martes, 28 de febrero de 2012

Hasta que llegó su hora (Once upon a time in the west)




La adquisición reciente del DVD  de este clásico del western dirigido por Sergio Leone conllevó a una revisión que casi era obligatoria. Al principio con cierto temor, pues la vi cuando era un crío y ciertamente la tenía idealizada, pero el temor se evaporo a los 5 minutos de empezar a ver la película. Es una obra maestra del cine y de su género. Probablemente el mejor western que dirigió Leone y de los mejores que se han realizado nunca.

No voy a detenerme mucho, pues está todo más que dicho, pero si que me resultó curioso como ahora, tras 10 o 12 años desde la primera vez que la vi, mis ojos cinéfilos actuales ven cosas que antes ni de coña veía. A mi me encantaban los duelos, la idiosincrasia mítica del oeste, el generoso escote de Claudia Cardinale y la música me volvía loco, pero ahora puedo ver otras muchas cosas que antes mi ojo inexperto no podía ver. En primer lugar el título. El original en italiano es C'era una volta il west, lo que lleva a la traducción sajona de Once upon a time in the west, lo que lleva a la traducción con la que se comercializa hoy día en España que es Hasta que llegó su hora. No se, a mi me hubiera molado más que me hubieran dicho que la película se llamaba Erase una vez en el Oeste que Hasta que llegó su hora. Supongo que por darle un sentido más comercial, dejando de lado el lirismo del título original por algo más pegadizo y taquillero. En fin, disertación sin sentido.



Para aquellos incautos cinéfilos que no la han visto, la sinopsis es bastante simple, que no su desarrollo, y responde al guión clásico de un western. Encontramos en primer lugar a un magnate del ferrocarril, Morton (Gabriele Ferzetti), que pretende enlazar la Costa Este con la Oeste de los Estados Unidos. Dicha acción no exenta de problemas, por lo que  contrata a un grupo de malhechores liderados por el cruel Frank (Henry Fonda) para que elimine al granjero Brett McBain (Frank Wolf) y a su familia con la intención de poseer sus terrenos. Todo esto unido a  la llegada de su segunda esposa y heredera, Jill (Claudia Cardinale) que se encuentra con una situación que no sabe digerir. A lo que se suma Armonica (Charles Bronson) y Cheyenne (Jason Robards) que se involucran en la trama, cada uno con sus intereses particulares.

La presentación de los personajes principales es, sin duda, una lección de cine al alcance de unos pocos en la época de Leone y de aún menos en la actualidad. La primera secuencia de la película, que la incluyo dentro de mis favoritas, nos presenta de forma indirecta al primer personaje, Armónica (Bronson). La secuencia se dilata en el tiempo casi diez minutos en la que vemos a tres bandidos desaliñados esperando en una estación de tren. Leone se recrea de forma armoniosa, casi como la obertura de una ópera, transmitiéndonos de forma impecable la espera de los tres bandidos a la llegada del tren. Uno de ellos se entretiene con una mosca, mítica escena del actor Jack Elam, otro se cruje los dedos y el último simplemente esta parado, esperando, mientras una gotera del deposito de agua golpea cadenciosamente el sombrero. No hay música, sólo el sonido que generan las situaciones de espera de los tres personajes. Es una referencia clara a Solo ante el peligro de Fred Zinnemann.


Tras una larga espera, en la que el tiempo parece no avanzar y el la que el sonido de un molino que chirría actúa como el metrónomo del tiempo, llega el tren, rodado con una cámara en contrapicado bajo las vías, otra referencia a los western americanos. Los tres forajidos cambian el semblante y miran hacia los vagones; nadie parece bajarse, pero de repente, una armónica comienza a sonar (el tema de Bronson para toda la película, magníficamente compuesto por Morricone) y el tren se va y aparece Armónica. Se para, mira a los tres forajidos, y es donde Leone, antes del duelo con armas, realiza el primero de sus memorables duelos de miradas, no encuentra lo que anda buscando y al poco los tres forajidos están muertos y Armónica sigue su camino.  El recurso sonoro de los personajes es otro de los logros narrativos de Leone y recuerda mucho a Johnny Guitar de Ray. En esta escena la violencia es rápida, pero el ritual que lleva a ella es lento y tedioso. Poca diferencia hay con los film contemporáneos de Trantino en los que la accción se demora entre dilatados discursos, silencios y miradas, para llegar al climax de la secuencia de forma rápida y casi de improvisto. Tarantino adapta al mundo actual la esencia de un duelo del oeste y sin duda Leone es su mayor influencia . Sólo con analizar este secuencia podemos ver el alcance del cine de Leone y su genialidad.


Otra de las cosas que me han parecido curiosas con la perspectiva de los años y las películas que llevo a mis espaldas es la transformación de Henry Fonda. Cuando veía con mi padre los western de Ford o Mann, en los que siempre él hacia de Sheriff bueno, no me podía imaginar a este hombre haciendo de bandido, pero la verdad es que lo hace genial. Leone quería impresionar a la audiencia, siendo consciente del impacto que tendría ver a Fonda de malo y no un malo cualquiera; en su primera aparición en la película no tiene ningún pudor en cargarse a una familia al completo. En la primera escena donde aparece A Frank (Henry Fonda) , la cámara le sigue, mientras la música va in crescendo, y entonces nos muestra su rostro,  la cámara lo rodea y nos regala un primerísimo plano de los ojos azules  Acto seguido, Frank dispara y mata a un niño a bocajarro.



