jueves, 18 de abril de 2013

Serie B: Basura de serie (con pretensiones de serlo)




Del creador en los ochenta de títulos tan singulares y cachondos como Sueca bisexual busca semental y No me toques el pito, que me irrito (a ver quien es el listo que los lee sin una sonrillisa en la cara) llega, tras treinta años de parón en la gran pantalla (ha trabajado en series de TV y TV movies) Serie B, título que pretende homenajear a ese género marginal de su título, las películas de bajo presupuesto, con altas dosis de carnaza, sangre y mala leche en sus venas.
Dirigida principalmente a los cinéfilos frikis, amantes de la caspa que simplemente desean pasárselo teta con este tipo de películas.

Ya, en el prólogo de la película, el propio Reguant nos avisa de lo que vamos a ver, un homenaje a esas películas de tetas y culos de los setenta/ochenta/noventa, de guión fácil y divertimento igual de gratuito. Avisa que puede herir sensibilidades tanto emocionales como artísticas... Y acto seguido, unos títulos de crédito cutres (como deben de ser) como si una parodia de las de James Bond pero con estilo salvapantallas de Windows, cantado por Gisela (sí, la de Operación Triunfo). Declaración de intenciones en toda regla.

En este tipo de películas, no se exige un guión excelente ni interpretaciones para el recuerdo. La serie B se juzga con otras “reglas” menos objetivas y que variarán mucho según el tipo de frikismo y caspa que lleve de serie el espectador. Lo que para unos es una brillante obra maestra bizarra para otros puede ser una aburrida ida de olla con falta de gancho. Teniendo esto como premisa, esta crítica, por tanto, es simplemente una visión personal desde mi particular visión de lo que debe ser una película de serie B decente y destacable.

Destacando en el reparto el clásico del género Manuel Zarzo (con unas ciento cincuenta películas en su haber) y la televisina Sonia Monroy, el argumento se reduce a la típica película de venganza sangrienta entre escenas de sexo gratuito. Si bien no se la puede criticar por algo que no pretende ser, sí se puede decir que queda demasiado 'light' en casi todos los aspectos como para dejar huella. Tienes toques de humor, añadidos a las malas actuaciones (buscadas o no) y a los movimientos de cámara y zooms cutres a conciencia; pero la película aqueja de un ritmo poco fluido, falta de más mala leche, poco sangrienta y poca “chicha” para lo que se podría esperar de ella.
Y no hay nada peor que ir de rebelde y quedarse en el intento.


No nos meteremos con sorpresas estúpidas de guión, pues le dan 'salsa' dentro de la cutrez necesaria, pero la auténtica serie B, la que intenta homenajear, es algo más que cuatro tetas, guiones malos y algo de sangre. Son películas que, por amor al arte, se hicieron pretendidamente buenas pero por falta de medios quedaros cutres pero, dentro de su cutrez, se les notaba cierta magia, un 'no-se-qué' que las separa de las otras aberraciones fílmicas y las lleva al paraíso de las “cutres con encanto”. Tienen en sus historias ingeniosas absurdeces, frases memorables que repetirán sus seguidores y escenas para el recuerdo.

Lamentablemente, por mucho que sea de agradecer que alguien apueste por la serie B como género predilecto en su filmografía, la película de Ricard Reguant no posee estas cualidades para hacerla memorable, sólo un breve pasatiempo, con mayor o menor acierto según el humor de cada uno, la compañía y la bebida que acompañe en el día de su visionado.
Al menos, eso sí, podemos decir que Serie B satisface uno de los placeres ocultos de muchos espectadores: ver a Sonia Monroy recibir contundente (en varios sentidos, además).

2/10

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