Labor day
Año:
2013
Fecha de estreno:
14 de marzo de 2014
Duración:
111 min.
País:
Estados Unidos
Director:
Jason Reitman
Reparto:
Kate Winslet, Josh Brolin, Gattlin Griffith, Tobey Maguire, Tom Lipinski, Clark Gregg, Maika Monroe, J.K. Simmons, James Van Der Beek
Distribuidora:
Paramount
Una
vida en tres días está basada en la novela Como caído del cielo
de Joyce Maynard, quien ya dio base con sus novelas para otra
película: Todo por un sueño, de Gus Van Sant.
No
he tenido el placer de leer nada de dicha autora como para saber si
el principal problema de la película proviene de su materia prima,
pero viendo que parece ser más conocida por sus memorias, donde
relata su breve relación con el célebre escritor J. D. Salinger,
que por sus propias obras, me hace sospechar un tanto. Llámenlo
prejuicios, si quieren.
El
caso es que pese a la reticencia por los orígenes de la película,
Jason Reitman es un director que sí tenía en cierta consideración,
como muchos, y por ello conservaba cierta esperanza de encontrar una
película con un mínimo de interés. Y bueno, algo de ello
he encontrado, pero según la repaso más en la cabeza, más
superflua y poco atractiva me parece.
Jason,
hijo de Ivan (famoso, sobre todo, por sus Cazafantasmas),
había demostrado una mayor madurez narrativa y mayor pretensión en
sus trabajos que su padre, y se había marcado una opera prima de
nivel con Gracias por fumar, una
sátira de humor muy ácido, nada sensiblera y muy bien medida en
todos los aspectos. Con Juno
y Up in the air siguió
demostrando que no había sido flor de un día, sino que tenía algo
que contar y sabía cómo hacerlo, aunque bien es cierto que,
personalmente, creo no ha vuelto a llegar al nivel de su debut.
Young
adult dividió un tanto a la
crítica y público, marcando un poco más el descenso de entusiasmo
con sus obras. Pues bien, Una vida en tres
días es, sin duda, la peor película del joven director de 36 años,
lo que no quiere decir necesariamente que sea un completo desastre,
pero sí una gran decepción.
La
película nos sitúa en el caluroso verano de 1987. Adèle es una
mujer separada y con la autoestima muy baja. Se ha vuelto asocial y
apenas sale de casa, debido a su bloqueo emocional. Henry es su hijo
de 13 años que la cuida y que, obligado por las circunstancias, ha
debido madurar antes de tiempo, aunque en el fondo siga siendo un
niño. Quiere ayudar a su madre pero sabe que en su interior hay un
vacío que no puede llenar él. Un día la convence para ir de
compras al supermercado, y justo ese día es cuando los avatares de
la vida les cambiarán para siempre, al cruzarse sus vidas con el
fugitivo Frank, que les obliga a llevarlo a su casa para esconderlo.
Con
esta premisa, intuimos acertadamente que habrá un toque de intriga
en la trama, aparte del tono romántico que se nos vende tanto en el
trailer como en el cartel publicitario. El problema es que ninguno de
los dos tiene la suficiente fuerza como para sostener la trama. La
intriga es muy blandita y previsible, y el romance muy meloso e
inverosímil. Sobre todo esto último decepciona especialmente
viniendo de Jason Reitman, pues justamente sus películas venían
siendo todo lo contrario, con componentes irreverentes y toques de
humor que convertían sus guiones en historias mordaces muy
disfrutables.
La
relación entre Frank y Adèle se nota demasiado forzada y muy poco
natural, como si se quisiera entrar demasiado pronto en materia, lo
que hace que no funcione bien. Y no porque no le echen ganas Josh
Brolin y Kate Winslet, de hecho, es el empeño de su reparto lo que
hace que tenga algo donde rascar la película, al igual que el
pequeño Gattlin Griffith, quien vimos junto a Angelina Jolie en El
intercambio.
Los
constantes flashbacks que nos explican (innecesariamente a mi modo de
ver, pues resta punto a la parte de la intriga) los orígenes de
Frank y el por qué de su condición de ex convicto tienen poca
fuerza y hacen la narración pesada. Además de los secundarios, en
especial la trama de Mandy (la joven en la que se fija Henry) se notan
como meros apuntes fuera de guión, y que, en especial esta historia de los dos jovencitos, de la forma en que se ha
tratado, estorba más que ayuda en la trama, pues desvía la atención
de la familia.
Hay
detalles de cierto mino y esmero, como la elaboración de la tarta,
pero sin la suficiente identidad propia como para ser recordados, y
mucho menos como para luego ser utilizados más adelante por la
propia película.
En
general nos encontramos ante un guión que no da la talla, que se ha
quedado en la superficie, justo cuando lo que intenta tratar habla de
lo más profundo del ser humano, las emociones y el deseo. Un Reitman
irreconocible por lo poco personal del proyecto, la ausencia de humor
o crítica en su retrato y la complaciente historia hecha para
agradar superficialmente, pero no para enamorar.
6/10
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