Tras la grata sorpresa que supusieron Los Vengadores, había
ganas de ver la tercera parte de Iron Man. Si bien la secuela
había dejado un poco que desear, dado que el enfoque había cambiado
hacia la pirotecnia y la sobrecarga de detalles y personajes, aún se
esperaba que el Tony Stark que nos conquistó en 2008 resurgiera con
fuerza.
Pues los ruegos han sido escuchados y se puede decir que el nivel de
Iron Man 3 se acerca más la primera que a su secuela (sin
llegar del todo a éste, y, desde luego, no al nivel de Los
Vengadores), siguiendo la estela del blockbuster ruidoso, pero
con una mejor historia, mejor villano, buenos detalles, y con cierta
chispa tanto en los personajes principales como en los secundarios.
En esta nueva entrega, Tony Stark deberá enfrentarse al misterioso
Mandarín, que descoloca su mundo personal, y deberá recurrir a su
instinto e ingenio apara salir airoso y proteger a sus más
allegados.
Centrándonos en los personajes, Tony Stark sigue en su salsa de pasota y carismático superhéroe, quizás el tema de las jaquecas quede un tanto rocambolesco, pero Robert Downey Jr. Auqnue no aporte nada nuevo a lo ya visto en las otras dos, sabe cumplir lo que se espera de él. Eso sí, debe tener cuidado o acabará pasándole lo que al Jack Sparrow de Piratas del Caribe y se convertirá en una caricatura de sí mismo. El Mandarín consigue lo que se espera de él, un villano que destaque y sepa estar a la altura del superhéroe, y sin duda es de los que se recordará una vez acabada la película. Ben Kingsley sabe hacerlo suyo el personaje y seguramente aporte el que sea el mejor villano de la saga Iron Man (hasta la fecha). Pepper cobrará mayor importancia en esta entrega, y Guy Pearce y James Badge Dale completan el reparto destacado con sendos personajes bastante interesantes.
Centrándonos en los personajes, Tony Stark sigue en su salsa de pasota y carismático superhéroe, quizás el tema de las jaquecas quede un tanto rocambolesco, pero Robert Downey Jr. Auqnue no aporte nada nuevo a lo ya visto en las otras dos, sabe cumplir lo que se espera de él. Eso sí, debe tener cuidado o acabará pasándole lo que al Jack Sparrow de Piratas del Caribe y se convertirá en una caricatura de sí mismo. El Mandarín consigue lo que se espera de él, un villano que destaque y sepa estar a la altura del superhéroe, y sin duda es de los que se recordará una vez acabada la película. Ben Kingsley sabe hacerlo suyo el personaje y seguramente aporte el que sea el mejor villano de la saga Iron Man (hasta la fecha). Pepper cobrará mayor importancia en esta entrega, y Guy Pearce y James Badge Dale completan el reparto destacado con sendos personajes bastante interesantes.
Otro de los aspectos que
hacen destacar esta tercera entrega es la historia. La motivación
del villano se siente más creíble y realista que las anteriores, y
cierto giro argumental tiene gran parte de culpa en esto, un giro que
queda bastante natural, en contra de aquellos pretenciosamente
sorpresivos pero poco congruentes en su trama. Todo un acierto.
También volvemos a ver
un Stark que, en buena parte del metraje, se despoja del traje y tira
de su inventiva como en la primera entrega, donde el ciudadano de a
pie le será de gran ayuda. Pero los amantes de las explosiones y
demás efectos especiales ruidosos que no se asusten, también
tenemos su buena dosis, amén de escenas adrenalíticas como la del
avión o la batalla final.
Si es cierto que el guión
tiene ciertas lagunas argumentales de hechos que no se explican
convincentemente o de los que directamente nos faltaría más
información, aparte de las típicas sobradas de este tipo de
producciones, pero no logran empañar la sensación de que las dos
horas y diez minutos que dura pasan rápidas y a buen ritmo, nunca se
siente pesada ni escenas que sobren, lo cual no es siempre fácil de
conseguir, por lo que puede decirse que Shane Black aprueba
solventemente (el cual, por cierto, ya sabía lo que era trabajar con
Downey Jr. En su opera prima Kiss Kiss Bang Bang) en la
dirección. Lo que no saben muchos es que Shane Black es ya un
curtido escritor en el género de acción, contando en su haber
guiones de la saga Arma Letal, El último Boy Scout o El último gran
héroe, y aquí demuestra una vez más que sabe lo que se hace,
combinando acción con su toque humorístico característico.
Con películas como ésta,
uno puede ir al cine sin miedo a que su dinero no sea bien invertido,
sabiendo que la diversión y disfrute van prácticamente garantizados
para la mayoría de su público. Y películas como estas son las que
suelen unificar a casi todos los elementos: taquilla, críticos y
público, quedando satisfechos todos en su parte correspondiente. Y
es que, pese a que no deja de ser un blockbuster buscando pegar el
taquillazo, al menos cumple el nivel exigible para que el espectador
no sienta que le toman el pelo.
Y al finalizar, no salgan corriendo de la sala, o se perderán la escena tras créditos, como es ya habitual en las películas de la Marvel.
Y al finalizar, no salgan corriendo de la sala, o se perderán la escena tras créditos, como es ya habitual en las películas de la Marvel.
7/10
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