Ante la atención que produjo la llegada del dúo formado por Jon Hamm y Daniel Radcliffe, para protagonizar ‘A Young Doctor’s Notebook’, la nueva serie del canal británico Sky Arts, una vez terminada y asentada en las retinas pongo las manos en los teclados y os cuento como he disfrutado de la mini-serie y de su pareja de actores principales.
Se trata de una mini-serie (la mini-serie se va afianzando como un gran portal para hacer muy buenas historias) basada en los relatos cortos del escritor ruso Mijaíl Bulgákov, que narra las peripecias de un joven médico que es trasladado a un pequeño hospital perdido en mitad de la nada al terminar la universidad en 1917 (cabe destacar que esta es la fecha en la que Rusia pierde la Primera Guerra Mundial y comienza la Revolución) .Muchas de las historias o más bien anécdotas que se plasman en la pantalla son autobiográficas, ya que el propio Bulgákov era médico.
Lo original de la serie es el planteamiento, en el que se nos presenta a un joven médico recién graduado, Vladimir Bomgard (Radcliffe) y a la misma vez al mismo Bomgard pero adulto (Hamm). La adicción del adulto Vladimir a la morfina y la lectura de su viejo diario, le transportarán hasta un frio hospital en medio de la nada. Aquí es donde él estuvo de joven, y donde los personajes coinciden, si, ambos personajes coinciden en el mismo espacio y tiempo, como un efecto sobre ambos de la morfina que les gusta consumir. La historia se centra en la lucha del adulto Vladimir contra el joven porque este se deje la susodicha droga. Ah! Y sobre el gran Leopold Leopoldovich (antiguo doctor del hospital, del que todos están orgullosos), una terrible carga que tendrá que llevar el joven doctor a sus espaldas.
Las escenas de comedia negra junto con varias escenas que rozan lo gore son el aliciente de la serie, que sorprende por su calidad. La capacidad interpretativa de Jon Hamm no la vamos a descubrir ahora, y aunque el personaje central es el de Radcliffe, Hamm acompaña magistralmente a un actor que sin duda querrá quitarse la medalla de Harry Potter y empezar a destacar por su capacidad interpretativa lejos del personaje de Rowling. Sorpresa mayúscula cuando ves que su aportación a la serie es total que aun no pareciéndose en nada ambos personajes (teniendo en cuenta que son la misma persona) consiguen incluso hacer gestos similares para que el parecido pueda ser plausible.
Apenas cuenta la mini-serie con una duración de 120 minutos, que hace que se va en un rato sin despeinarse. Es muy entretenida y sus toques de comedia negra son de lo mejor de este principio de año. Mientras que vuelven series como Homeland, Breaking Bad, The Walking Dead y demás esperadas, nada como ver una apacible y grata pareja de actores, ambos gustosos de enseñarte a cortar una pierna delicadamente, como disfrutar de una buena dosis de morfina y el apacible placer que supone leer un libro de erotismo turco propiedad de Leopold Leopoldovich.
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