martes, 19 de agosto de 2014

Locke. Viaje al interior de la mente humana.

Título original:
Locke
Año:
2013
Fecha de estreno:
22 de Agosto de 2014
Duración:
85 min
País:
Reino Unido
Director:
Steven Knight
Reparto:
Tom Hardy,  Olivia Colman (voz), Ruth Wilson (voz), Andrew Scott (voz), Ben Daniels (voz), Tom Holland (voz)
Distribuidora:
Vértigo Films


Desde que el film crease cierta expectación al llevarse uno de los dos British Independent a los que optaba (mejor guión, en lugar de mejor actor para Hardy), muchos ya le echamos el ojo y seguimos la pista. Así que cuando Vértigo Films la compró para su distribución en España, ya era solo cuestión de tiempo que le echáramos el guante encima.
Aunque Steven Knight nos defraudase con su primera película tras las cámaras, Redención, aún seguía siendo aquel guionista interesante de Negocios ocultos o Promesas del este, guión este último que le valió una nominación al Oscar.
Además, que nos perdonen sus adeptos, pero Tom Hardy no es Statham, y aunque es ahora cuando prácticamente está despuntando, su talento nos parece bastante superior y menos limitado que el del famoso “transportista”. Y es que, si dos cosas destacan a Locke por encima del resto de thrillers convencionales son la actuación de Hardy y el guión sólido de Knight.

Empezaremos hablando del guión, una historia construida como si fuese el edificio del que se habla en la película: a base de hormigón sólido. Como la película es el protagonista, y el protagonista es la historia, su historia debe ser lo suficientemente creíble e interesante, y por ello Steven Knight rellena todos los huecos posibles de su vida importantes para la trama y, como toda la acción transcurre en un coche, un viaje a través de su psique emocional, podría decirse; son las llamadas del protagonista hacia su familia, compañeros de trabajo y demás los que desarrollan la trama y ponen de manifiesto los antecedentes que explican los motivos de Ivan Locke. Un trabajo nada fácil del que puede estar bastante orgulloso Knight. No es fácil centrar la acción en un sólo escenario, pero si encima hay un sólo personaje, hay que exprimir muy bien las ideas y dosificar la información para que la película no se adolezca de falta de ritmo.
Las comparaciones en este sentido con Buried son un tanto inevitables, pero ambas, a su estilo, han sabido explotar el lado cinematográfico a una historia con la máxima del “menos es más”.


La trama podríamos decir que abre tres caminos diferentes sobre los que versa la acción: la familia de Locke, su trabajo en la constructora, donde ha destacado durante nueve años; y Bethan, la mujer que está a punto de dar a luz un hijo suyo y hacia la que se dirige a ver al hospital en Londres. Tres conflictos con los que deberá lidiar mientras conduce, poniendo a prueba su integridad y resistencia mental. Si bien es importante si Locke saldrá airoso de cada una de estos problemas en los que su vida anda enfrascada, no lo es menos el temple y la serenidad que demuestra tener su personaje.
Para que la historia tenga sentido y peso dramático, se añade a estos tres caminos una ventana al pasado de Locke: unas cuentas pendientes con su padre que marcan realmente su actitud. Este punto clave de la historia no se introduce por llamadas, ya que su padre está muerto, sino que se representa mediante pensamientos en voz en off o soliloquios que quizás no queden tan bien integrados como el resto de la trama, pero acaba pasándose por alto, pues su papel y dramatismo es mayor que la forma en que se introduce.

Así, una vez sintonizamos de lleno con Ivan Locke, su vida es la nuestra y sus problemas nos pertenecen, y es cuando el guión tiene el efecto deseado y nos preocupamos bien poco si visualmente se hace monótona. Estar encerrados en un coche es, para nosotros, lo mismo que tener todos los problemas en la cabeza para Ivan Locke. No podemos escapar a ellos y los enfrentamos tal como vienen y como buenamente podemos: a través del móvil.


El camino hacia el deber, lo correcto y lo moralmente aceptable es la meta que persigue Steven Knight, y si lo consigue es también gracias a un gran trabajo de Tom Hardy, limitado a un asiento del que nunca se levanta y, por tanto, su trabajo es prácticamente facial y pura contención. Hardy, que ha destacado en los papeles más diversos como en Bronson, Warrior o El caballero oscuro: La leyenda renace, vuelve una vez más a demostrar que una actuación destacada no es simplemente el histrionismo más llamativo, sino la emoción justa en cada momento justo, el tono de voz adecuado en el momento adecuado, los gestos que hablan como palabras. Cuando te das cuenta de lo que está pasando por la mente de ese personaje ficticio, el conflicto latente en su mente y alma, es que se han hecho bien las cosas.

Y por estas dos grandes cualidades, es que Locke se convierte en un thriller muy solvente y destacable, que hace valer los limitados recursos de los que dispone y presenta una historia en la que no echas en falta nada y te mantiene en vilo durante toda la proyección. Yo diría que eso bien merece la pena.

7/10

1 comentario:

  1. Ya tengo ganas de que la estrenen mañana, hay que ir a verla, muy buena crítica.

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