Título original:
Les innocentes (Agnus dei)
Año:
2016
Fecha de estreno:
23 de diciembre de 2016
Duración:
100 min
País:
Francia / Polonia
Director:
Anne Fontaine
Reparto:
Lou de Laâge, Agata Buzek, Agata Kulesza, Anna Próchniak, Joanna Kulig, Vincent Macaigne, Katarzyna Dabrowska
Distribuidora:
Caramel Films
Anne Fontaine da un giro
a su carrera como directora con el drama Las inocentes,
dejando de lado la comedia que poblaba sus últimos trabajos. Además
está cosechando mejores críticas que con sus anteriores películas.
En esta coproducción franco-polaca, la directora se centra en la
historia real de unas monjas polacas de un monasterio cerca de
Varsovia en 1945 y el drama que arrastran consigo. Varias de ellas
están embarazadas tras ser violadas por tropas rusas tras el término
de la II Guerra Mundial y recurren a la joven e inexperta Mathilde
Beaulieu, médico francesa enviada a la zona por la Cruz Roja, con el
fin de tener la máxima discreción del asunto.
El gran acierto de
Fontaine es el estilo sobrio y carente de dramatismo exagerado (más
allá del que de por sí tiene la situación, entiéndase), que
configura un drama austero y serio, apoyado en sus personajes. Tanto
Lou de Laâge (Respire), Agata Kuleska (Ida)
como Agata Buzek (Redención)
confieren unos personajes totalmente humanos y creíbles y la
película nunca nos los cuestiona moralmente, sino que deja libertad
al espectador que sea él quien juzgue sus acciones. Es gracias a
esto que podemos afirmar que la película ofrece cualidades
suficientes como para sacar adelante una película que, por temática,
bien fácil podría haber caído en las fácilmente tildadas
“películas de sobremesa”. Pero Las inocentes está lejos
de dicha categoría. Aparte de contar con una historia que mantiene
bien el ritmo y que nunca pierde el interés, nos brinda un diálogo
entre la ciencia y la fe para llegar a un lugar en común, un punto
de unión: el bienestar del ser humano, ya sea física, moral o
espiritualmente hablando.
“La fe son veinticuatro
horas de duda y un minuto de esperanza”, es una de las frases
demoledoras que contiene el guión de Las inocentes.
Precisamente la crisis de fe es uno de los temas interesantes que
baraja la nueva película de Anne Fontaine, siempre desde un profundo
respeto hacia el tema tratado y sin juzgar ni condenar. Además se
impregna de una oda hacia la mujer, bien desde la fuerza de sus
personajes femeninos, mostrando su sufrimiento pero, sobre todo, su
fuerza y coraje. El único personaje masculino destacado es el que
realiza el actor Vincent Macaigne, que sirve a la historia para
desdramatizar en ciertos puntos y oxigenar la trama.
Premiada en la última
edición de la Seminci, Las inocentes aún guarda otro punto a
considerar: la excelsa fotografía de Caroline Champetier (De
dioses y hombres, Holy Motors), elegante y austera. Quizás
precisamente tanta sobriedad pueda hacer que el espectador en ciertos
momentos tenga sensación de distanciamiento o frialdad, quizás
sería pega “formal” que se le puede hacer, pero creo que era
algo necesario para conseguir una película seria y veraz de un tema
tan espinoso como el que trata.
7/10
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