The Informant. Despeñado.

Título original:
Gibraltar (The Informant)
Año:
2013
Fecha de estreno:
28 de marzo de 2014
Duración:
110 min
País:
Francia / España / Canadá
Director:
Julien Leclercq
Reparto:
Gilles Lellouche, Tahar Rahim, Riccardo Scamarcio, Kate Drummond, Romano Orzari
Distribuidora:
Alimpro

Gibraltar, lugar situado en el sur de España pero perteneciente a los británicos, se ha empleado como emplazamiento estrátegico para el tráfico de todo tipo de drogas procedentes del norte de África. Hay grandes intereses geopolíticos y publicitarios implicados en una ubicación tan pequeña por eso, operando allí, muchos crímenes quedan impunes mientras los países se disputan quién tiene potestad para meter mano. A finales de los ochenta, el peñón servía como puente para que la droga llegase a todas las partes de Europa. Las autoridades españolas, británicas y francesas trataban de erradicar, sin conseguirlo, dicho narcotráfico. Marc Fiévet, un francés residente en Gibraltar, por avatares del destino, acabó trabajando para el Servicio de Aduanas galo como informador. Su historia y las consecuencias son los hechos relatados en The Informant.

La película está basada en la novela autobiográfica del propio Marc Fiévet, un infiltrado de las autoridades aduaneras francesas. La adaptación para la gran pantalla, en la cual se han cambiado los nombres reales de las personas implicadas, se ha traducido en un mediocre guión pergeñado por Abdel Raouf Dafri, el mismo guionista que hace pocos años nos sorprendió con la magnífica Un profeta. La infoxicación a la que nos somete Dafri, con tantos personajes, tantos datos repetitivos y tantas fluctuaciones en bucle sobresatura una trama de interés decreciente sobre traiciones, ambiciones, mentiras y descomposición familiar.

Marc Duval (Gilles Lellouch) es un ciudadano francés afincado en Gibraltar junto a su mujer y su bebé. Ahogado por las deudas económicas contraídas por su negocio, Duval accede a hacer un trato con un agente de aduanas (Tahar Rahim) a cambio de un porcentaje de dinero según la cantidad de droga incautada. Empieza con trabajos pequeños, con chivatazos de traficantes que operan en su bar y acaba infiltrándose en una operación a gran escala para lograr detener a Claudio Lanfredi (Riccardo Scamarcio), un poderoso traficante italiano. La progresiva implicación en la peligrosa misión pondrá en jaque sus nervios, su lealtad y la unidad de su familia.

Lo que prometía ser un interesante thriller sobre un hombre superado por la creciente tensión de la situación (lealtad al narcotraficante, lealtad al Servicio de Aduanas francés), se convierte en una historia apática, sin gancho debido al exceso de información y a la repetición de esquemas en la trama. Encima, Gilles Lellouch no convence como ese padre de familia abrumado. Por contra, Tahar Rahim - a quien ya pudimos ver este año en Love & Bruises – realiza una interpretación de notable como ese agente aduanero con escrúpulos. Volviendo a la trama en sí, uno de los problemas de The Informant es cómo está llevada la relación familiar del protagonista, metida con calzador en la narración para intentar dar un poco de emoción y de pena pero queda muy endeble. Por otro lado, nos encontramos con un romance baladí de por medio entre el italiano y la hermana de Duval que no hace más que enmarañar la trama, sin aportar ningún valor añadido. 

Tanto si el espectador conoce el infeliz desenlace de la historia real como si no, la sensación al finalizar el visionado es de “daba mucho más de sí esta historia”. Los trapos sucios de los países implicados, tan pendientes de dar una buena imagen pública sobre su lucha contra el narcotráfico, atraparon al protagonista en una peligrosa encrucijada. La americanización sin alma del tercer largometraje de Julien Leclerq se va a despeñar en cuanto a éxito de crítica y público pues no tiene garra suficiente y, conforme van avanzando los minutos, el interés por lo sucedido se va rodando escaleras abajo.  

5/10