viernes, 21 de marzo de 2014

Enemy. La tela de araña.

Título original:
Enemy
Año:
2013
Fecha de estreno:
28 de Marzo de 2014
Duración:
90 min
País:
Canadá / España
Director:
Denis Villeneuve
Reparto:
Jack Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gadon, Isabella Rossellini, Tim Post
Distribuidora:
Alfa Pictures / Betta Pictures


Denis Villeneuve se ha convertido ya, por méritos propios, en uno de los directores actuales que más inquietud me generan sus próximos proyectos cinematográficos.
Con Un 32 août sur terre (su debut en el largometraje) y Maelström, consiguió destacar en múltiples festivales, pero fue con su cortometraje Next Floor con el que empezó a llamar la atención, siendo premiado en Cannes, Sitges y Toronto y demostrando lo que caracterizaría a sus películas: una estupenda fotografía, una atmósfera asfixiante e inquietud generalizada.
Su siguiente película, Polytechnique, es aún una cuenta pendiente que tengo, la historia de la masacre ocurrida en la Escuela Politéctica de Montreal el 6 de diciembre de 1989.
Con Incendies consiguió la nominación al Oscar de habla no inglesa, con un asombroso drama con dosis de intriga sobre una familia que se irá descubriendo a sí misma por el camino. Posteriormente llegó el salto a Estados Unidos con Prisioneros, que nos llegó el año pasado, ya contando con Jake Gyllenhaal en sus filas y dejando muy buenas sensaciones, y aunque se olvidasen de ella en los Oscars, para un servidor se encontraría entre lo mejor del año pasado. Y Enemy, basada libremente en la obra El hombre duplicado de José Saramago, tampoco se quedaría muy lejos de ese top.

Esta coproducción canadiense y española nos presenta a un profesor de Historia llamado Adam, que lleva una vida rutinaria y poco estimulante, pero un día, por recomendación de un compañero de trabajo, visiona una película y, para su sorpresa, sale un actor que es prácticamente idéntico a él. Poco a poco se obsesiona con ello y decide investigar hasta dar con él.


Es sorprendente lo que consigue Villeneuve sin mostrar apenas alguna que otra escena onírica o surrealista, todo una historia hipnótica y sumamente inquietante. Una hora y media que, personalmente se me pasó volando y que gustosamente hubiera saboreado otra de tan suculento manjar.
Se apoya mucho su fotografía en planos exteriores de edificios, jugando con la horizontalidad y la verticalidad, poniendo de manifiesto ese caos desorganizado que dice la frase que abre la película. Es estimulante ver cómo justamente con exteriores se puede crear un clima tan claustrofóbico y desasosegante. Desde el principio se palpa en el ambiente la intriga y el misterio y será una constante hasta el final tan desconcertante.
De la película se pueden sacar muchas interpretaciones sobre qué ocurre realmente, y no tiene por qué haber necesariamente sólo una que sea verdadera, al igual que el significado de los simbolismos, las innumerables arañas o telas de araña que constantemente salen en la película y que pudieran influir en dichas interpretaciones, pero ese es uno de los puntos fuertes del visionado: el post-visionado. Enemy es de esas películas que no finalizan con los títulos de crédito, sino que te acompaña en tu cabeza, repasando pasajes e intentando dar un contexto y una tangente que ponga en orden ese caos desorganizado.
Pero eso ya es un añadido, el gran disfrute está en ese estado de absorción que te deja la película de principio a fin, el poder de sugerir sin mostrar del todo, de ofrecer migas para que cada uno forme su barra de pan y ver las distintas interpretaciones que salen de una única fuente de inspiración.


Si bien tanto el trabajo de Villeneuve como su director de fotografía, Nicolas Bolduc, rinden a un gran nivel, tampoco hay que olvidarse de Jake Gyllenhaal, quien se marca un doble papel de forma muy satisfactoria, sin chirriar en absoluto. A pesar de haber trabajado en películas como Donnie Darko o Código Fuente, ambas también con unas atmósferas muy marcadas, Gyllenhaal no se lo piensa dos veces al afirmar que es Enemy la película más “extraña” que ha realizado.
Acompañándolo, Mélanie Laurent como la novia de Adam, Sarah Gadon como la mujer embarazada de Anthony, y Isabella Rossellini en el papel de la madre de Adam. Tres pequeños papeles pero de gran importancia para la historia, resueltos con acierto por sus intérpretes femeninas.

De las múltiples interpretaciones leídas hasta ahora, todas sumamente interesantes, la que más me convence es la que ofrece la página Slate (en inglés) sobre el totalitarismo, nada descabellado dadas las charlas que Adam da a sus alumnos en su clase. Pero, insisto, las interpretaciones son curiosas y ayudan de un modo u otro a afianzar la película en la mente, pero el gran disfrute es dejarse llevar por la experiencia sensorial que propone Villeneuve, pues no tiene desperdicio alguno y si te atrapa en sus redes como me ha pasado a mí, es probable que ya no logres (ni quieras) soltarte.

8/10

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