martes, 9 de febrero de 2016

Las 10 mejores películas de 2015 según Adrián Lavado

Al inicio de cada año es inevitable echar la vista atrás y hacer repaso por las mejores experiencias vividas en una sala de cine a lo largo de los últimos 12 meses. Siempre a la espera de que la cosecha de 2016 sea mejor que la anterior, toca el turno de destacar aquellos títulos que, cada uno en su género y destinados a públicos de lo más dispares, han sabido dejar un buen sabor de boca al que esto suscribe. Dejando constancia de mis limitaciones para ver todas las películas que llegan a la cartelera española y teniendo en cuenta tan solo los títulos que se han estrenado dentro de nuestro territorio en 2015, os dejo con los 10 títulos (ordenados alfanuméricamente) que me han hecho disfrutar de esa gozosa pasión que transmite la pantalla.

45 años (Andrew Haigh)



Una obra discreta y sutil que ahonda como pocas en el paso del tiempo y la fragilidad del amor, encumbrando a Andrew Haigh como uno de los mejores retratistas actuales de las relaciones humanas y los débiles mimbres que las sustentan. La aparición del cadáver del primer amor de juventud de su marido provoca en Kate un torbellino de sensaciones que asaltan al espectador de manera forzosa mediante un ejemplar ejercicio de autocontención. Para el recuerdo una espectacular interpretación de Charlotte Rampling, justamente nominada al Oscar, y una secuencia final memorable construida sin ningún tipo de artificio, arrastrada de una carga emotiva macerada a fuego lento.

Birdman (Alejandro González Iñárritu)



El director mexicano Alejandro González Iñárritu volvió por la puerta grande tras el pequeño traspié crítico de ‘Biutiful’ con esta pequeña joya tragicómica que se alzó con el Oscar a la mejor película. Más allá de la dorada estatuilla, ‘Birdman’ se erige como una ácida disección de la pérdida de la fama y los amargos entresijos del mundo del espectáculo. Un reparto repleto de rostros conocidos, liderado de manera encomiable por el olvidado Michael Keaton, vocifera como nadie perfectas líneas de diálogo que hacen reflexionar sobre nuestra existencia. Todo ello apoyado por un halo de transcendencia que, pese a lo fácil que hubiera sido caer en el más absoluto ridículo, da alas a la producción para dotarse de un acabado final sobresaliente.


Del revés (Pete Docter, Ronnie del Carmen)


Pixar lo ha vuelto a hacer. No es muy difícil escuchar esta frase con cada nuevo lanzamiento del visionario estudio creador de verdaderas obras maestras de la animación, como ‘Toy Story 3’, ‘Wall·e’ o ‘Up’, pero es del todo comprensible cuando nos encontramos ante una película tan original y emotiva como ‘Del revés’. Un mundo repleto de escenarios coloridos y personajes carismáticos aguarda en su interior toda una lección de vida que hará emocionar al público adulto, el cual rememorará una etapa crucial de su forzado paso a la adolescencia.


 Foxcatcher (Bennett Miller)



Bennett Miller se ha especializado en películas basadas en hechos reales, de marcado estilo académico, desde el aclamado estreno de ‘Capote’. Lo bueno es que cada uno de esos títulos, aun plasmando un hecho acontecido en la realidad, han jugado en diferentes ligas, intentando experimentar con diferentes tonos en función de lo que exigiera el material de partida. ‘Foxcatcher’ es sin duda su mejor apuesta, una historia pugilística de rivalidades y celos pautada por un grave tono trágico que devora cada plano hasta la extenuación, alcanzando altas cotas de grandeza dramática y con un acabado visual frío y certero. El trío protagonista participa en impecable comunión de este inmisericorde juego de sumisión en el que el poder somete sin miramientos y desvirtúa la pureza e ingenuidad de una malograda pareja de hermanos.
 
