Lo que nos deja el 2011

El año 2011 se acaba y es hora de revisar lo que nos ha dejado. Las expectativas que me creé sobre esta año eran escasas y ahora, con perspectiva, me doy cuenta que las verdaderas joyas han sido más bien sorpresas y lo esperado ha resultado ser una decepción.

El cine comercial arrasa con las típicas bazofias, a saber, Invasión a la tierra, Scream 4, por poner algunos ejemplos paradigma. Sin olvidar, claro, a mi amigo Scott Steward y su Sicario de Dios, que ostenta el título de peor película del año en mi ranking personal. Pobre, aún no sabe que es el cine.

Otras pasan de puntillas como: Destino Oculto, Crazy Stupid Love, Hanna, Como acabar con tu jefe o, barriendo para casa, Pa Negre. Nada nuevo, la verdad. Incluyo en este grupo a  las "esperadisimas" que, por unos motivos u otros, han resultado ser bastante decepcionantes. La última de la más que trillada saga de Xmen, por ejemplo, sólo es un entretenimiento Teen sin mucha miga, salvada, in extremis, por Fassbender o McAvoy o El origen del planeta de los Simios, donde la ausencia de actores debilita el contenido. Thor simplemente es una cagada de los pies a la cabeza (lo siento de corazón por Natalie Portman). Red State, Un cuento Chino, Código Fuente o Primos, por citar algo español, se quedan dentro de los medianamente interesante.





Donde comienza lo verdaderamente interesante es cuando hablamos de lo que ha merecido la pena este año. Año de descubrimientos, de renacimientos, de afirmaciones y re-afirmaciones. Tenemos, por ejemplo, a Woody Allen y el resurgimiento de la comedia inteligente de la mano de Midnight In Paris, rozando, incluso, el frikismo académico, o la apoteosis de Lars Von Trier con su Melancolia. No esperaba nada de ellos y, sin embargo, me han dejado una buena sensación. Ambas son dos muy buenas películas de directores que no son mis preferidos y que se han reafirmado en el panorama festivalero pre - Oscars con bastante buena fortuna. Cada uno, a su manera, ha sabido reinventarse dentro de su linea creativa.

Marion Cotillard y Owen Wilson en Midnight in París

la gran sorpresa del año la protagonizan dos Film muy distintos entre si. En primer lugar me referiré a Drive, dirigida Nicolas Winding Refn, dirctor Danés que ha dado el salto a América con este film. Drive se enmarca como una de las mejores películas del año y sobran motivos para afirmar esto. En primer lugar, la dirección, sólida y llena de matices, demuestra que Winding Refn se preocupa hasta del más mínimo detalle. En segundo lugar, la música, en especial se me ha quedado grabada en la memoria la canción con la que se inicia la película, es un tema de Kavinsky, un Dj Francés del que no sabía nada hasta que vi la película.  NighCall es el nombre del tema. Ahí lo dejo para el que aún no lo haya disfrutado.



Pero Drive tiene otras muchas cosas que la hacen ser una de las mejores películas del año. Hablar, por supuesto, de Ryan Gosling erigiéndose como uno de los mejores actores jóvenes acompañado por una magnífica Carey Mullingan. Drive es una lección de estilo desde el primer minuto hasta la ultima secuencia. Planos y encuadres perfectos y un guión redondo     al servicio de unos de los mejores directores actuales, poniéndose a la altura del mejor Tarantino o, incluso, David Lynch.  En definitiva, un film avocado a convertirse en una de las referencias del cine de culto actual.

Pero por encima de Drive me tengo que quitar el sombrero ante la que probablemente sea la película del año: The Artist, de Michel Hazanavicius. Una autentica obra maestra y un homenaje al cine mudo. Simplemente es una película redonda en todos los aspectos. La música, las espectaculares actuaciones de Jean Dujarin y Bérénice Bejo, guión... Todo. En la era del 3D y las superproducciones, el cine mudo deja sentados y con la boca callada a aquellos que han olvidado que el cine es un arte no una máquina de hacer billetes.

Para finalizar la revisión del 2011 un breve comentario sobre los Globos de Oro, festival más importante antes de los Oscars. A falta de ver algunas películas, un vistazo general a las nominaciones me deja un sabor más que agridulce. Drive se queda fuera a excepción de la nominación de Albert Brooks a mejor actor de reparto. Muy triste si tenemos en cuenta que Spielberg se cuela con su War Horse, Clooney con una película como director y otra como actor, mientras que se han denostando películas como Drive, Warrior, Melancolia o El Árbol de la Vida. Al menos The Artist tiene unas merecidas 6 nominaciones.

De entre todas, si tuviera que quedarme con una película seria The Artist seguida muy de cerca por Drive.