A Long Way Down
Año:
2014
Fecha de estreno:
11 de Abril de 2014
Duración:
96 min
País:
Reino Unido / Alemania
Director:
Pascal Chaumeil
Reparto:
Aaron Paul, Imogen Poots, Pierce Brosnan, Toni Collette, Rosamund Pike, Sam Neill, Tuppence Middleton, Diana Kent
Distribuidora:
A contracorriente
Basada en el best-seller
En picado Nick Hornby, autor de otras obras llevadas con éxito
a la gran pantalla como son Alta fidelidad o Un niño
grande, mi intuición me dice
que el libro debe contener mayores dosis de humor negro y sacará
mayor provecho de tal prometedora premisa inicial, cosa que el
guionista Jack Thorne me temo que no ha sabido captar del todo.
Tampoco
quiero decir que toda la culpa de que Mejor otro día
sea un tanto floja sea únicamente a causa de su guión; Pascal
Chaumeil también tiene su parte de culpa, pero desde luego donde más
flaquea la película es en su espina dorsal: el guión.
Y
es que, pongámonos en situación. Una azotea, Londres, Nochevieja.
Nos encontramos con un hombre desesperado, acude con una escalera
hasta Topper's House, un edificio famoso por ser el preferido para
suicidarse por los ingleses. Y qué mejor que Nochevieja, una de las
fechas más señaladas para llevar a cabo tan indigno acto. El
susodicho hombre no es otro que Martin Sharp, antigua estrella de
televisión que vio truncada su fama y su estabilidad cuando entabló
relaciones sexuales con una chavala de dieciséis años. Parecía
tener 25, se justifica. Pero este hecho rompió su matrimonio, su
carrera televisiva y su fama se ha vuelto en su contra, así que ha
decidido acabar con todo. ¿La escalera? Para salvar la elevada
alambrada que rodea el edificio. Una vez subido a ella, decide
encenderse un puro, para el momento final. Pero la mala fortuna
parece perseguirle, pues curiosamente no es el único que ha decidido
suicidarse desde el famoso edificio esa noche tan señalada, sino que
hay otras tres personas más esperando.
Dicha
situación, mezcla de tristeza y jocoso humor negro, es un gran
preámbulo para una historia. Un suicida interrumpido por otros
suicidas y que, claro, con público, no es tan fácil hacerlo.
El
problema es que esta premisa acaba quedando en poca cosa, del humor
se pasa al drama y del drama a al humor con poco tino y sin triunfar
en ninguno de los dos especialmente.
Un
reparto atractivo encabezado por Pierce Brosnan, con cierta chispa;
Toni Collette, que, quizás porque su personaje se presta más a
ello, es la que más se luce, la emergente Imogen Poots, a veces
graciosa, a veces un tanto pasada de rosca, y Aaron Paul, famoso por
Breaking Bad, que le
pone ganas, pero no tiene un personaje bien dibujado, y queda por
debajo del resto. Y como secundario, un Sam Neill bastante
desaprovechado.
Como
curiosidad, Imogen Poots y Aaron Paul coincidirán de nuevo en
pantalla en Need for Speed.
Pero
lo mejor de todo es que, el tema central, el suicidio, a la postre
acaba relegado a un segundo plano. No tengo nada en contra de los
McGuffins, todo lo contrario, pero creo que éste en concreto está
malogrado. Tampoco hay una dirección que sobresalga, se conforma con
el piloto automático, dejando hacer a sus actores.
En
general, es más lo que promete que lo que ofrece, en sus múltiples
ámbitos, en la comedia, en el drama, en reflexión... Entretiene y
cae medio simpática, pero le pesa más estar en tierra de nadie que
se diluye dentro de sus buenas intenciones. Quizás con cierto toque
british, ese humor
macarrilla de los ingleses, otro gallo cantaría.
5/10
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