Diego Kaplan y Andrián
Suar ya trabajaron juntos en la película Igualita a mí,
que se acabó convirtiendo en la película argentina más taquillera
del 2010 en su país, superando los 835.000 espectadores.
En
2012 volvieron a juntarse para hacer Dos más dos,
superando su anterior éxito, llegando a estar siete semanas
consecutivos entre el top cinco del país y pasando la barrera de los
900.000 espectadores, sobre todo gracias al boca a boca del público
que salía más que satisfecho de la sala.
Es
de suponer que este éxito será, entre otros factores, lo que llevó
a la Academia de cine argentina a nominarla en ocho categorías,
aunque finalmente la que arrasó ese año fue Infancia
Clandestina y Dos más
dos se fue de vacío.
Todos
estos datos me hacen suponer que el cine argentino y el español
tienen cierto parecido como industria, ya que ambos “reciclan”
actores de series de televisión para sus películas, los premios de
sus academias suelen otorgar todas las nominaciones a sus diferentes
apartados siempre entre las cuatro candidatas más destacadas ese
año, normalmente las que más taquilla han hecho (con alguna que
otra excepción) aunque eso no signifique que sean las mejores según
la crítica especializada y la distribución de sus películas a
otros mercados suele ser con cuentagotas.
Dos más dos
pertenece a ese tipo de películas que tienen aroma televisivo (más
apreciado en su país de origen que en el exterior), con cierto
gancho pero bastante convencionales, lo que hace extrañar el éxito
desmesurado.