viernes, 1 de abril de 2016

Madame Marguerite. El canto desesperado.


Título original:
Marguerite
Año:
2015
Fecha de estreno:
01 de Abril de 2016
Duración:
127 min
País:
Francia / República Checa / Bélgica
Director:
Xavier Giannoli
Reparto:
Catherine Frot, Christa Théret, André Marcon, Michel Fau, Sylvain Dieuaide, Aubert Fenoy
Distribuidora:
A Contracorriente Films


Es curioso como a veces se pasa del desconocimiento o nulo trato de un tema a la saturación y sobreexplotación del mismo. En el cine esto pasa mucho, en cuanto una película de cierta temática que hasta entonces había tenido poca repercusión, por X motivos, pega el pelotazo, la maquinaria empieza a funcionar fabricando “clones” hasta que la gallina deje de ser rentable. Pero no me refiero ahora mismo a este hecho, sino a algo más pequeño y más tangible. A lo insólito que puede parecer que la figura de Florence Foster Jenkins, excéntrica soprano de los años 1910-1940 famosa por cantar con nulo talento musical. Vamos, que desafinaba que daba gusto. Lo curioso de su caso es que no se daba cuenta, y la gente alrededor suyo, bien por vergüenza, bien por educación, bien por reírse de ella, nunca se lo decían, y ella se se creía y crecía... Y todo parece indicar que murió sin saber que cantaba mal (aunque hay una teoría distinta sobre esto).


El caso es que su historia a día de hoy nadie la recordaba, pero en 2001 se presentó una obra de teatro sobre su figura en Escocia. En 2005 ya teníamos otra obra de teatro, Souvenir, sobre Jenkins, esta vez en Broadway. La siguiente obra de teatro, Glorious, se estrena casi simultáneamente a la anterior, en Londres, que es la que cobra éxito y se extiende por el mundo. El director Xavier Giannoli decidió inspirarse en la figura de Jenkins para Madame Marguerite, y un año después (aunque en España parece ser que coincidirán en este 2016 ambas) es Stephen Frears quien decide hacer un biopic sobre Florence Foster Jenkins, con nada menos que Meryl 'Oscar' Streep como cabeza de cartel. Tres obras de teatro en unos cinco años y dos películas casi simultáneas... Jenkins estaría orgullosa de tal legado.

Al menos Giannoli ha decidido darle un aporte más artístico, cogiendo la base de la figura de Jenkins pero trasladándolo de época y lugar, y llamando a su personaje Marguerite Dumont, guiño a la actriz Margaret Dumont, famosa por sus películas con los Hermanos Marx. La película, evidentemente, tiene un toque cómico dado por el hecho insólito de no saber cantar, pero a la vez, intentar ocultarle este hecho a la baronesa. Pero la película juega con el sentido trágico y más existencial también, señalando la hipocresía de la sociedad, que calla lo evidente, de las burlas de los espectadores, y mostrando a la baronesa como un ser fácil, de inocencia desmesurada, casi como una niña grande, con una magistral interpretación de Catherine Frot (lo más destacado sin duda de la película), que bien merecido tiene su premio César. 


Madame Marguerite reúne consigo ese tipo de cine de no grandes pretensiones pero carismático y cercano, de fácil visionado y que deja buen sabor en el contraste entre expectativas-resultados. Y el resultado no es otro que una Florence-Marguerite-Catherine con complejo de Peter Pan, agarrándose con uñas y dientes a ese sueño de cantar como vía de escape de una vida mediocre y desdichada. Y justo en ese fino hilo donde el espectador pasa de la risa a la tristeza que supone empatizar con ella, es donde reside la película de Giannoli y su grandeza, la de captar la esencia que requiere su personaje y utilizarla como una buena torta mental. La que tiene gran parte de nuestra sociedad actual. Y así, Marguerite (personaje y película), se gana el aplauso del público.

7/10

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