Viaggio Sola
Año:
2013
Fecha de estreno:
01 de agosto de 2014
Duración:
85 min
País:
Italia
Director:
Maria Sole Tognazzi
Reparto:
Margherita Buy, Stefano Accorsi, Fabrizia Sacchi, Gianmarco Tognazzi, Alessia Barela, Lesley Manville
Distribuidora:
Caramel
Tras El hada ignorante y
No basta una vida
(ambas de Ferzan Ozpetek), Margherita Buy y Stefano Accorsi vuelven a
formar pareja de baile en la gran pantalla. Dirigidos por Maria Sole
Tognazzi, se embarcan en Viajo sola
en un ensayo sobre la soledad. Esta película se convirtió en el
sleeper del año
pasado en Italia y, nominada a cinco premios David Di Donatello
(entre ellos mejor guión y mejor montaje), se alzó con el galardón
a mejor actriz principal, aunque en nuestra humilde opinión, la
interpretación de Buy no sea merecedora de ningún premio debido a
su monótona desidia.
Si ya
partimos de la base de que el personaje principal está construido
con cierta lejanía, difícilmente le pillaremos el tono a Viajo
sola. La protagonista es Irene
(Margherita Buy) una mujer cuarentona, soltera, sin hijos cuyo
trabajo le consume todo el tiempo. Se dedica a evaluar hoteles de
lujo por todo el mundo. Sus solitarias travesías le dan la
apariencia de ser una persona libre, independiente, interesante. Sin
embargo, es incapaz de mantener relaciones duraderas y sus únicos
contactos con la realidad extra-laboral son su hermana Silvia y su
ex-pareja Andrea (un siempre atractivo Stefano Accorsi a quien el año
pasado pudimos ver en la muy recomendable L'arbitro).
Precisamente
la melancólica monotonía inherente al personaje de Irene la
convierte en un foco de desinterés que ni Tognazzi ni sus
co-guionistas Ivan Cotroneo y Frandesca Marciano no saben transformar
en una historia potencialmente emocional ya que Irene no evoluciona,
se estanca en un punto de no retorno a pesar de ese supuesto
revulsivo tras su encuentro con la antropóloga liberal británica.
Son los secundarios mucho más interesantes tanto la descuidada
hermana con sus problemas maritales como el ex-novio y su futura
paternidad no deseada porque sus historias tienen un broche.
La
protagonista es una meticulosa y detallista observadora en su trabajo
así, condicionada por la profesión de Irene, Tognazzi impregna la
película de numerosos planos detalle capaces de transmitir mucho
sobre los personajes. Podríamos afirmar que todas las subtramas
funcionan de manera independiente pero, cuando conectan con Irene
caen en un punto muerto derivado de la confusión al no saber
distinguir entre soledad y libertad. La antropóloga le enseñará
que la posibilidad de elegir qué hacer con tu vida es la libertad.
Viajo sola supone una
radiografía de la soledad que carece de emoción sustancial, de un
proceso evolutivo claro y de un crecimiento personal y, por tanto, se
queda en un cojo retrato de dicha soledad.
5/10
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