El clan (Pablo Trapero)


Pablo Trapero parte de una historia real para adentrarse en una organización criminal, por enésima vez en la historia del cine, y transmutar así la mitología inherente al género en algo mucho más familiar y aterrador. Analiza las relaciones familiares, no desde la típica rimbombancia sino desde la más absoluta cotidianeidad, aportando una imagen perturbadora del capo alejada de la del idealizado mafioso y cercana a la del vecino de al lado, ese ser que puede habitar detrás de cada puerta. El guion tiene buena capacidad de síntesis y está muy buen documentado, engrandecido por un Guillermo Francella en estado de gracia que se mimetiza con su personaje del que se intuye, tras su máscara impertérrita de frialdad constante, un sinfín de emociones.

El puente de los espías (Steven Spielberg)

Steven Spielberg es experto en alternar películas puramente comerciales con otras de “mayor calado” adulto, y lo mejor de todo es que casi siempre demuestra que puede llegar a estar a la altura de los grandes. Fiel a esta factura clásica, llegó a nuestros cines ‘El puente de los espías’, película que nos sitúa en plena Guerra Fría para contarnos el proceso de negociación para liberar a dos rehenes capturados en el Berlín Oriental. La película pierda fuelle en su segunda parte, pero sus poderosas imágenes, la cuidada ambientación y el redondo drama judicial hacen de ella una obra mayor en la filmografía de su poderoso director.
 
 Mad Max: Furia en la carretera (George Miller)


El cine de acción tiene desde 2015 una joya incuestionable que atesorar. Aunque ninguna de las entregas que conforman la trilogía original sean especialmente destacables, George Miller se desvela ahora como un espectacular artesano en el campo de la acción, ofreciendo una película despreocupada y autoconsciente de sus limitaciones, alejada de cualquier otra cosa vista antes. Sin dar muchas explicaciones, el director australiano expone una delirante locura visual cuidada hasta el último detalle, donde cada escena de acción es una auténtica experiencia sensitiva.  Ojalá directores más reputados tomaran nota y aprendieran a planificar una persecución de una manera tan impactante y concisa...

 Misión imposible: Nación secreta (Christopher McQuarrie)

La saga ‘Misión Imposible’ parecía condenada a desaparecer, pero gracias a los esfuerzos de su estrella protagonista y productor, Tom Cruise, esta crítica situación se ponía en entredicho hace unos años con la aceptable entrega dirigida por Brad Bird. Lejos de ser un oasis en el desierto, Christopher McQuarrie recoge el testigo con esta quinta entrega y eleva la franquicia a sus cotas más altas, dejando a un lado cualquier atisbo de lógica para ofrecer un gozoso espectáculo en el que las conseguidas escenas de acción transmiten todo aquello que la palabra no logra hacer. Magníficas ‘set pieces’ desarrolladas en escenarios de lo más diversos hacen evolucionar una frenética historia, simple pero efectiva, capitaneada por un incombustible Ethan Hunt y su cada vez más carismático equipo, destacando la incorporación de un personaje femenino que se aleja mucho de la manida imagen de "la chica del agente secreto”.

 Nightcrawler (Dan Gilroy)

La muerte del periodismo de calidad es algo que se viene vaticinando desde el mismo momento en el que nació la profesión. Muchas películas han mostrado la cara amable y valerosa del oficio, pero pocas como ‘Nightcrawler’ han tenido las agallas de dejar al descubierto la cruda realidad. Dan Gilroy pone en pie una obra enferma, apoyada en un ambicioso carroñero que será capaz de llegar hasta las últimas consecuencias para obtener su sensacionalista titular. La portentosa interpretación de Jake Gyllenhaal, en la piel del desquiciado Louis Bloom, nos transporta a un mundo infame del que es difícil escapar una vez llegados los títulos de crédito.
  
Victoria (Sebastian Schipper)


‘Victoria’ es una de esas películas concebidas en torno a una idea que transciende la mera narración, un ejercicio estilístico cimentado en un plano secuencia real (a diferencia de la ya comentada ‘Birdman’) que nos obliga a perseguir a los protagonistas por las calles de Berlín. Sin embargo, en vez de quedarse en la mera anécdota, Sebastian Schipper sabe dotar al resultado de una atrayente e hipnótica atmósfera, convirtiendo al espectador en un personaje más dentro de esa historia de violencia desbordada que tarda mucho tiempo en aparecer, pero que no dejará indiferente a nadie. A destacar, el hercúleo trabajo de cámara de Sturla Brandth Grøvlen y la entregada interpretación de Laia Costa.

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