El resto de las entradas son igualmente memorables, la llegada de Cheyenne a la tarberna, donde se encuentra Jill (Claudia Cardinale) y que Leone recreo de manera extraordinaria, trayendo directamente arena del oeste americano porque la arena de España, donde se rodó la película, no tenía el color que el deseaba. Tal punto de perfección es una de las cualidades más autenticas de este director, el afán por recrear hasta el más mínimo detalle es una de sus señas de identidad. Esta secuencia, es otra secuencia con diálogos calmados, contenidos, donde la acción se reduce a un instante, sin embargo lo que la precede es lento. Asistimos al encuentro de Armónica y Cheyenne. Todo parece indicar que se van a liar a tiros, el espectador espera lo peor. Duelo de miradas, pausa, pero nada ocurre. Es recurrente en Leone este tipo de engaño, te hace pensar una cosa para luego pasar a hacer otra totalmente distinta.


El personaje de Jill (Claudia Cardinale) es el contrapunto femenino de la película. A diferencia del resto de personajes femeninos de los western americanos, Leone, con el personaje de Jill, crea una contradicción interesante y hasta ahora nunca vista. Jill encarna la sensualidad de una mujer soltera a la vez que la fuerza y la madurez de una viuda que clama venganza por el asesinato de su nueva familia.  Sin saber muy bien cómo se ve dentro una inesperada trama. La relación con los tres personajes es diferente y va avanzando durante la historia, mostrando siempre la misma cara ante todo. Leone consigue de un personaje femenino algo que nunca antes se había visto en un werstern. Consigue que escenas completas en las que sólo el primer plano de su rostro nos cuenta más que si hubiera usado cualquier otro tipo de montaje. Con primeros planos contemplamos el funeral de la nueva familia de Jill y con primeros planos contemplamos su llegada a la ciudad. Gracias, también a la portentosa interpretación de Claudia Cardinale.


Hay otras cosas de Leone que merecen ser destacadas. En primer lugar, la magnífica banda sonora de Ennio Morricone. Leone le dio tanta importancia a la música que llegó incluso a  componerla  antes de rodar la película, adaptando los planos y las secuencias a las pistas de audio que ya tenían predefinidas. Para los que no lo sepan, este no es el procedimiento habitual para poner banda sonora a una película, es al contrario. La lista de temas se centra en las secuencias concretas de la película, marcando musicalmente cada acto. Algunas forman parte de los personajes y suenan cuando ellos aparecen, otras son únicas de un momento en concreto. Es uno de los ejemplos más sobresalientes del poder de la música en una película; te indica qué va a ocurrir o que no ocurrirá, lo cual también nos ayuda en el desarrollo de la trama. Con la música también se produce un sinécdoque muy curioso y lleno de connotaciones, al llamar personaje de Bronson Armónica. Utilizan la parte por el todo, como si la armónica fuera parte de él (que lo es, en cierto modo) Podría seguir con esto, pero no quiero hacer spoiler, más de lo que lo estoy haciendo.

Lista de temas de la BSO:


    • 1. Once Upon a Time in the West

    • 2. As a Judgement

    • 3. Farewell to Cheyenne

    • 4. The Transgression

    • 5. The First Tavern

    • 6. The Second Tavern

    • 7. Man with a Harmonica

    • 8. A Dimly Lit Room

    • 9. Bad Orchestra

    • 10. The Man

    • 11. Jill´s America

    • 12. Death Rattle

    • 13. Finale

La música me lleva al montaje. Qué decir del montaje. Los primeros planos de los personajes, las forma de introducirlos, el caracteristico plano vacio que se llena con la figura de un personaje que suele entrar a plano por la derecha. La forma que tiene de guiar al espectador usando el modelo de personaje - guía tan utilizado por Alfred Hitchcock para introducirnos en el suspense y hacernos participes de la tensión del personajes. Armónica (Bronson) es el que guía al espectador con los primeros planos de su mirada. Él mira, nosotros miramos y se produce la acción. Una secuencia extremadamente eficaz para mantener al espectador pegado a la pantalla. Y por supuesto, llegamos al duelo final, como en todo western que se precie debe haber uno y este es probablemente el mejor de toda la historia del western y si se hacen duelos en otro género, también es el mejor de ellos. Todo se resuelve en el duelo, aunque sólo son dos, todos los personajes están presente de una forma u otra. Y es también donde descubrimos el por qué de la obsesión de Armónica por Frank mediante un flashback que se repite a lo largo de la película y que ahora se clarifica. La combinación del presente y el pasado es una maravilla visual. La película termina lentamente, acompañada de la música de Morricone y el magnífico paisaje de sur de España que se alza majestuoso ante nosotros.


2 comentarios:

  1. Sin duda una pelicula que traspasa el genero del western italiano . Y entra directamente entre las grandes del genero codeándose no con las mejores. Pero sin duda en ese escalón que hay un paso mas atrás. Junto a otras clásicas del oeste de siempre.

    Buena pelicula, como bien comentas. Con una de las mejores músicas compuestas por morricone, que es en esencia una parte mas de la pelicula. Llenando esos silencios de manera magistral. SAludos y buen comentario

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  2. Hola Plared!

    Gracias por el comentario. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Sobretodo en lo que se refiere a la música. Un saludo!

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