Algunas veces me paro a pensar que algo raro hay entre el cine romántico y yo, porque mira que soy romantico y pedante cuando me pongo, pero la verdad es que no existe un cine romántico que verdaderamente me atraiga, al margen del maestro Won Kar Wai, claro. Lo cierto es que descubrí esta película no hace mucho y que Daniel Auteuil fuera el protagonista me convenció definitivamente para verla.
La historia comienza con el intento de suicidio de Adèle, una chica insegura y a la que la suerte parece haberla abandonado, pero el suicidio se ve frustrado por la aparición de Gabor, un lanzador de cuchillos de escaso existo, algo mentiroso, pero muy convincente. Adèle, no lo ve muy claro, pero al final decide unir su vida a la de Gabor con la esperanza de poder cambiar su suerte, obviamente, el director juega con el espectador, tratando de crear una confusión y una ambigüedad. Por un lado, Gabor, un lanzador de cuchillos y Adèle, que no tiene suerte, pero decide convertirse en su diana.
La trama avanza y parece que la extraña pareja se las arregla muy bien juntos. El amor carnal y físico se sustituye por las sesiones de lanzamientos de cuchillos, en los que Adèle poco a poco siente que su suerte parece estar cambiando. La estética de la película, las portentosas actuaciones de Daniel Auteril y Vanessa Paradis hacen de esta película una de las recomendaciones que más me gustan de esta sección de la página. Solamente, recomiendo a que os sentéis y disfrutas de una de las historias de amor más peculiares que se han creado en el cine.
Ejemplo del uso de la ironía: Seguramente no la veré, me parece algo muy poco interesante.
ResponderEliminarPues creo que las apariencias engañan. La película es bastante buena y no te digo que la veas hoy mismo, pero que si la tienes por ahí no la descartes.
ResponderEliminarVaya! veo que estoy acompañado de blogers que no saben leer. Otro que quiere el Teo para su cumpleaños.
ResponderEliminarTócate la punta del.... jajajajaja. De todas formas podrías ser menos hiriente.
ResponderEliminar