Thérèse
D. es la obra póstuma de Claude Miller, que falleció el 4 de
Abril de 2012 a causa de un cáncer y siquiera vio su estreno en
Cannes como clausura del festival.
Miller
fue un firme defensor del cine europeo, siendo el presidente de la
gran cadena Europa
Cinemas
y partícipe del Club
de los 13 (formado
en 2008), grupo formado por trece personalidades de la cinematografía
francesa (entre los que destacan Jacques Audiard y Pascale Ferran
entre otros) que denuncian la dificultad para la distribución del
cine “del medio” que llaman ellos, refiriéndose a películas
dirigidas tanto al gran público como a las pretensiones artísticas,
que no están creadas únicamente para fines comerciales ni sujetas a
pequeños presupuestos.
Defensor
de la nouvelle vague, de ella aprendió el oficio trabajando con
Carné, Godard o quien fuera su gran tutor, Truffaut. De hecho, en
1984 recogió el testigo cuando Truffaut murió dejando La
pequeña ladrona
en la preproducción, la cual finalmente fue la película que más
fama dio a Miller.
Como
era común en él, para despedirse adaptó una vez más una novela,
ésta vez la famosa Thérèse
Desqueyroux de
François
Mauriac, la
cual ya fue llevada a la gran pantalla por Georges Franju (Relato
íntimo,
1962) e interpretada por Emmanuelle Riva y Phillipe Noiret. La obra,
relata a modo de flash-back, los hechos que llevan a Thérèse
Desqueyroux a envenenar a su marido (casada por obligación de joven)
con arsénico.