Why him?
Año:
2016
Fecha de estreno:
13 de enero de 2017
Duración:
111 min
País:
Estados Unidos
Director:
John Hamburg
Reparto:
Bryan Cranston, James Franco, Zoey Deutch, Megan Mullally, Griffin Gluck, Keegan-Michael Key, Zack Pearlman, Adam DeVine, Cedric the Entertainer, Kaley Cuoco
Distribuidora:
Fox
En la época post-resaca navideña y en
plena cuesta de enero, se estrena en la cartelera española la
descarada comedia ambientada en Navidad ¿Tenía que ser él?. En
ella, una hija ejemplar estudiante universitaria, sobreprotegida por
su padre, sorprende a todos con su nuevo novio, un multimillonario
programador informático deslenguado, con incapacidad para
interactuar con corrección en sociedad, extravagante y demasiado
honesto. Cuando invita a su familia a conocerle, el padre desentierra
el hacha de guerra. Lo detesta, sin embargo, el incorregible yerno se va
ganando el cariño del resto de la familia. Una premisa en cierto
modo similar a Los padres de ella,
no en vano John Hamburg, director de ésta, colaboraba en la
escritura de aquélla.
Hamburg, curtido en
la comedia romántica (Y entonces llegó ella) y de colegueo
(Te quiero, tío) dirige esta película, como una especie de derivación de
ambas. Se percibe el hodor/aroma a Judd Apatow, Ben Stiller y toda
esa troupe (en el desarrollo de la historia colabora Jonah
Hill). Al final, parece que todos se lo pasaron bien rodándola,
tuvieron libertad para improvisar muchas escenas y eso se nota. Su
mayor baza es el trabajo de los intérpretes. Por un lado, la
película llama la atención por sus dos cabezas de reparto. Su base
de humor escatológico y grosero, está representada en especial en
el irreverente y socialmente incapaz personaje interpretado por James
Franco. Un Franco que, cuando se aleja de sus trabajos más serios y
culturetas, se limita al estrambotismo y el histrionismo, con muecas
pseudo herederas de Jim Carrey en lo que ya se conoce como un "James
Franco haciendo de... James Franco". Y aquí ya uno entra en un
terreno personal relacionado con el carisma del propio actor. Si
Franco te cae bien, su personaje (y quizá la película) te caigan
simpáticas. Si no, estás bien jodido.
El
otro cabeza de cartel es Bryan Cranston, retomando papeles puramente
cómicos, en una etapa dulce en su carrera actoral desde que se
metiera en la piel del televisivo Walter White o le nominaran al
Óscar por Trumbo. También
es muy carismático y la química con Franco es buena. Cranston se
mete en el papel de padre protector y reticente ante el novio de su
hija, acrecentado todo por sus problemas económicos en su obsoleta
imprenta. Además de ellos dos, destacan el excéntrico
mayordomo-ayudante-lo-que-sea de Laird. Y otra sucesión de
secundarios aportando su granito cómico. Incluso los Kiss haciendo
de sí mismos para aportar algo de enjundia -romática- a la trama.
Aunque su columna vertebral sea la
comedia, ¿Tenía que ser él? sucumbe
a las reglas aposentadas de las comedias/dramas románticos y en su
tercio final se convierte en un compendio de "todo saldrá bien"
almibarado. Eso sí, aporta algún momento de entretenimiento
divertido con las disputas entre el suegro y el yerno y el
desaprovechado choque generacional entre ellos; pero nada de calar
hondo en el espectador con su desgastado y convencionalmente
desarrollado mensaje. Con tanto lenguaje coloquial, la obscenidad de
algunas escenas, los chistes sexuales y las obras de arte de animales
-esa predecible escena del alce disecado en su propio pipí-, ¿Tenía
que ser él? agota por lo
repetitivo de la propuesta.
4,5/10
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