Avalada
por sus 12 premios de la academia brasileña, su nominación por
parte de ésta a los Oscars para representar a su país y los 1,5
millones de espectadores que pasaron por las salas de cine de su
país, ahora aterriza en España, y con dos años de retraso, El payaso, la segunda
película como director de Selton Mello.
Realmente,
ya había pasado por la península ibérica, en concreto en el
'Festival de cine Iberoamericano de Huelva', donde ya encandiló a
los espectadores y crítica española llevándose tres premios, entre
ellos el del público. Ahora, ya comercialmente, se nos brinda la
oportunidad de acercarnos al cine sudamericano, en concreto el
brasileño, que pocas veces tenemos la oportunidad de ver en nuestros
cines.
Selton Mello es un reconocido actor en su tierra natal, forjado sobre todo en la televisión, pero que en 2008 dio el salto tras las cámaras dirigiendo su primera película, Feliz natal, en la cual también actuaba.
Ahora,
repitiendo papel delante y detrás de las cámaras (aparte de
dirigir, co-escribe el guión, y colabora en la edición de la
película) saca adelante su segundo trabajo, El payaso, que ha
cosechado muy buenas críticas.
La
película narra la historia de Valdemar y Benjamin, padre e hijo
respectivamente, dos payasos que trabajan en el 'Circo Esperanza'
recorriendo toda Brasil. Pero un día a Benjamin le entran las dudas
de su realmente es ésta la profesión que desea para su futuro: poco
estable y sin rumbo fijo. Y es que... ¿Quién hacer reír al que
fabrica las risas?
Con
una sabia mezcla de comedia y melodrama, Selton sabe hacer sonreír
cuando toca y ponernos tiernos cuando la situación lo requiere, sin
abusar de ninguna y sin que la mezcla sea indigesta.
El
personaje de Benjamin es rico en matices, alegre en su trabajo y
melancólico fuera de él, buscándose a sí mismo. Los secundarios
aportan calidez al conjunto, aunque se echa de menos un mejor
desarrollo de cada uno para así conocerlos más extensamente.
La
sencilla historia encuentra su mayor acierto en el recurso de
pequeños pero brillantes detalles, véase una casa decorada con
cuadros de cabras, la historia del gato Lincoln o la búsqueda
incesante de un ventilador y un sujetador XXL, momentos tan sencillos
como memorables. Quizás si con este mimo se hubiera rematado la
historia del protagonista (el final parece un tanto precipitado) así
como la partida un tanto precipitada de uno de los secundarios,
hablaríamos de un guión notable.
Aun
con todo, estos leves baches no dificultan que al final de la
película uno salga con la impresión de haber pasado una hora y
media bastante satisfactoria, ya que las pocas pretensiones han sido
satisfechas plenamente.
Dentro
ya del apartado más técnico, cabría destacar una lograda
fotografía amarillenta, de tonos cálidos y cercanos, muy acorde al
mundo circense, así como la buena banda sonora que la acompaña,
fusionándose perfectamente a la imagen, sin salirse nunca del tono
buscando y sin remarcar en exceso las emociones.
En
definitiva, una grata sorpresa la película de Selton Mello, un canto
a la búsqueda de la motivación personal en el trabajo y de la digna
profesión del payaso, hecha con mimo, cariño y buen hacer.
7/10
Di con su blog por casualidad, buscaba una canción y al escribir "¿Quién hace reír a los payasos?" en google encontré su reseña.
ResponderEliminarLa película me resulta interesante, sobre todo por sus personajes y el ambiente de circo. Y sumándole su comentario, me han dado ganas de verla. :)