viernes, 19 de abril de 2013

Noche de vino y copas: Divorcio a la argentina



Ole Christian Madsen se une al selecto grupo, junto a sus compatriotas Lars Von Trier, Thomas Vinterberg, Susanne Bier, Nicolas Refn, Ole Bornedal, entre otros, que destacan en esta nueva ola danesa que tan buenos frutos está dando cinematográficamente.
Madsen, que con Noche de vino y copas se inicia en el mundo de la comedia, logró llevar su película entre las nueve finalistas a los Oscars en la categoría de habla no inglesa, aparte de haber recibido diez nominaciones a los premios Robert (algo así como los Goya daneses) y el premio Bodil (que otorga la crítica danesa) a la actriz secundaria para Paprika Steen y que, como no, ha logrado ser un éxito de taquilla en su país.

Tras el buen recibimiento de Flame & Citrón y Prage, ahora explora en el género de la comedia,ahora en Buenos Aires con coproducción argentina, donde el protagonista Christian, dueño de una bodega, junto a su hijo Oscar, que atraviesa una crisis de identidad, irán en busca de su mujer Anna, que les abandonó hace once meses por un futbolista de éxito del Boca Juniors con el cual pretende casarse.
Las situaciones se vuelven hilarantes y los personajes pintorescos están a la orden del día, desde la asistenta Francesca que le echa el ojo a Christian, el pichichi Juan Díaz, el viticultor Mendoza o la guía del cementerio, Victoria. Un elenco de personajes excéntricos, hipérboles al servicio del gag, unos más acertados que otros, pero que se les acaba cogiendo cariño.

Los consolidados actores daneses, Anders W. Berthelsen y Paprika Steen se encargan de la pareja protagonista, acompañados por Sebastián Estevanez (famoso por sus papeles en telenovelas argentinas), Jamie Morton, Dafne Schiling y Adriana Mascialino. Se puede decir que cada uno cumple con su cometido, sin destacar uno por encima del otro.


Enmarcada la historia entre el “Superclásico” del fútbol argentino (Boca vs River), lo cual da el título a la película en el original danés, Christian intentará entender el por qué su mujer le ha pedido los papeles del divorcio, a su vez que intentará restaurar su amor. Rodeado de fútbol, tango y mucho vino, la situación se descontrolará por completo.
Como trama secundaria, destacaría la historia de Oscar, que se enamora de la intérprete Victoria y pone el contrapunto amoroso al divorcio de sus padres.

Si bien la película de Madsen tiene cierto toque original, más que en la historia en sí, un tanto trillada (aunque se agradece el enfoque positivo), lo que más luce de la película son los personajes, que serán meras caricaturas muchas veces, pero se les sabe sacar provecho en pos de la risa.
Los problemas surgen cuando el gag queda demasiado estirado, forzado o, simplemente, no funciona como debiese. Esto ocurre en varias ocasiones, y es ahí cuando ese mismo personaje curioso y gracioso, a veces cae en el ridículo (un ejemplo sería la surrealista apuesta de los penaltis)


Sin entrar en la absurdez de, a estas alturas, criticar los títulos traducidos de las películas (esa batalla jamás se ganará), al menos se podría haber escogido algo con más sentido, ya que “vino” y “copas” viene a ser lo mismo en el caso de la película, lo cual carece de sentido alguno.
Títulos aparte, nos encontramos con una simpática película en gran parte, con algún que otro gag no tan conseguido y que, sin ser nada verdaderamente especial, se deja ver y, según se deje uno llevar y el tipo de humor que se tenga, se lo podrá pasar decentemente, bien o muy bien.

5,5/10

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