miércoles, 4 de diciembre de 2013

12 años de esclavitud. Solomon chained




Con tan sólo tres películas y ya ha demostrado ser un grandioso director. La carrera de Steve McQueen no hace más que ir cuesta arriba. Su ópera prima, Hunger, fue un drama carcelario que dejó a Cannes y a muchos críticos babeando con el futuro que le esperaba a McQueen. Después vino Shame y volvió a dejar huella, contando el drama de un adicto al sexo. Ahora, 12 años de esclavitud lleva encandilando a la crítica desde los primeros pasos en los festivales de Toronto y Telluride y suena con fuerza para los Oscars.

Basada en la autobiografía de Solomon Northup, la película nos habla de la vida de un músico con una buena vida, mujer y dos hijos, en Nueva York. Un día es engañado por dos hombres que lo drogan y lo venden como esclavo, donde empezará el infierno de Solomon, no sólo por sobrevivir, sino por vivir dignamente.

Y tuvo que ser un británico quien diera un golpe en la mesa con una película sobre la esclavitud americana. Y ojo que huele a Oscar a mejor director, que nos llevaría a la coletilla de “primer director negro en recibir un Oscar”. No en vano, sacarse tremenda película con un presupuesto por debajo de los 20 millones de dólares es algo que debe dar que pensar a los magnates de la industria.
Sí es cierto que en esta película se nota a McQueen que va a por el premio, pero lo cortés no quita lo valiente y la película no se resiente por ello. Hay nervio, rabia contenida en cada fotograma. Seguramente el pasado esclavo del director y el protagonista, Chiwetel Ejiofor (en el que sin duda es, hasta ahora, el papel de su vida), haya tenido que ver con esta pasión tanto en la actuación como en la dirección, pero lo de Fassbender no tiene nombre. El ya actor fetiche de McQueen (van tres de tres) se vuelve a marcar otra actuación de órdago, un monstruo (en el buen sentido) encarnando a un monstruo (en el mal sentido), arropado por todo un elenco de buenos actores que cumplen con sus pequeños papeles: Benedict Cumberbatch, Paul Dano, Paul Giamatti, Sarah Paulson y Brad Pitt (quien también hace las veces de productor de la película).
Mención aparte para Lupita Nyong´o, una actuación conmovedora de una actriz desconocida hasta el momento. Otra de las que huele a Oscar...


Steve McQueen nos presenta a un hombre libre que es esclavizado para que la conexión con el espectador sea aún mayor. No escatima en crudeza, tanto al retratar a sus personajes como en el relato, donde una sublime fotografía, cosa en la que ya destacaban sus anteriores trabajos, deja postales para el recuerdo, con bellas asociaciones y jugando con la tridimensionalidad del entorno (sin necesidad de gafas) para sentir la angustia de Solomon, ya sea mientras toca el violín acompañando a los latigazos que suenan de fondo, como cuando se ven dos negros ahorcados detrás de él en el bosque.
La sensación de rabia se traslada al espectador, siendo uno más en la plantación de algodón, sufriendo la impotencia y guardando la lágrima (alguno no podrá contenerla) en los ojos acuosos que nos muestra Chiwetel Ejiofor.
Quizás un final más abrupto y seco, como el mensaje, le hubiera ido como anillo al dedo, pero cuando se presentan películas tan bien hechas y que te transmiten tanto en un par de horas, los peros se quedan pequeños.
Otra película que añadir a la lista de “las imprescindibles de 2013”.
Y es que menudo año más majo estamos teniendo.

9/10

2 comentarios:

  1. Muy buena crítica, no se me había pasado esta película para verla en cuanto la estrenaran, he oído muy buenas críticas sobre ella y ahora tu, estoy segura que se llevará Oscar y aun no la he visto.

    ResponderEliminar
  2. Una increible pelicula que te hace reflexionar sobre la situación que se vivió. Aplauso para todo el elenco.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...