Ole Christian Madsen se une al selecto grupo, junto a sus compatriotas Lars Von Trier, Thomas Vinterberg, Susanne Bier, Nicolas Refn, Ole Bornedal, entre otros, que destacan en esta nueva ola danesa que tan buenos frutos está dando cinematográficamente.
Madsen, que con
Noche
de vino y copas
se inicia en el mundo de la comedia, logró llevar su película entre
las nueve finalistas a los Oscars en la categoría de habla no
inglesa, aparte de haber recibido diez nominaciones a los premios
Robert (algo así como los Goya daneses) y el premio Bodil (que
otorga la crítica danesa) a la actriz secundaria para Paprika Steen
y que, como no, ha logrado ser un éxito de taquilla en su país.
Tras el buen
recibimiento de Flame
& Citrón
y Prage,
ahora explora en el género de la comedia,ahora en Buenos
Aires con coproducción argentina, donde el protagonista Christian, dueño de una bodega, junto a
su hijo Oscar, que atraviesa una crisis de identidad, irán en busca
de su mujer Anna, que les abandonó hace once meses por un futbolista
de éxito del Boca Juniors con el cual pretende casarse.
Las situaciones se
vuelven hilarantes y los personajes pintorescos están a la orden del
día, desde la asistenta Francesca que le echa el ojo a Christian, el
pichichi Juan Díaz, el viticultor Mendoza o la guía del cementerio,
Victoria. Un elenco de personajes excéntricos, hipérboles al
servicio del gag, unos más acertados que otros, pero que se les
acaba cogiendo cariño.
Los consolidados
actores daneses, Anders W. Berthelsen y Paprika Steen se encargan de
la pareja protagonista, acompañados por Sebastián Estevanez (famoso
por sus papeles en telenovelas argentinas), Jamie Morton, Dafne
Schiling y Adriana Mascialino. Se puede decir que cada uno cumple
con su cometido, sin destacar uno por encima del otro.
Enmarcada la
historia entre el “Superclásico” del fútbol argentino (Boca vs
River), lo cual da el título a la película en el original danés,
Christian intentará entender el por qué su mujer le ha pedido los
papeles del divorcio, a su vez que intentará restaurar su amor.
Rodeado de fútbol, tango y mucho vino, la situación se
descontrolará por completo.
Como trama
secundaria, destacaría la historia de Oscar, que se enamora de la
intérprete Victoria y pone el contrapunto amoroso al divorcio de sus
padres.
Si bien la película
de Madsen tiene cierto toque original, más que en la historia en sí,
un tanto trillada (aunque se agradece el enfoque positivo), lo que
más luce de la película son los personajes, que serán meras
caricaturas muchas veces, pero se les sabe sacar provecho en pos de
la risa.
Los problemas surgen
cuando el gag queda demasiado estirado, forzado o, simplemente, no
funciona como debiese. Esto ocurre en varias ocasiones, y es ahí
cuando ese mismo personaje curioso y gracioso, a veces cae en el
ridículo (un ejemplo sería la surrealista apuesta de los penaltis)
Sin
entrar en la absurdez de, a estas alturas, criticar los títulos
traducidos de las películas (esa batalla jamás se ganará), al
menos se podría haber escogido algo con más sentido, ya que “vino”
y “copas” viene a ser lo mismo en el caso de la película, lo
cual carece de sentido alguno.
Títulos
aparte, nos encontramos con una
simpática película en gran parte, con algún que otro gag no tan
conseguido y que, sin ser nada verdaderamente especial, se deja ver
y, según se deje uno llevar y el tipo de humor que se tenga, se lo
podrá pasar decentemente, bien o muy bien.
5,5/10
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