miércoles, 27 de noviembre de 2013

¡Menudo fenómeno!: Menudo es mi padre




A mediados de los noventa Vince Vaughn empezó a asomar su cabecita por los circuitos independientes. Se empezó a hablar de él gracias a la comedia dramática Swingers pero se hizo famoso por interpretar insulsamente el papel de Norman Bates en el remake de Psicosis pergeñado por Gus Van Sant. Aunque ha participado en unos cuantos dramas -psicológicos-, en la última década Vaughn se ha especializado sobre todo en las comedias tontainas protagonizadas por hombres de carácter inmaduro. Está encasillado en ese tipo de roles y, lo que es aún peor, muy pocas veces resulta gracioso y creíble (y mucho menos entrañable, debido a su cara con facciones de psicópata). 

¡Menudo fenómeno! es una comedia romántica más dentro de su lineal carrera. Su personaje aquí es un patético cuarentón que ha decepcionado siempre a todos sus seres queridos. Trabaja en el negocio familiar de su padre como repartidor de carne y debe 80.000 dólares por los chanchullos varios a los que se dedica. Su novia le ha dado un ultimátum cuando se entera de que está embarazada y piensa que él no está capacitado para ejercer como padre. La cosa empeora cuando un abogado se presenta en su casa y le explica que, por sus donaciones de semen hechas hace veinte años bajo el nombre de Starbuck, ha engendrado 533 hijos. De esos, 142 van a ir a juicio para intentar derribar las leyes que avalan el anonimato de los donantes de esperma y así conocer la identidad de su padre biológico.

El vuelco que le ha dado este notición al personaje de Vaughn le servirá para plantearse cómo reorganizar su vida pues puede ser su última oportunidad. Como no puede ejercer de padre de más de 100 hijos, decide hacerles de ángel guardián y velar por cada uno de ellos, en la medida de lo posible. La película se balancea entre un humor simplón, inmaduro y de brocha gorda, digno del personaje principal, y el dramatismo fácil. La insipidez de un relato previsible y de manual, no explota las ridículas posibilidades de ser padre de una familia excesivamente numerosa. Se intenta apelar a la emotividad del espectador para hacerse cómplice de la redención de Vaughn en su lucha por crecer, madurar y tratar de reconducir su vida pero no lo consigue en ningún momento debido a la falta de salero de éste. Tampoco ayuda la poca química que demuestra junto a su compañera Cobie Smulders, más perdida que un belieber en un concierto de Los Rolling Stones. 
 



No todo es negativo. Las pocas risas que soltaremos a lo largo de ¡Menudo fenómeno! llegan de la mano del genial Chris Pratt quien, cada vez que comparte una escena con Vaughn se lo merienda, y no porque haya querido tenido que engordar para su papel de abogado fracasado y padre de cuatro niños en su caótica familia, si no porque resulta entrañable, tierno, cercano y simpático. 

Poco hay rescatable para nosotros, pues, en esta ¡Menudo fenómeno!. Y más si tenemos en cuenta que es un remake de la reciente y exitosa comedia canadiense Starbuck (2011). Es el propio director y guionista de la versión francófona quien ha adaptado y dirigido su película al inglés. El resultado es similar a otras innecesarias producciones del estilo (13 Tzameti, Funny Games U.S. …) pues, aparte de no aportar nada nuevo y más habiéndose hecho con tan poco espacio de tiempo, pierde el carácter único, el carisma de sus personajes y no innova ni añade matices. Sólo les sirve a los directores para llenarse más los bolsillos con un copia y pega de sus obras aunque, al menos, conserven la dignidad de no dejar que otros metan mano en sus productos.

3,5/10

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