Estrenada
en el festival de Málaga con cierto éxito de crítica, llega ahora
la nueva película de Mariano Barroso, Todas las mujeres, que
adapta al formato de largometraje la miniserie de 6 episodios con el
mismo título que el mismo Barroso dirigió para el canal de pago
TNT.
Todas
las mujeres nos presenta una trama protagonizada por Eduard
Fernández, el cual hace de un veterinario llamado Nacho, un caradura
e inmaduro que pretende robar unos novillos a su jefe pero que el
asunto acaba saliendo mal y deberá apañárselas para evadir la
cárcel. Para ello pedirá consejo a varias mujeres que han
significado mucho en su vida.
A
través de estos encuentros, vamos conociendo a Nacho, el entramado y
su personalidad.
Mariano
Barroso (director, entre otras de Éxtasis,
Los lobos de Washington,
Hormigas en la boca o Lo
mejor de Eva) ha encontrado el
método ideal para sacar el máximo partido a su trabajo: hacer un
2x1. Se saca de la manga una película utilizando el metraje de la
serie, recortando minutos pero sin aportar nada nuevo grabado para la
ocasión. Reciclado 100%. A mí, personalmente, por mucho que diga
que la serie ya estaba rodada pensando en cine más que en
televisión, me parece muy poco creativo e inútil estrenar una
película que ya has presentado, además en versión entendida, en
televisión. Es como si de una novela de unas 300 páginas sacaran
una versión reducida para gente con poco tiempo.
Que
sí, es una forma “barata” de hacer cine, pero si no aportas nada
nuevo... ¿de qué sirve? Ni siquiera creo que sirva para acceder a
más público, pues supongo que su distribución será bastante
minoritaria.
Pero
dejando de lado la queja formal de su “adaptación”, vayamos a lo
que importa, el resultado como película en sí, con el cual tampoco
estoy satisfecho.
Lejos
del thriller que quiere vender el tráiler, nos encontramos con un
drama de tintes cómicos (por eso de atenuar las penas...) con un
tono teatral muy marcado y centrando la historia en el personaje de
Eduard Fernández, Nacho. Más allá del dilema de los novillos, que
me acaban importando bien poco, la trama nos va introduciendo
distintas mujeres que formaron o forman parte de la vida de Nacho, y
nos van dibujando su psique, esperando que el espectador empatice con
él, un vividor mujeriego, embaucador, mentiroso, egoísta pero
majete, para que nos caiga bien.
“El
personaje de Eduard hace lo que en España es el deporte nacional:
echarle la culpa a los demás. A pesar de todos sus defectos, todos
nos reconocemos un poco en él". Comentaba Barroso en el
festival de Málaga. Pues perdona, Barroso, pero si tengo que
identificarme con semejante personaje, lo llevas claro.
Y,
pese a que vaya de menos a más y al final acabe interesándome un
poco la redención del sujeto, lo cierto es que ni empatizo, ni me da
pena y mucho menos me deja huella para el recuerdo.
Y
no porque Eduard Fernández no se trabaje su papel (que viene a ser
lo mejor de la película), sino porque el guión creo que no aguanta
el traslado de la tv a la gran pantalla, y al personaje le faltan
detalles más humanos para borrarme de la cabeza que es un cabroncete
que deja a las mujeres a la altura del betún, y éstas, más idiotas
aún, le siguen ayudando y dando consejos.
Pero
no sólo el personaje es lo que falla, la narrativa partida en mini
episodios de la serie aquí se lleva a rajatabla, cuando la trama no
lo requiere y lastra el ritmo y el interés del espectador. Lo cierto
es que la película desde que empieza no puede quitarse el tufillo de
telefilm de encima, desde la estética hasta la historia o los
diálogos, pretendidamente reflexivos pero que son tan locuaces como
vacíos e impersonales. Se supone que van cargados de ironías y con
cierto humor, pero quitando un par de ocasiones, todo suena a oído
una y mil veces. Y es que pienso que el problema del cine español es
que la labor del guionista pasa muy desapercibida, y de los tres que
trabajan de ello, dos hacen siempre el mismo con los mismos tics y
fallos.
Cómo
no, tampoco es capaz de escapar de escenas gratuitas y ridículas
como la escena de sexo con Marta Larralde o ciertos fallos de
raccord.
Dentro
del reparto femenino, destaca Nathalie Poza y, en menor medida, Marta
Larralde. El resto, o pasan bastante desapercibidas (Michelle Jenner
sobre todo) o directamente desearías que desaparecieran (Petra
Martínez).
Si
hubiera que destacar algo, sería el último episodio, que aporta
cierto interés a la aburrida trama, pero cuando todo lo demás no te
aporta mucho, destacar es algo relativamente fácil.
Mariano
Barroso, contento con el resultado, confesó planear ya una segunda
parte junto a Eduard Fernández (lo que no sabemos aún es si de la
serie o también en 2x1).
Quizás
hasta le echa huevos, la llama “Todos los hombres” y hace lo
mismo pero cambiando los roles... todo es posible.
3,5/10
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