lunes, 25 de agosto de 2014

Aquellos maravillosos años: Freaks and Geeks.


Hoy rescatamos del pasado una serie estadounidense que puede que muchos de vosotros no conozcáis. Sin embargo, si os menciono a los actores James Franco, Jason Segel o Seth Rogen segurísimo que sabéis quiénes son. Pues unos de los primeros papeles que interpretaron fue en esta serie llamada Freeks and Geeks, ambientada en los años 80.

Entre el año 1999 y el 2000 aparecía en la cadena americana NBC la comedia Freaks and Geeks, una serie basada en la vida de dos hermanos que, como cualquier adolescente, ven pasar sus días entre los muros del instituto. El McKinley es el centro educativo donde nuestros protagonistas asisten a diario para cultivar sus mentes y donde comparten aula con unos compañeros y profesores un tanto peculiares.

La trama se centra en Lindsay Weir (Linda Cardellini), una chica responsable, inteligente y una buena estudiante con intachable expediente académico, sobre todo en matemáticas. Por otro lado, la serie se encarga de mostrarnos la vida de Sam (John Francis Daley), menor que Lindsay destaca por ser un niño en pleno paso a la adolescencia, un marginado en el instituto con amigos un tanto raritos, pero sobre todo, un joven responsable al igual que su hermana. 


Aunque pueda parecer una serie ya vista por la coincidencia de temática con otros dramas adolescentes como Dawson Crece, el enfoque de Freaks and Geeks se diferencia del resto por la comicidad de sus historias y, sobre todo, por reflejar “dos bandos” donde los protagonistas no son los típicos chicos populares de instituto preocupados por sus romances o por pertenecer al equipo de fútbol o al de las animadoras, no, en esta ocasión los personajes principales son los freaks y los geeks.

Pero, ¿quiénes son los freaks y quiénes los geeks? Estos términos que dan título a la serie remiten a dos grupos sociales totalmente distintos: los freaks son los “pasotas”, aquellos inadaptados a toda convención social. Por su parte, los geeks son lo que aquí conocemos como “friki”, los fanáticos de las sagas de Star Wars, los juegos de rol o los videojuegos.

En el grupo de los geeks encontramos a Daniel Desario (James Franco), el guaperas y malote del instituto que pasa absolutamente de todo y lo único que le preocupa es fumar y escaquearse de las clases. Mantiene una relación amor-odio Kim, su chica, con la que más bien parece que se lleve mal, vamos cualquiera diría que son pareja. Cuando Lindsay aparece ante el grupo de los geeks, se interesará por ella, pero no llegará a más porque ya sabemos aquello de “quien se pelea se desea” y Daniel y Kim parecen destinados a estar juntos.


No podía faltar en el grupo la chica mala, Kim Kelly (Busy Philipps). Además de ser la novia de Daniel, representa a la típica matona de instituto que siempre incordia a los más débiles, una joven malhumorada, borde y maleducada que proviene de una familia desestructurada. La llegada de Lindsay le supondrá una nueva amistad femenina, sin embargo, Kim no le pondrá las cosas fáciles a nuestra protagonista.

El bonachón del grupo es Nick Andopolis (Jason Segel), un joven que sueña con convertirse en el mejor batería, para ello no dudará en formar su propia grupo de música e incluso crear su propia batería. Esta pasión junto con su obsesión por la marihuana le ocasionará algún que otro problema  con su padre, un militar que sólo espera de su hijo logros académicos y que continúe sus pasos. Además, para el joven Nick, la llegada de Lindsay le trastocará su corazón pues se enamorará perdidamente de la chica.

El último en discordia es Ken Miller (Seth Rogen) al que podríamos calificar como el graciosillo del grupo pero el que también se ríe de todo el mundo. A pesar de ser un mero personaje secundario, adquirirá cierta relevancia a lo largo de los capítulos, sobre todo en el plano amoroso.

Ante esta fauna extraña ver que una adolescente con el curriculum como el de Lindsay decida unirse a esta “panda de vagos”. Sin embargo, el odio profundo que siente por el instituto y la mentalidad antigua de sus padres provocan que la joven se rebele y sufra una crisis de identidad, lo que desembocará en un comportamiento totalmente inapropiado e inesperado para una chica como la joven Weir. 




En el grupo de los geeks hallamos a tres amigos físicamente muy distintos entre sí, pero que comparten el mismo espíritu.  Bill Haverchuck (Martin Star) representa al protitpo de geek: es larguirucho, utiliza gafas de gran tamaño, es alérgico a multitud de cosas y no es muy mañoso en los deportes. Resulta curioso este último dato porque su profesor de gimnasia se convertirá en algo más que un docente.

Neal Schweiber (Samm Levine) es un señor con pinta de niño, un joven que se cree perfecto y superior a los otros chicos. Está enamorado de la hermana de su amigo, de Lindsay a la que intentará impresionar cada vez que la ve. Sin embargo, ella la ve como lo que es, el mejor amigo de su hermano pequeño. Tiene como héroe a su padre, el típico enrollado que gana una pasta, pero Neal descubrirá algo que no le gustará nada.

Y como no, en este grupo se incluye a Sam Weir, el típico geek adorable, el hijo que todas las madres querrían. No obstante, a pesar de su carita de ángel, el joven Weir quiere dejar atrás ese aspecto de crío, quiere convertirse en adulto antes de tiempo. Está perdidamente enamorado de Cindy Sanders y por ella hará todo lo que sea necesario. 


En su momento la serie fue muy bien recibida por la crítica, sin embargo, los continuos cambios de horario de emisión lograron una bajada de audiencia, provocando que fuera cancelada tras sólo doce episodios. No obstante, Freaks and Geeks se convirtió en todo un fenómeno y en una serie de culto. Incluso, para su corta trayectoria, fue galardonada con dos premios Emmy y nominada a mejor guión durante los años 1999, 2000 y 2001.

Aunque no tuviera un gran seguimiento, la serie logró unos fans bastante fieles que con sus protestas consiguieron que la NBC emitiera tres nuevos capítulos en julio del año 2000, aunque volvieron a cancelarla. Unos meses más tarde la cadena Fox se hizo con los derechos de la serie, emitiendo otros tres capítulos más. Con posterioridad, la serie completa se editó en DVD.

Personalmente tuve el placer de poder ver la serie completa y del tirón el verano pasado. Además, al tratarse simplemente de 18 episodios te deja hasta con ganas de más. Lástima que siempre las series se vean sometidas al yugo de las grandes cadenas y el dinero en lugar de contar la calidad.

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