miércoles, 5 de julio de 2017

Llega de noche. El terror atmosférico.


Título original:
It comes at night
Año:
2017
Fecha de estreno:
07 de julio de 2017 
Duración:
97 min
País:
Estados Unidos
Director:
Trey Edward Shults
Reparto:
Joel Edgerton, Riley Keough, Christopher Abbott, Carmen Ejogo, Kelvin Harrison Jr., Griffin Robert Faulkner
Distribuidora:
Diamond Films


Trey Edward Shults estrenó en 2015 Krisha, adaptación de un cortometraje del mismo director, con un presupuesto escaso (menos de 30.000 dólares, una parte recaudada por Kickstarter), con la mayoría del reparto no profesional (familiares del director) y rodada en apenas nueve días. Pero Shults demostró ser un alumno aventajado, ganándose a la crítica con su primera película.
Este viernes se estrena Llega de noche (It comes at night), su segundo largometraje, y con ella demuestra que su talento no es flor de un día.


Esta modesta película de terror psicológico (su presupuesto está estipulado entre los 2,5-5 millones) sigue la senda de películas recientes como It follows, La bruja, Babadook o en cierta manera La cura del bienestar o Déjame entrar, películas del género que apuestan, como en la vieja escuela, por un terror más atmosférico, un clima de desasosiego y de tensión para el espectador, más que hacia el impacto y susto inmediato. Los que busquen este último tipo de películas quedarán decepcionados, y quizás hasta piensen que ocurre entre poco y nada en la película. En cambio, los amantes de las películas cocinadas a fuego lento, encontrarán en el trabajo de Shults un interesante autor que viene a la industria con algo que contar.

Llega de noche, escrita por el propio director, está inspirada en vivencias reales del director que es interesante conocer si se quieren sacar dobles lecturas de la historia, más allá de la evidente primera capa de terror-suspense. Shults llevaba distanciado de su padre siete años, que arrastraba una larga batalla contra la adicción. Al final perdió la batalla, pero en el lecho de muerte, padre e hijo se reconciliaron, dejando al joven director inquietudes acerca de la muerte y el arrepentimiento. No es casual, pues, que la película empiece con el abuelo (el patriarca de la familia) asediado por una misteriosa enfermedad que parece asolar al mundo, por lo que su hijo, el padre de Travis (nuestro futuro protagonista, de 17 años) debe matarlo e incinerarlo. Tampoco es casual que luego en la película nuestra visión sea siempre la de Travis, en eterno dilema moral con su padre, y enfrentado posteriormente ante la intromisión de una nueva familia, de actitudes más cercanas y menos autoritarias que las de su padre. Esta relación paternofilial es el gran epicentro de la historia, y las pesadillas de Travis (propias de la situación) y los deseos, tanto sexuales como de afecto y admiración (propias de la edad) hacen del personaje que interpreta Kelvin Harrison Jr. un personaje lleno de matices. Quizás los demás no estén tan trabajados, pero los actores los dotan de la fuerza suficiente para que la historia no se sienta coja en este aspecto.


Travis representa a la humanidad, no como personas sino como la cualidad propia del ser humano, y lo poco que queda de ella en el mundo. Prácticamente la película se centra en la casa y en el bosque de alrededor, y los datos sobre lo que está sucediendo son escasos, y el instinto de supervivencia de Paul (padre de Travis) le hace anteponer a la familia ante cualquier cosa y cueste lo que cueste. Esto perturba la psique de Travis, y nosotros como espectadores lo sentiremos por el gran trabajo de fotografía, sonido, escenografía (hasta el cuadro El triunfo de la muerte de Brueghel) y banda sonora que reman en conjunto para trasladarnos esa sensación. La película es terror, terror a lo desconocido, al desamparo, a la pérdida del referente, a uno mismo.

No se puede decir que Llega de noche vaya a sentar cátedra o a revolucionar el género, puesto que no lo hará, aún tiene el director largo recorrido para, quizás, dejar su huella en el futuro. Pero es innegable que Llega de noche es un trabajo serio, comprometido, alejado de la fórmula sencilla y que estimula al espectador. Y trabajos así siempre hay que aplaudirlos, sobre todo si son de directores con poco rodaje aún, por lo que esto supone.

7/10

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