Drama judicial basado en hechos reales, donde Mike Weiss (Chris Evans) es un abogado drogadicto, adicto sobre todo a la cocaína, que junto con su compañero Paul Danziger ( Mark Kassen), se enredan en una demanda contra una gran empresa de suministro hospitalario. Es la historia de David contra Goliath, con la adhesión de el drama propio de la drogadicción de Mike Weiss. La seguridad de las jeringuillas de los hospitales, son la causa de la disputa, donde el abogado de la empresa de suministros Nathaniel Price ( Brett Cullen) muestra su poca humanidad, aunque es lo que le toca. Weiss es un idealista, que quiere ayudar a los damnificados por la sociedad y no cree en el dinero fácil, esto le causará mas de un quebradero de cabeza.
Acometí esta película sin muchas ganas, ni mucha esperanza en que fuera buena. Cual fue mi sorpresa que me gustó y si no llega a ser por el final, me hubiera gustado bastante. Aunque, como he leído por ahí, no deja de ser un capítulo largo de "Ley y Orden", pero bien hecho. El mal final viene dado porque el argumento está basado en una historia verídica, es un final ideal que a mi me sobró totalmente.
A Chris Evans le gustan las drogas, esa es la primera conclusión que saco de este film, quien haya visto "London. Oscura Obsesión" entenderá lo que digo. El papel de Evans es muy bueno, comprende y da a comprender que sabe lo que hace, conoce los sentimientos de un personaje drogadicto, ahogado por las deudas, abandonado por su mujer y cuestionado por su colega de profesión. Es muy creíble su actuación y eso a veces basta. La dirección es solida y me lleva a preguntarme porqué en España no pueden hacer una película como ésta, sencilla, con buenas actuaciones, con una trama sólida, con una estética sugerente. No digo que no las haya pero debería haber más, para USA estas son películas del montón que sacan cada dos por tres.
La dirección por parte de los hermanos Kassen es muy sólida, con un buen montaje y un juego de planos correcto, mencionar por supuesto a Mark que también actúa y lo hace muy bien. La música, realizada por Ryan Ross Smith, esta en muchas ocasiones estorbando la conversación o con demasiado protagonismo cuando en realidad no debería tenerlo. Y por último me gustaría destacar la fotografía de Helge Gerull, muy buena, le da a la película un aspecto oscuro, que acompaña al dramatismo de la trama.
En definitiva una película conservadora, que gusta por su buena trama y una historia que indignará a más de uno. A mi me gustó con unos cuantos peros y mi nota se quedó en un 7 corto.
Así se pincha así así.buen material
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