jueves, 1 de marzo de 2018

Gorrión rojo. Bestias de porcelana.

Título original:
Red Sparrow
Año:
2018
Fecha de estreno:
2 de Marzo de 2018 
Duración:
139 min
País:
Estados Unidos
Director:
Francis Lawrence
Reparto:
Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Matthias Schoenaerts, Jeremy Irons, Charlotte Rampling
Distribuidora:
Fox


El huracán Jennifer Lawrence ha pisado el freno con el paso de los años. Tras sus inicios en el cine indie, la actriz estadounidense se ha rendido plenamente al cine más comercial. De hecho, Mística (X-Men) y Katniss Everdeen (Los Juegos del Hambre) son los roles que le han proporcionado las cotas de popularidad de las que ahora goza, además de sus celebradas y premiadas colaboraciones con David O. Russell. Si el excéntrico director de El lado bueno de las cosas y La gran estafa americana es el que mejor ha sabido explotar el talento de la actriz, el responsable de un 75% de la franquicia de Los Juegos del Hambre, Francis Lawrence, es el que ha sabido encauzar su carisma de la manera más rentable -al menos en términos financieros-. Ahora, con la saga de Panem finiquitada, director e intérprete se reúnen en Gorrión rojo, un thriller de espías que dista considerablemente de sus colaboraciones previas.



Jennifer Lawrence encarna a Dominika Egorova, bailarina forzada a abandonar su vocación y a entregarse a un oficio diametralmente opuesto, el de espía. Dominika es reclutada para formar parte de un grupo de élite conocido como los “gorriones rojos”, jóvenes que aprender a explotar la seducción como arma de manipulación definitiva. Sus cuerpos deben dejar inermes a sus objetivos. Por lo tanto, se nos plantea un gélido relato sobre la superficialidad, la contenida brutalidad que se esconde bajo una delicada tez y la utopía del libre albedrío en una sociedad que determina de antemano el sendero de sus ciudadanos, como peones reemplazables. El personaje de Lawrence pasa por todo tipo de inclemencias sin perder su inmutable gesto de represión, mientras el resto de protagonistas orbitan a su alrededor estableciendo relaciones de deseo, poder y control.

Sorprendentemente, Gorrión rojo no se cohíbe a la hora de mostrar las secuencias más crudas con la visceralidad correspondiente, algo que no se atrevió a hacer la saga de Los Juegos del Hambre, que entró en un declive evidente después de su segunda entrega. En esta ocasión, Francis Lawrence no le tiene miedo a lo explícito, y la película lo agradece. Por esa razón hay que reconocerle a Gorrión rojo una cierta valentía, pero solo dentro del marco del cine puramente comercial estadounidense, ya que si rascamos un poco más la superficie nos encontramos con docenas de títulos cada año más viscerales y atrevidos que este. La última colaboración entre Francis y Jennifer Lawrence no dista demasiado de las estrategias del cine de espías que tan visto tenemos, con una ambientación más propia de la Guerra Fría y un set de personajes que clavan puñales a medida que los van recogiendo de sus propias espaldas.

                                     6/10

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