Hollywood
nunca descansa, y cuando se agota una saga recauda-billetes, ya hay
que tener otra en la recámara para que la fiesta no pare.
Últimamente
tiene el ojo puesto en los best-sellers juveniles, a sabiendas que
los adolescentes son los que más pueblan las salas de los grandes
centros comerciales (los verdaderos hacedores de taquillas). La
última en caer ha sido Cassandra
Clare con su saga Cazadores de Sombras
que
consta de cinco libros y un sexto ya previsto para mayo de 2014, que
se desenvuelve en un Nueva York plagado de seres extraños y con
poderes mágicos que protegen la ciudad de demonios.
Romances,
peleas fantasiosas, vampiros, hombres lobo, demonios y ángeles
merodean por la saga haciendo las delicias de sus lectores.
Para
llevar a cabo la primera película, Sony ha pensado en Harald Zwart,
quien hizo un correcto remake de la emblemática Karate
Kid,
consiguiendo además funcionar muy bien en taquilla (ya en su estreno
superó el presupuesto invertido, y quizás hubiera funcionado aún
mejor si no hubiera coincidido a la semana siguiente de su estreno
con Toy Story 3).
Pero a pesar de este buen dato, hablamos de un director con películas
en su curriculum como La Pantera
Rosa 2,
Superagente Cody Banks
o Divina pero peligrosa,
que no cosecharon ni buenas críticas ni buen éxito en taquilla.
Por
esto, personalmente me sorprende para mal la decisión de poner
delante del proyecto a este hombre para presentar una futura saga
rentable. Y si bien los resultados finales no son tan malos como
cabría presagiar, tampoco son para echar cohetes.