en
estas fechas. Y es que Besson sabe dotar de personalidad sus
películas aunque la mayoría estén destinadas a un consumo masivo.
No podemos hablar de una película automatizada, puede que una
montaña rusa de emociones sencillas y efectivas, sí, pero siempre
orquestadas por la batuta de un autor, comercial pero autor ante
todo. Y la gran prueba es que la ves y sabes que la ha dirigido él,
se nota. Se respira un gusto por lo retro, como confiesa Besson en
una escena por voz del personaje Ethan Hawke. Una mezcla de clásico
y modernidad, de fórmulas clásicas y discursos elementales bajo el
manto de la acción y la evasión que quizá dado el material que
manejaba puede saber a poco, pero con elementos suficientes para
dejar satisfecho quien comulgue con el estilo del director. ¿Lo
mejor? Que deja con las ganas de buscar los cómics y leerlos.
6,5/10
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